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El secretismo con el cual se movían Embry y Cassy era evidente, aún así Sam había ordenado que nadie los interrogue.

Mientras tanto, un incidente marcó la tribu y la manada.

Harry Clearwater habia fallecido, y con este acontecimiento trajo dos nuevos lobos a la manada, Leah y Seth Clearwater.

Mientras Cassy tomaba a Leah como pupila y le mostraba como ser una loba en medio de lobos no era tan malo, notaban como algo cambió en ella, aún así, nadie pregunto.

Leah y Cassy se conocían muy bien, ¿Cómo no?, prácticamente eran primas e incluso Leah fue en algún momento su niñera.

El fin de la guardia llegó y Cassy se puso de pie para recibir a Embry.

Paul se detuvo a mitad del camino, como si esperara que Cassy saltara a sus brazos, en su lugar se encontró con Cassy besando la mejilla de Embry y tomando su mano para llevarlo dónde Leah, Seth y Kim.

Con dolor en su pecho siguió su camino dentro de casa pero se detuvo abruptamente cuando oyó hablar a Kim.

—¿Qué hacen? Es de mala suerte ver a la novia antes de la boda.

¿Boda? No, no podía ser cierto.

Ella no se podía casar con el idiota de Embry.

Es más, Embry tenía una impronta.

Y él mismo era la impronta de Cassy, ¡Su alma gemela! Claro que su destino era estar el uno para el otro.

Ellos no podían casarse.

Sam salió de la casa chocando con el lobo, sus ojos se encontraron y supo que él también lo había oído.

Vieron a Jared tomar a su impronta entre sus brazos y repartir besos en sus hombros.

Todos sonreían felices.

—Venga, es hora de irnos.—Dijo Leah al notar los dos espectadores.

Paul quiso gritar, llorar y pelear, aún así no pudo.

Simplemente se quedó ahí, estático, mirando como Cassy subía al auto acompañada por los demás antes de partir lejos de ahí.

Quería golpearse y hacerse daño, pero él se lo había ganado.

La tarde llego y con ellos el dolor en su pecho solo se intensificaba, aún así, él y Sam fueron a su casa de la infancia, ahí empezaron a trabajar en silencio a la espera de la manada que nunca llegó.

Las horas pasaron la desesperación carcomía su ser, incapaz de contenerse terminó convertido en lobo, en busca de algún indicio hasta que lo oyó.

En casa de Cassy, al parecer, una fiesta se llevaba acabo.

Luego de ponerse unos vaqueros se asomó al patio acompañado de Sam.

Sus ojos marrones miraron la escena con auténtico dolor.

Ellos posaban para unas fotos, felices, casi radiantes.

El problema no eran las fotos, ni los adornos blancos y dorados que adornaban el lugar.

Era que habia llegado tarde.

Muy tarde.

Y había hecho las cosas mal.

Cassy, su Cassy se había casado con Embry y ahora era él quien podría llamarla esposa.

Cassy, su Cassy se había casado con Embry y ahora era él quien podría llamarla esposa

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Algodón De Azúcar - Paul Lahote Donde viven las historias. Descúbrelo ahora