Capítulo 26.

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Días después...

-¡Ivan, la puerta!-Gritó Rodrigo desde la cocina, terminando de sacar el pastel del horno.

-¡Voy!-Gritó de vuelta, dejando a Camila en la sala, cuidando que no hubiera ningún peligro a su alrededor, mientras corría a la puerta.

El azabache abrió la puerta, sorprendiéndose de ver a Nicolas y a Sebastian llegar juntos a su departamento. Observó el reloj que colgaba a un lado de la puerta y frunció el ceño, extrañado.

-¿Qué hacen aquí tan temprano?-La verdadera pregunta era ¿Qué hacían llegando juntos? Pero prefirió abstenerse a preguntar.

-Buenas tardes para ti también, Ivan. ¡Oh! Que amable de tu parte atendernos, que caballeroso como siempre.-El mayor respondió por todos, entrando al departamento.

-Perdón, Nicolas. Es que los cité aún dentro de unas dos horas, ¿Por qué llegaron tan temprano?

-Sebastian insistió que viniéramos más temprano porque quería ver a Camila, es la clase de tío consentidor que lo mimará demasiado, lo sé.-Nicolas habló, quitándose su abrigo.-Pero es un gusto verte, Ivan.

-Pensé que vendrías con Tomas.-Confesó, agarrando los abrigos mientras cerraba la puerta.

-Él vendrá más tarde, al parecer se quedó en la oficina para horas extras.

-¿Horas extras en un sábado? Nuestro jefe es una persona que detesta trabajar los fines de semana.

-¿No me digas que no te estás dando cuenta?-Se cruzó de brazos, incrédulo.

Iba a cuestionar sobre a qué se refería cuando Sebastian se dirigió a la sala y Rodrigo, ahora rubio porque él aseguraba que necesitaba una nueva apariencia para la ocasión, salió de la cocina con los guantes puestos.

-¡Hola! Están llegando demasiado temprano.-Saludó con una sonrisa, acercándose.

-Es culpa de Sebastian.-Señaló al hombre que se encontraba en la sala, cargando a Camila a gran altura que el azabache tuvo que recurrir en el lugar por miedo a que pudiera soltarla de improvisto o alguna clase de accidente pudiera suceder.

-¿Me ayudarías a terminar de preparar el pastel? Estoy esperando a que se enfríe, recién salió del horno.-Explicó mientras los dos se dirigian de vuelta a la cocina, conversando entre ellos.

Aquel día, Camila estaba cumpliendo sus primeros seis meses de vida, por lo que Rodrigo decidió que no podían pasar por alto dicha celebración y entre él y Ivan decidieron hacer una pequeña fiesta. Además, no habían tenido la oportunidad de hacer una celebración como tal ante la victoria de la custodía, por lo que harían dos celebraciones en una misma.

El siguiente rato pasó rápido, por lo que cuando menos imaginaban el departamento se encontraba lleno y todos se encontraban en la mesa comiendo el platillo especial que Rodrigo se había esmerado por cocinar. Porque mientras el rubio se había dedicado a preparar la comida y el pastel, el azabache había tomado la responsabilidad de decorar todo el lugar con globos y letreros que hacían parte de la celebración.

-Esto sabe espectacular.-Halagó Tomas, masticando uno de los bocados de la carne.

-Rodri es el mejor cocinando desde que tomó clases.-Pedro mencionó, haciendo reír a todos.

-¡Eso no es verdad!-Se quejó el rubio, indignado.

-Oh, claro que lo es, tomamos clases juntos.-Néstor se metió a la conversación, volviendo con una ronda de carcajadas.

-Yah, sigan comiendo todos.- Franco regañó, estando de acuerdo con él.

No había sido una sorpresa para todos la forma en que Ivan se acopló a sus demás vecinos, después de meses desde que se mudó al departamento, por fin había tenido la oportunidad de conocer a todos y llevándose de una manera relajada. El azabache había decidido invitarlos con la intención de poder integrarse todos, por lo que no perdió la oportunidad de hacerles llegar la invitación por medio de Rodrigo y ahora se encontraban todos reunidos, disfrutando de la celebración.

Canila reposaba sobre el regazo de Ivan mientras Rodrigi se aseguraba que los dos comieran, la escena no era muy diferente de aquella celebración pasada donde la bebé estaba cumpliendo dos meses. Para Néstor, Tomas y Nicolas la escena era demasiado familiar, sonriéndose al saber cuánto habían cambiado las cosas en el último tiempo.

-Creo que debería de ir por el pastel.-Rodrigo mencionó, levantándose de su asiento.

-Déjame acompañarte...-Ivab hizo el intento de seguirlo, pero el rubio lo detuvo.

-Está bien, Nicolas me acompañará.-Con un asentimiento, los dos se dirigieron a la cocina, dejando al azabache en el comedor.

A los pocos minutos volvieron a la cocina con el pastel y los desechables entre sus brazos, siendo recibidos por una canción de cumpleaños mientras todos cantaban al unísono. Ivan se había levantado de su silla para dejar a Camila a la altura del pastel, embarrando su manita y haciendo reír a todos.

El resto de la noche fue un borrón, despidiendo a cada uno de sus invitados conforme las horas pasaban hasta quedarse completamente solos. Habían dejado en su habitación a Camila cuando comenzó a inquietarse por el sueño, arrullándola entre los dos hasta que se aseguraron que estaba descansando de manera cómoda. Limpiaron el lugar hasta que terminaron en la sala, sentados uno al lado del otro mientras una suave melodía los acompañaba en su silencio, sin que sea incómodo ni tenso, simplemente reposaban en compañía del otro.

-Hoy salió demasiado bien.- Confesó el rubio, cerrando los ojos mientras recargaba su mejilla sobre el hombro del contrario.

-Fue gracias a ti, tu comida fue la mejor parte de todo.

Sonrió, negando.-Camila fue la anfitriona perfecta, todo es gracias a ella.

Cuando el reproductor dejó de tocar la música y el silencio volvió a coronar, Ivan sintió que era el momento de hacer la pregunta que lo había estado atormentando desde hace un par de días. Rodrigo sintió el cambio del ambiente, por lo que se separó para poder verlo.

-¿Sucede algo?

-Nada, solo últimamente estuve pensando un par de cosas.-Confesó, entrelazando sus manos.

-¿Ah, si? ¿Qué estuviste pensando?

-Últimamente pasamos más tiempo en el departamento del otro, para ser más preciso, en el mío. Pensaba que, si estás de acuerdo, podríamos considerar el vivir juntos, debido a que pasamos más tiempo juntos y realmente hacemos cosas domésticas, considerando que parecemos más que vivimos juntos, igual pasamos noches durmiendo con el otro y desayunamos juntos, entre otras cosas que... Fue interrumpido cuando sintió al rubio sentarse sobre su regazo y asintiendo, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

-Pensé que no lo pedirías.

-¿Por qué no?

Se encogió de hombros.-Han pasado tantas cosas, que lo último que podría imaginar es que viviéramos en el departamento del otro, pensé que querías esperar más tiempo.

-La verdad es, que no puedo dormir si no estás a mi lado, así que ¿Por qué no hacerlo de una manera extra oficial para ya no usar de excusas quedarnos tan tarde como para pasar la noche juntos? Ni siquiera es que vivamos en un piso diferente, pero realmente decirnos que es muy tarde para ir a nuestros departamentos teniéndolo a un lado del otro ya es ridículo.-Confesó, sacando una carcajada de ambas partes.

-Es cierto, debemos de dejar a un lado esas excusas.-Estuvo de acuerdo antes de inclinarse lo suficiente como para que sus respiraciones se juntaran y sus narices se rozaran.-Entonces, ¿Estamos viviendo oficialmente juntos?

-Si eso no te molesta y aceptas mi propuesta, vivamos juntos a partir de ahora.

-Como, ¿Ahora mismo?

Asintió, recitando unas últimas palabras antes de juntar sus labios en un armonioso beso lleno de anhelo.-Justo ahora, vivamos juntos.

Save my life - Rodrivan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora