Destroyers of Worlds [Destructores de Mundos]

VII. Tregua

Destroyers of Worlds
Destructores de Mundos

VII.Tregua.

Los meses pasaban con tanta calma que lo dejaban con una tensión de que algo pasaría de repente, causando un colapso total del universo.

Christian no vivía tranquilo desde que inicio este año y parecía que hasta que no terminara no habría un momento de verdadera calma, ya que desde antes de que empezara la temporada el mundo del automovilismo se cimbraba desde sus cimientos.

Aun así, en las últimas carreras no habían sucedido cosas fuera de lo común, aun había problemas, viajes que hacer, alcanzar el campeonato de constructores y el de pilotos, nada fuera de lo común.

Aun así, estaba esa sensación en la parte trasera de su cerebro que le decía.

Prepárate.

Aunque aún no sabía a qué debería de prepararse.

Envejecería un par de años nada más con estos problemas, estar en el ojo del huracán de los chismes no era para nada satisfactorio.

Suspiró cansado entrando a su oficina para ver a Torger Toto Wolff sentado enfrente de su escritorio en los cómodos sofás, el jefe de equipo de Mercedes le dio una sonrisa y Christian en cuanto lo vio algo se sintió fuera de lo común.

Había cantado victoria muy rápido.

—¿Qué haces aquí?

—Buenos días, Christian.

Tomó la taza que estaba frente a él en la mesita de centro y le dio un sorbo al café que aun humeaba, dándole otra ligera sonrisa.

Christian se sintió fuera de lugar por un instante, cerró la puerta de su oficina con seguro y espero que nadie lo hubiera visto entrar.

—Tu asistente me dijo que te esperara aquí, que no tardabas, fue muy linda al ofrecerme un café, es muy bueno.

—¿Qué haces aquí, Toto?

Le sonrió por tercera vez bajando la taza, señalándole el lugar frente a él en una silla, Christian alzó una ceja ante el descaro de su colega, como si la oficina fuera suya y el invitado fuera Christian.

—Siéntate, platiquemos, ¿no quieres algo de beber?

—Déjate de juegos, Toto. Por última vez, ¿qué haces aquí?

Toto era una persona que mostraba calma en su rostro, pero la verdad es que como Christian, tenía un carácter duro y fuerte, se tenía que ser así para convertirse en jefe de equipo, ya que no se pueden permitir errores donde la vida corre peligro a más de 300 km por hora.

Eso ambos lo sabían.

Por eso ambos juntos no funcionaban.

La calma que mostraba Toto, solo le decía a Christian que era una fachada.

Sin embargo, Toto estaba entretenido al ver la confusión en su compañero, no lo culpaba, hace unos meses él estaba igual.