Capitulo 33

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Durante todo el mes de vez en cuando Alondra había visitado a Sofi. Desgraciadamente cada vez que lo hacía Rai había salido con sus amigos o estaba en un entrenamiento de animadoras. Para Alondra era triste, ya que casi no hablaba con ella en la escuela. Sólo compartían miradas secretas y eso a Alondra no le era mucho. Aun, a veces, podía sentir los labios de la pelirroja sobre los suyos y comenzaba a saborear la piel tibia y dulce de los labios de Rai.

La quería volver a besar. Lo único positivo fue que ya era muy amiga de Andrea y ni hablar de su pequeña novia dragón. Aún no se había encontrado con los padres de la rizada, pero esperaba no hacerlo tan pronto, ya que se sentiría nerviosa hablando con ellos mientras pensaba en su hija.

—¿Alo, me escuchas?—preguntó Jetziel junto a ella.

Estaban en el patio de la escuela mirando como unos chicos de primero jugaban con un balón de fútbol.

—Si—respondió un poco triste, no había visto en todo el día a Rai y eso le bajaba los ánimos.

—Pronto vendrá, descuida—dijo su amigo, más feliz de lo normal.

Alondra apremió a Alex que, a pesar de ser un idiota, había visto cómo ayer se había llevado a Jetziel a las duchas. Duraron allí un rato y al volver su amigo había regresado con el cabello revuelto y las mejillas sonrojadas. Alondra lo había estado molestando todo el día hasta tal punto de recibir una patada de Jetziel para hacerla callar.

De lejos vio a Rai hablando con unas amigas y decidió que la necesidad de hablarle era muy alta. Se cubrió las manos en las mangas de su chamarra y fue hasta ella, excusándose con Jetziel. No parecía muy triste, ya que apenas Alondra se fue un chico de rizos llegó hasta el y comenzó hablarle muy de cerca. Alex era un vivo.

Estaba a pocos pasos de la pelirroja cuando sintió como alguien chocaba su hombro.

—¡Miren, es la rarita!—dijo Austin, animado, aunque no había nadie con él, y llevaba su chaqueta de fútbol.

—Austin, hoy no estoy de ánimos. He estado lejos de tu novia, así que déjame—intentó apartarse de él, cuando le rodeó los hombros con el brazo.

—¿Pero no estabas yendo a verla ahorita mismo?—preguntó.

Alondra no pudo responderle y, para sorpresa del chico, asintió.

—Iba a preguntarle si hoy Andrea estaba en la casa, quería darle una sorpresa—se felicitó mentalmente por aquella gran excusa.

—¡Wow, eres una novia atenta!—dijo con una sonrisa falsa y después la sujetó con más fuerza—. Bueno, vamos los dos.

Fueron y Rai pareció sorprendida al ver a su novio rodeando el cuello de Alondra con el brazo mientras la chica hacía una mueca. Se despidió de sus amigas y se acercó hasta ellos.

—¿Qué hacen?—preguntó delicadamente, mirando directamente a Alondra, y esta negó con la cabeza.

—Amor, venía a verte—respondió Austin, intentando captar su atención ya que su novia miraba a Alondra.

Pronto los ojos chocolate se posaron en él y sonrió seductivamente a la rizada.

—¿Y qué haces aquí, López?—preguntó y Austin decidió apretarla más en su agarre.

—Venía a preguntarte para hacerle una sorpresa a tu hermana ¿A que no es una novia atenta? —preguntó felizmente, pero no le agradó la mirada seria de su chica.

—Ah, ya veo—respondió Rai, fingiendo indiferencia, y al final Alondra se soltó de Austin.

—¡Ya, suéltame!—replicó alejándose mientras frotaba su cuello.

Rivales | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora