Capítulo 4: Lo inesperado

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Por fin llegó la noche y todo estaba yendo a la perfección. La gala, que se hubicaba en la entrada de la mansión, estaba siendo muy buena para todos. Karl Heinz caminaba junto a su nueva esposa, con el brazo enganchado al de ella todo el tiempo. Mientras pasaban entre los invitados, los mismos los felicitaban tanto por el matrimonio como por el hijo que estaban esperando. Los hijos del rey de los vampiros estaban junto a sus prometidas todo el tiempo, no querían hacer otra cosa que estar con ellas, de lo contrario se aburrirían terriblemente si no estuvieran ellas. Sin embargo, Ayato se estaba muriendo de aburrimiento al no tener pareja como sus hermanos, lo que le causó solo un poco de envidia al vampiro pelirrojo. Para colmo, estaba mal vestido, es decir, que el moño de su smokin estaba muy mal amarrado y dos botones de su camisa desabrochados. Esto no lo estaba disfrutando para nada. Con una copa de vino, estaba mirando a su alrededor y deseando poder irse a su habitación. Kanato se encontraba despreocupado mientras jugaban un poco con el pequeño Hikaru, Reiji conversaba con los invitados mientras tenía a Harusame enganchada con el brazo, enseñándole como ser bien educada. Subaru solo estaba sentado en el jardín junto a su prometida, besándola con mucha ternura y Shuu estaba en una esquina, abrazando a Nina por detrás mientras le susurraba cuanto la amaba y lo bella que era, eso mientras ambos bebían vino de forma cuidadosa. Raito por su parte, decidió salir de la gala a escondidas por un rato junto a Carrie para que ambos pudieran tener un momento íntimo juntos en la habitación de ambos, ya que simplemente les había dado el placer de hacerlo.

Conforme avanzaba la noche, Karl Heinz notó que después de dar vueltas por el lugar lleno de invitados, no había visto a Lilliana en ningún momento, entonces miró a su esposa. -Amor ¿No has visto a Lilliana por aqui?-

-Uy cariño- suspiró Lady Claudia. -Esa chica tiene la mala costumbre de siempre llegar tarde a donde sea. Seguro no tardará en venir.-

Karl Heinz simplemente no pudo creer que Lilly estuviera retrasada una hora entera pero esperó a que apareciera pronto. Ayato estaba igual que su padre y quiso salir de la gala para buscarla, pero sabía que Reiji se lo impediría. Raito y Carrie habían tenido suerte de que Reiji no los hubiera visto cuando se escabulleron fuera del lugar para después volver en 40 minutos. En ese momento, Karl Heinz le indicó a Claudia que era su momento para lucirse, por lo que ella subió a los escalones hasta quedar en la parte alta y comenzó a cantar de un forma tan cautivadora. La mujer tenía una bella voz, tanto así, que todos los que estaban presentes detuvieron lo que estaban haciendo para voltear a verla y seguir escuchándola. El único que no disfrutaba el momento por nada del mundo, era Ayato y no era algo realmente raro. Claudia tuvo la atención de todos con su canto y su belleza, pero hubo algo que hizo que todos dejaran de voltear a verla.Se veía que alguien estaba caminando entre la gente y la misma al abrirse para dejarle pasar, habían quedado impactados. Los hermanos Sakamaki y sus prometidas vieron la figura conocida y sonrieron con tranquilidad, como dándole la bienvenida sin necesidad de hablar. Aquella persona avanzó hasta llegar más adelante, donde por fin logró verse claramente quien era y captar la atención de Karl Heinz y Ayato: era Lilliana. La joven estaba aún más hermosa con su vestido de gala color rojo escarlata y un maquillaje simple, pues ella no requería mucho maquillaje realmente. Aquel vestido era suyo, no el que su madrastra le había dado. Claudia al ver lo que pasaba, dejó de cantar, dejando todo el lugar en silencio mientras la multitud veía a la bella vampiresa joven que acaba de entrar. Lilliana se levantó frente a su padrastro e hizo una reverencia como él merecía. Karl Heinz sonrió con mucha ternura al ver a su hijastra hacer eso y le pidió que se pusiera de pie, acto seguido, le acarició el cabello como si se tratara de una niña pequeña.

-Vaya, Lilly. En verdad has crecido mucho, eres realmente parecida a tu madre.- comentó Karl Heinz, refiriendose claramente a la madre biológica de la chica, mostrándose muy feliz. Claudia miró desde arriba en silencio, viendo como la vampiresa azabache le había robado el protagonismo por completo.

-Muchas gracias...- respondió Lilly con mucha timidez. Karl Heinz empezó a reír de forma a alegre. -¡Pongan música!- gritó con entusiasmo. Al escuchar esa orden, los músicos empezaron a tocar y todos tomaron a su pareja para empezar a bailar un vals. Ayato había quedado embelesado al ver a su hermanastra entrar y no dudó ningún instante en acercarse a ella. -Hey, Lilly.- la llamó.

-Ayato- sonrió Lilly en cuanto volteó a verlo e hizo su ya acostumbrada reverencia al chico. -Te ves bien, "su alteza"-

-Soy yo quien debe arrodillarse.- dijo Ayato, pero entonces se dio cuenta de lo que dijo y trató de cambiar el tema, sintiéndose como un gran idiota. -¿Quieres bailar?- preguntó él en lo que estiraba su mano a ella. A Lilly le causó gracia, pero tomó la mano del vampiro pelirrojo y aceptó la invitación. De ahí, ambos se pusieron en posición y comenzaron a bailar el vals junto al resto. Claudia bajó las escaleras y vio como todos estaban disfrutando la gala, pero no con unos buenos ojos. Vio a su esposo hablando con cada uno de sus hijos, animándolos a que vayan a bailar con sus prometidas también. De ahí, los hermanos Sakamaki se les unieron a los invitados en la danza. Entre todos, destacaban Lilly y Ayato, quienes se sonreían mutuamente mientras bailaban. La mujer sintió celos al ver que Lilly se había "apoderado" de la atención que supuestamente le pertenecía a ella. El odio y envidia que sintió fueron tan fuertes que hicieron que se sintiera mal. Se tomó el vientre y se empezó a quejar. -Agh... K-Karl Heinz...- cada segundo que pasaba se empezaba a hacer eterno para Lady Claudia. Fue tanto el dolor que de repente cayó al suelo y comenzó a gritar, así llamando la atención de todos. Ella había comenzado a tener contracciones, lo cual era peligroso porque apenas tenía 6 meses de embarazo. El rey de los vampiros cargó a su mujer y la llevó a la habitación para recibir al bebé, así como hizo con Drianna. Por la situación, le pidió de favor a Reiji que le dijera todos los invitados que se retiraran, pues esta era una situación de emergencia que debía atender inmediatamente.

The Poisoned Heart (Diabolik Fanfics de Romance) Vol.6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora