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Vaggie se ha perdido gran parte del debate, lo sabe. Se despertó con ellas follando y discutiendo; al principio se había preocupado, ya que parecía que Charlie no lo estaba disfrutando del todo, y luego, lo que pasó justo después… Bueno. Todo lo que Vaggie puede hacer es pararse junto a Charlie, pero se da cuenta de que esto es algo entre ella y el demonio, algo que necesita resolver dentro de sí misma.
Ella se hace a un lado mientras se abrazan, o cuando Charlie recupera el aliento encima de ella y el demonio le rodea la espalda con el brazo, si eso se considera un abrazo. Está claro que todo el estado de ánimo ha cambiado por la mirada que intercambian cuando Charlie se levanta, esta mezcla de vergüenza y sorpresa que probablemente Vaggie no entiende del todo, pero es obvio para ella también que han llegado a un nuevo punto esta noche.
Charlie se quita con cuidado la correa y el demonio no la insta. Vaggie está ahí para darle la bienvenida en sus brazos cuando Charlie se arroja entre ellos, inclinándose para estar más cómoda en el abrazo. Vaggie no dice una palabra, pero se asegura de abrazarla con tanta fuerza como necesita.
Disfrutan del contacto silencioso por un rato, hasta que los labios de Charlie se mueven hacia la piel de su cuello, besando, chupando, mordisqueando.
Vaggie se estremece de pies a cabeza. ーCharlie…
ー¿Quieres ir de nuevo?
¿Honestamente? Vaggie pensó que estaba demasiado cansada para eso. Pero ver a Charlie montando su yo demoníaco es una imagen que no abandonará su mente por un tiempo, que la sacudió hasta lo más profundo; y ella es débil al tacto de Charlie, siempre lo ha sido. Sus dedos rozando sus caderas la hacen temblar, el mordisco juguetón de sus dientes en su cuello ya está haciendo que Vaggie se desmorone.
ーSíー, suspira.
Charlie besa su mandíbula, su mejilla, su boca. ーQuiero hacerte el amor.
Vaggie no pregunta si esto está relacionado con el momento que acaba de tener con su yo demoníaco. Ella sólo asiente y la besa de nuevo.
Hablando del demonio… Ellos se están sentando lentamente, Vaggie los vislumbra antes de que Charlie bloquee el resto de su visión moviéndose para besarla mejor, rodeando sus labios con su lengua y luego separándolos suavemente. El demonio no dice nada, no mientras se besan, no cuando Charlie vuelve a recostar a Vaggie sobre las sábanas con cuidado, dejando un camino de besos desde su mandíbula hasta su estómago.
El demonio se ajusta en el colchón, Vaggie siente el cambio de peso, pero todavía no dicen una palabra, ni siquiera cuando Charlie se detiene en su camino hacia abajo para mordisquear tiernamente las caderas de Vaggie. Las aprieta con fuerza, lanza a Vaggie una mirada juguetona, luego presiona sus labios contra su ombligo y sopla muy fuerte. Vaggie estalla en carcajadas y su cuerpo tiembla.
