Destroyers of Worlds [Destructores de Mundos]

I. Perdidos

Destroyers of Worlds
Destructores de Mundos

"Ahora me he convertido en la muerte
El destructor de mundos"
Del texto sagrado hindú Bhagavad-Gita

I. Perdidos.

Había un revuelo en las redes sociales en las últimas horas, por la alta taza de rumores y chismes que se hablaban en la plataforma X.

Desde hace poco más de 6 horas el hashtag #RBR junto con la búsqueda #maxverstappen y #checoperez tenía locos a los fans del deporte automotor, también a aquellos que no conocían sobre el tema, pero adoraban cuando una buena historia se cocinaba en medio de noticias amarillistas y chismes de lavadero.

Cualquiera que tuviera dos dedos de frente sabía que esto solo era una forma de llamar la atención, los hilos de X se estaban volviendo tan extensos y tediosos que cualquiera pensaría que un adolescente sin nada mejor que hacer estaba alimentando la psicosis colectiva por todo el mundo.

En cambio para los dueños de Red Bull Racing esto iba mucho más allá.

Y es que desde hace dos días no se sabía nada de Max y Checo.

La última noticia que se tenía de la dupla de pilotos de Red Bull fue después del gran premio de Suzuka en Japón. Christian Horner, su jefe, había hablado con ellos antes de que tomarán su avión con rumbo a casa para tener una semana de descanso o entrenamiento antes del gran premio de China. Rieron un poco, bromearon sobre lo que harían en sus ratos libres y cada uno tomó su camino.

Ahora iba por su cuarta taza de café, sentía que tenía los ojos secos después de no dormir por más de dieciséis horas y el sonido del teléfono que repiqueteaba cada tres segundos le estaba causando una fuerte migraña.

En la sala de juntas en Milton Keynes se encontraban todos los socios dueños de la empresa de la bebida energética, que en ese momento no pensaba que le ayudaría el tomarse uno, sentía el ritmo acelerado de su corazón escuchando en una cacofonía imposible de soportar, los gritos y reclamos de los jefes por que sus pilotos estrella no aparecían.

Al principio Christian creyó que era una broma de mal gusto de Checo, gustaba de hacer bromas de repente, pero cuando el tiempo de llegada de ambos pilotos a sus lugares de residencia se extendía más de lo esperado y que después Jos Verstappen le hablara en medio de gritos de donde estaba su hijo, supo que había pasado algo más.

No pasaron ni dos horas cuando la familia de Sergio intentó comunicarse con él para decir que Checo no había llegado a Guadalajara, su avión privado había aterrizado pero Sergio no iba en el.

Lo mismo pasó con Max.

Todo se descontroló en cuestión de instantes, la prensa se comía a Christian vivo y guardaban una parte de él para el desayuno. Mientras alrededor del mundo se especulaba del posible paradero de ambos pilotos. La policía empezó la investigación, los altos mandos de Red Bull llegaron como tormenta a la empresa y Christian sentía que iba a morir en cualquier momento por el estrés.

Pero nadie sabía nada de Sergio y Max.

Y eso solo aumentaba la tensión que ya se vivía en el interior de la empresa por las luchas de poder, para agregarle que cada hora que pasaba era una hora menos de posibilidad de encontrarlos con vida.

Christian bebió de su café ya frío haciendo una mueca, para después llevar ambas manos al rostro recargándose sobre el escritorio con los gritos de la gente a su alrededor por el caos que dos personas habían causado.

Si los volvía a ver vivos después de esto, Christian se encargaría de enterrarlos el mismo.