4. Simplicidad

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nota: 

Cualquiera diría al verte que los catastrofistas fallaron:no era el fin del mundo lo que venía,eras tú

                                   Elvira Sastre.

P.O.V Lena Luthor

Aquella mañana era sin duda inesperada, desperté con los brazos de Kara rodeando mi cintura. El calor que emanaba de esta mujer se sentía como algo fuera de este mundo, era como si su existencia atrapara los rayos del sol y los encapsulara para recibir energía ilimitada. Salí de la cama con una gran sonrisa en el rostro y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno, sábado de tostadas francesas.

La primera en despertarse fue Kara quien me miraba en silencio desde el umbral de mi habitación, no sé en qué momento se cambio, pero iba con ropa de correr, shorts, tenis y una camiseta holgada. El aroma a mantequilla y vainilla llenaba la cocina mientras yo tarareaba una canción alegre. El sol de la mañana se colaba por la ventana, iluminando la encimera donde chisporroteaban dos sartenes con mantequilla, hoy también haría un buen día, en una las rebanadas de pan se doraban por un lado, mientras que en la otra, la miel y el azúcar se convertían en un delicioso sirope.

- Eso huele increíble – comento Kara acercándose a mí para colocarse a mi espalda tomando mi cintura.

- Esta receta me sale muy bien, pero no te ilusiones, no se cocinar muchas cosas.

- ¡Oh, yo que pensaba pedirte matrimonio! – comento de la nada encogiéndose de hombros.

Sentí como toda la sangre de mi cuerpo viajaba hasta mi rostro de golpe. Kara me giro para verme y estuvo a punto de besarme pero la voz de la pequeña Rose nos interrumpió.

- ¡Qué hermoso! – estaba maravillada frente al enorme oso de peluche.

Kara me soltó para acercarse a ella.

- Es para ti Rose – dijo agachándose para verla a los ojos – este es el Señor Wesley, tiene poderes mágicos para protegerte mientras duermes, así que asegúrate de tenerlo cerca siempre.

Aquella escena era de lo más tierno que había visto. Kara tenía esa forma natural y espontanea de ser, no sabía que tierna era uno de sus atributos, nunca lo fuese creído si me lo contaban.

- Claro que si Kara, nunca dormiré sin el – mi sobrina la abrazo.

Ambas se sentaron a la mesa y pronto Kieran se les unió.

- Hola tía Lee– saludo aun somnoliento - ¿Kara cuando viniste?

Kara me miro sin saber que decir y yo me apresure a responder...

- Esta mañana la invite a comer mis deliciosas tostadas.

Los tres devoraron las tostadas francesas con deleite. Sabía que estos pequeños momentos eran los que realmente importaban, las pequeñas alegrías que convertían una casa en un hogar.

Mientras terminaban de comer, comencé a limpiar la cocina. Tarareaba la misma canción alegre, con un corazón rebosante de felicidad. No había nada que me gustara más que compartir mi amor por la comida con las personas que amaba. ¿Qué amaba? Mi cerebro se sacudió, claro que no, no es posible amar a alguien que apenas conoces, sin importar que sea una fiera en la habitación. ¡Necesitas Calmarte Luthor!

- Kieran esto es para ti – Kara se acerco para tomar las cajas que había traído consigo la noche anterior.

- ¿Qué es Kara?

- Un regalo, es el último dron de Lcorp, dicen que es un modelo sofisticado y que vuela muy alto, ¿te gustaría probarlo?

El teléfono de Kara comenzó a sonar incesantemente sobre la encimera, lo vi de reojo y solo decía privado, no le di importancia...

Mas allá de la razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora