Capitulo 11

2.7K 201 27
                                    

El primer mes de clases tenía a Alondra vuelta un ocho. Le iba muy mal en inglés y pensaba que suspendería el próximo examen.

Sus días en el colegio ya tenían una rutina:

Llegaba saludando a sus amigos, veía a Rai y a su novio besuquearse toda la mañana, y agarraba el mal humor.

Sus amigos la hacían reír y por un momento lo olvidaba, volvía a ver a la parejita besándose en la tarde y el enojo aumentaba. Finalmente terminaba o en la biblioteca, o mirando a Nora entrenar.

Casualmente, estas eran las cosas que ocurrían exactamente todo los días, lo que menos disfrutaba era el besuqueo de idiotas, pero creyó que ya debería de haberse acostumbrado. Llevaba días viéndolos hacer lo mismo e ir agarrados de la mano, aun no comprendía por qué seguía molestándole. Ya debería de haberlo superado, pero cada vez que los veía, sentía unas terribles ganas de golpear a Austin en el rostro.

Decidió ignorarlo, no era su problema.

En estos momentos se encontraba mirando a Nora entrenar mientras estudiaba Biología, pero en verdad estaba del todo concentrada. ¿Cómo podría? Si Rai lucía deslumbrante, dando vueltas en el aire y alzando los pompones, era increíble cómo en tan sólo un mes el equipo había mejorado tanto.

Rainelis. Aquel era un nombre que seguramente la atormentaría, los dos años que quedaban de escuela. La observaba, su piel era hermosa, su cabello brillaba y su sonrisa le alegraba el día.

Sin quererlo, el pulso de la morena se disparó. Era un fastidio cuando le sucedía. Desde el primer año que le ocurría aquello, pero parecía que cada día empeoraba más y más ¿Por qué? ¿Que tiene ella que me haga sentir así?, se preguntó pero no quiso responder con miedo a la respuesta, era absolutamente imposible.

Suerte que era el último día de la semana y no tendría que verla durante dos días, aunque sabía que era una mentira, ya que Alondra se sentiría ansiosa todos los lunes sabiendo que la iba a volver a ver.

Después de un rato, el grupo de chicas se fueron a los vestidores, Rai lucía muy atractiva con las mejillas rojas y el cabello sudado revuelto.

Esperó a Nora, ellas habían acordado con los chicos que al terminar el entrenamiento, irían a la pizzería cerca del instituto.

—¿A quién esperas?—preguntó la voz de Nora a su espalda y la chica de los ojos castaños soltó una risa.

—A una amiga no más atractiva que yo—le dio una sonrisa y Nora hizo una mueca.

—Yo soy más atractiva que tú—dijo ofreciéndole la mano, para ayudarla a levantarse. Mientras conversaban y salían del campo, observó como Nora quedó distraída, mirando a Robert.

Dios, esta chica sí que babeaba por él. Sólo esperaba que fuera atracción física, ya que si era algo más fuerte sabía que su amiga sufriría, y no quería que ella sintiera dolor.

Bajaron varias cuadras y al llegar a la pizzería vieron que en aparcamiento habían varios coches, hubo un convertible azul que se le hizo muy familiar, pero igual entró con su amiga.

El local tenía una pinta exacta a las cafeterías de los años setenta, fueron a las mesas rojas mientras sus amigos le habían señas para que se sentaran.

—¡Alondra, aquí!—gritó Lucia y ella le sonrió, tomaron asiento y Alondra quedó junto a Jetziel.

Nora estaba al lado de Lucia y los cuatro comenzaron a hablar. Jetziel bebía de su merengada y Alondra no dudó en robarle unos cuantos sorbos.

—¿Cómo fue la práctica?—preguntó Jetziel, un poco interesado en el tema.

—Bien, bien ¿Por qué?—preguntó Nora, cruzándose de brazos, y observando a su amigo de forma acusadora.

Rivales | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora