Capitulo 4

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Ese fin de semana fue gratamente increíble. Después de esperar casi tres meses, al fin había llegado el sábado en el que era el concierto de 5 Seconds of Summer.

Fue difícil convencer a sus padres pero, al final, los chicos ahorraron y fueron juntos al concierto. Fue una noche impresionante, en la cual fueron acompañados de la mamá de Jetziel, pero eso no importó.

Cantaban las canciones juntos y aunque Lucía no supiera ninguna, igual la pasó increíble cuando lanzaron confeti de colores.

Después durmieron en casa de Jetziel, hasta el domingo, y fue la mejor pijamada del mundo. Habían visto en la tarde una película y los padres de Jetziel fueron muy agradables e incluso graciosos.

Ahora, ya era lunes por la tarde y los exámenes del semestre estaban a la vuelta de la esquina. Alondra iba con paso alegre a la biblioteca con su nuevo suéter blanco, que llevaba el símbolo en color negro de la banda estampado en el, que habían regalado en el concierto.

Ella realmente no era muy glamorosa a la hora de vestirse pero ese suéter, en especial, le encantaba y le parecía muy cómodo. Esperaba encontrarse a la pelirroja al llegar y así fue.

Al abrir la puerta de la biblioteca inmediatamente captó el rostro de Rai alzando los ojos, cómo si esperara a alguien. Cuando los ojos chocolate se posaron en ella, tardó un segundo, y volvió su atención al libro.

Obviamente, si Rai estaba esperando a alguien no era a Alondra. Se sintió cómo una gran idiota al descubrir que se encontraba decepcionada.

Durante estos dos meses había logrado formar varias conversaciones con Rai, aunque siempre al final terminaban peleándose y duraban mínimo tres días sin dirigirse la palabra, cuando estaban en la biblioteca, que era lo más común. Aunque sus conversaciones fueran poco significativas, o principalmente por los estudios, a Alondra le daba la oportunidad de escuchar su voz e incluso conocerla más a fondo.

Se había enterado, por un vago comentario de la pelirroja, que su plato favorito era la pizza y su película preferida era The Notebook.

Se sentía ridícula ya que, aún después de varias semanas de aquella conversación, ella aún recordaba esos detalles y que también le hiciesen sentir bien.

Durante todo este tiempo también había aprendido algunas expresiones faciales de Rai, cuando ellas estaban estudiando y ni se hablaban. Mordía el lápiz al concentrarse, arrugaba la nariz al estar disgustada o que comenzaba a morder sus dedos cuando claramente estaba aburrida.

"Idiota, idiota" se decía ella misma mientras se sentaba en su mesa de siempre. Parecía una acosadora cuando ni siquiera eran amigas.

La observó un rato, está vez sin disimular mucho, y después frunció el ceño, enojada con ella.

¿Por qué la hacía sentirse así? Ya lo tenía claro, detestaba a las niñas mimadas como ella, con todo su ser y todo por Rai, que parecía no terminar de salir de su cabeza.

Extrañamente Rai levantó el rostro, y con cierto cuidado observó a la bajita, sus ojos se encontraron y Alondra permaneció (o al menos intentó aparentar) tranquila, como si estuviera mirando a hacia el paisaje al otro lado de la ventana que había detrás de la pelirroja.

Parecía funcionar, ya que de reojo observaba como Rai no la observaba extrañada, la rubia incluso sospechaba que la miraba fijamente. Alondra no lo pudo evitar, pero se le disparó el pulso y ahora sintiéndose más valiente, dirigió sus ojos fijamente a Rai que tensó los hombros al haber sido descubierta mirando.

Alondra intentó alzar una ceja aparentando que se extrañaba de la mirada de la pelirroja, cuando hace poco ella también la había estado observando dándole a entender que no había por qué Rai la miraba con tanta insistencia y la pelirroja apartó la mirada.

Rivales | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora