Capitulo 22

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S e p t i e m b r e

Un largo verano, sesenta y dos días en la cuales se había divertido con sus amigos, y como no, Rainelis Rosario había irrumpido en sus pensamientos cada vez que podía (ósea, casi todo el tiempo).

Alondra había planeado olvidarla, pero, ¿cómo hacerlo? Solo podía pensar en su beso, la atormentaba todos los días y en las noches soñaba con él.

Sus labios, su sabor, su tacto, todo seguía en su memoria y lo añoraba aún más, pero sus amigos siempre le recordaban que Rai tenía novio y que, en todo caso, estaba jugando con ella.

Alondra sabía que tenían razón, pero, la forma en que Rai la había besado, era diferente. Igual le alegraba que ahora su amigo Jetziel no pudiese reñirla, ya que el también estaba colado por el capitan del grupo de los plástico, Alex.

Cuando alguno de los dos caía en depresión siempre se consolaban entre ellos.

Jetziel durante el verano lloró varias veces y pasó la noche en casa de Alondra, los dos juntos mirando películas románticas y comiendo helado mientras se abrazaban.

Alondra amaba a Jetziel y Jetziel a ella, sufrir de amor por unos idiotas había fortalecido aún más su amistad.

Lucia lamentaba el momento en que sus tres amigos cayeron rendidos por unos idiotas, Nora no podía parar de hablar de Robert tampoco.

Estaban en el carro de Troy, hablando tranquilamente, y listos para su primer día de clases. Jetziel estaba nervioso, pero tenía en claro que iba a ignorar rotundamente a Alex.

—Te apuesto que al final del día, está hablando con el—le dijo Nora a Lucia y las dos apostaron.

—Pues perderán, no le voy a hablar. Está decidido, lo superaré a como dé lugar—dijo Jetziel muy decidido desde el asiento trasero, junto a Alondra, Nora estaba de copiloto con su hermano.

—Descuida, chico. Cuando tú superes al ricitos, será el mismo día que Alondra deje de babear por fresita—dijo alegremente Troy, causando las risas de su hermana y Lucia, los otros dos no estaban muy felices.

Alondra bufó, frustrada.

Ella también tenía su lucha interna, ya que después de dos meses del beso compartido con Rai, la iba a volver a ver. No estaba segura de sí la pelirroja actuaría como si nunca hubiese ocurrido o se vengaría de ella, haciéndole la vida imposible.

Llegaron hasta el estacionamiento y se bajaron del coche. Jetziel dio un portazo, aún furioso, mientras sus amigas se reían de su reacción.

—Vamos, Jetz. No te enojes—le decía Lucia colgándose de su cuello y Jetziel la ignoró.

—Alo, ¿vamos entrando? —preguntó a su amiga con una cálida sonrisa, ignorando por completo a Lucia, quien chillaba.

—Claro—respondió Alondra y los cinco comenzaron a caminar hasta la puerta.

Ahora, Alondra tenía dieciséis años y estaba lista para superar este año escolar, pero para lo que aún no estaba preparada, era para Rai. Y allí estaban.

—Mierda—murmuró antes de detenerse a unos pasos de la entrada, Nora siguió sus ojos y también la vio.

—Tendrás que pasar a su lado todos modos—le dijo en un susurro mientras los cinco veían a la pelirroja.

Junto a los mesones de piedra estaba el grupo de Rai, allí estaba ella, hablando con una amiga y se veía increíble. Su cabello rizo suelto y un lazo adornándolo, la piel un poco más clara, unos jeans de mezclilla y una camisa gris manga larga que dejaba ver su abdomen.

Rivales | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora