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Tras la orden, Ricardo bajo rápidamente, su velocidad ya no era normal y lo noto, se sentía extremadamente ligero, desamarro los caballos, y acto seguido se escuchó un silbido. Mario llamo a los caballos y estos subieron rápidamente a la colina tras la cabaña de Sumire. Ricardo subió a su propio caballo y ni siquiera espero se dirigió directo a la batalla, Damián, Mario y Robe se subieron a sus caballos en movimiento con un ágil salto, pero el mago blanco detuvo el suyo. Tomo su bastón y dió un gran grito, inmediatamente sintió como su magia le mermaba un poco de su energía pero no se sintió mal al contrario sintió un inmenso poder en su interior.
— ¡Lobos de la Luna y el Sol vengan a mi! —. Con su bastón dió un fuerte golpe al suelo como si diera un fuerte paso con la ayuda de ese gran callado. De la tierra emergieron dos lobos gigantes uno de ojos azules y otro de ojos naranjas.
—Protejan a la Princesa su domador se los ordena —. Los lobos se lanzaron contra el grupo de mas o menos 25 orcos y 60 duendes frente a ellos armados con espadas escudos y hachas, los orcos eran robustos altos y de color gris con caras deformadas pero una gran fuerza bruta. Los duendes eran bajos y de un color verde claro con cara de ancianos y un pequeño traje de color verde, los líderes contaban con armaduras sus espadas y hachas eran de acuerdo a su estatura. Damián con su arco en mano deseo tener flechas, pero noto el extraño brillo dorado en su arco, este es un mundo mágico talvez no nesesito fechas, como si fuera a disparar apunto y tenso el hilo una gran flecha de fuego apareció, la princesa venía rumbo hacia ellos galopando con un pegaso herido de un alá. Damian apunto a el orco más cercano a ella, que montaban unos cerdos gigantes los duendes mas lentos corrían tras ellos. Sin siquiera dudar disparó su primera flecha de prueba dio exactamente dónde quería era un arco perfecto, ahora no tenía dudas y con el poder de su mente creo 3 flechas y las disparo al mismo tiempo dando en el blanco y bajando a otros 3 orcos con flechas de fuego que se clavaron en sus cabezas. Mario y Robe se acercaban galopando Ricardo que iba por delante ya les llevaba ventaja, sin dudarlo le pasó por un lado a un orco que empezaba a subir la marcha y su cabeza salió disparada de su cuerpo con un corte limpio, Mario y Robe que iban tras ellos, lograron bajar a otros 2 orcos una vez llegaron a enfrentarlos, los lobos abatieron otros dos mientras otros alcanzaban, sintiéndose más segura la princesa bajo de su pegaso. La princesa Mirna, estaba usando una capucha roja que le cubría la cabellera y el rostro usaba una falda verde donde se le alcanzaba a ver unas piernas blancas, y unos huaraches dorados amarrados hasta la pantorrilla, ella empuño su arco propio color plateado saco una fecha de la sesta a su espalda y comenzó a disparar uno tras otro, bajo a 2 orcos y a 3 duendes. Damián llegó a su lado y continuo disparando sus flechas de fuego que la diferencia numérica era evidente pero aún así estaban abatiendo a cada duende y orco uno tras otro, Ricardo el solo ya habia acabado con 30 duendes y los lobos ya avían acabado con otros 25 los 5 restantes fueron asesinados por fechas, los orcos habían caído por la espada y lanza de Mario y Robe. Pero la batalla aún no había terminado, en caballo llegaron cinco individuos y solo al verlos sabían que no eran sujetos ordinarios. Todos tenían una capucha color moradas cubriendo su rostro.— Princesa, si no quiere que sus salvadores salgan heridos, será mejor que nos acompañe —. Anuncio aquel que se encontraba en el centro. La princesa apretó los dientes la habían tomado desprevenida y habían matado a su guarda, dos Elfos muy fuertes que de echo de no ser por ellos estarían aún en peor desventaja numérica.
— Ella no irá a ningún lado —. Dijo Damián bajo de su caballo y se acercó a la princesa, está levantó la cara y Damián por primera vez alcanzó a ver esos profundos ojos azules, sintió un choque eléctrico cuanta belleza había en esos ojos, sintió el deseo de protegerlos.
— ¿Y tu quien te crees que eres? —. Pregunto el Jinete del centro, todos se bajaron la capucha y dejaron ver su rostro eran Elfos, pero de pelo oscuro todos armados con espadas elficas negras.
— Nosotros somos elfos oscuros al mando de la Reyna Bruja, será mejor que entreguen a la princesa Mirna si no quieren morir—. Agrego el Elfo. Mario Robe y Ricardo se agruparon con Damián mientras el doctor Gerardo llegaba para completar el grupo. En la casa la Sabía del Fuego Sumire preparaba un encantamiento protector una vez terminado llamaría a los guerreros y a la princesa y los pondría a salvó.
[Maestra será mejor que se apresuré la batalla no tardará en iniciar, tienen ventaja de numeros pero son los elfos oscuros de la Reyna Bruja] le dijo Erina telepáticamente a su maestra.
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El Tren de las Dimensiones
HorrorUn extraño grupo de personas entran a un tren sin imaginar el viaje que les espera, entre ese grupo está Damián un ex militar y dos soldados que lo acompañan a un encarcelamiento por un error que cometió en una de sus misiones, sin imaginar que tend...