15. Cenizas

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Nota: habemus cap ❤️, no es el más largo de la historia pero he tenido serios problemas de luz 🥹, debo confesar que disfrute escribir esto, en fin besos desde mi caluroso rincón del mundo. Les dejé un temazo arriba, creo que es lo más ajustado a este cap, me fascina...

P.O.V Lena Luthor

Kara estaba sentaba en el sofá de su sala en Blue Palace y yo estaba sobre en su regazo, ella sonreía mientras paseaba su mano sobre mi muslo expuesto,

- Eres tan dulce nena – dijo mientras ahuecaba su mano derecha en mi seno izquierdo.

- ¡Quiero que me hagas tuya! – le suplique con el deseo quemando en mi cuerpo.

Ella hundió su mano libre en mi cabello y me atrajo a su boca, sentí su lengua entrar en la mía, con una danza lenta y electrizante. Solo se separo para respirar y en ese brevísimo intervalo de tiempo recorrió mi rostro dejando un camino de besos, sus labios tocaron todo a su paso, mordiendo mi pulso, dejando pequeños chupones huellas del deseo. Deseaba a Kara de todas de las maneras posibles, estaba bajo su control, decidida a obedecer todo lo que ella demandara de mí.

- Si tanto lo quieres pídemelo bonito...

Desperté bañada en sudor con el pulso acelerado, todo había sido un maldito sueño, solo los dioses sabían cuanto odiaba esa maldita frase en sus labios. Golpee el colchón con frustración, mi sexo estaba sensible, caliente, húmedo y se contraía ante la necesidad, ya tenía medio año sin tener relaciones sexuales, ni siquiera podía tocarme a causa del terrible vacio que sentía, pero todo cambio desde que Kara envió aquellas rosas con la esperanza de su regreso, mi cuerpo bailo urgido por su tacto. Con mis ex novios no llevaba la vida más plena del mundo, y lo aceptaba porque era más fácil de esa forma solía ser más fácil, pero Kara subió el nivel, la manera en la que nos nuestros cuerpo se conectaban era única y especial, tan caliente, quería su cara enterrada en mi sexo, el recuerdo de su lengua jugando en mi me hizo gemir.

No lo resistía, lleve mi mano al interior de mis bragas y un ligero toque electrizo mi columna vertebral, mi mamo moldeo mi seno con ganas, los gemidos morían en las paredes de mis habitación, la agitación de mi cuerpo se removía en la cama, empapando la sabana...

Mi teléfono empezó a sonar, quien putas se atrevía a llamar a esta hora, en este momento preciso, lo tome con enojo y cuando vi el nombre Kara, con un corazón al lado, emerger en la pantalla mi cuerpo se sacudió, me precipité responder.

- Kara – dije con una emoción que no sería capaz de describir.

- Pareces frustrada amor – comento y yo voltea en todas direcciones buscándola.

- Como sabes eso, ¿Dónde estas?

No era como que Kara saldría de debajo de la cama, pero ojala si lo hiciera.

- ¿Por qué tocas algo que es mío?

- Responder a una pregunta con otra es de mala educación.

- Tocar tu coño sin mi permiso también lo es, quizás deba castigarte.

Su voz ronca y sexy hacia estragos en mis oídos.

- Pues ven y atiende tus deberes, estoy hambrienta.

Escuché su risa socarrona en la bocina del teléfono, maldita mujer. Dos podían jugar este juego, comencé a tocarme más intensamente y a gemir sin control.

- Detente – ordeno con severidad.

Mi mano paró en seco, si ella lo pedía yo iba a cooperar, tenía el poder de doblegarme.

Mas allá de la razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora