II.

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Nerea Martín.

Era sábado, estaba en el motorhome de Alonso preparándome, Alonso había insistido de ponerme algo totalmente diferente, total, que terminé poniéndome un top negro, un chándal gris y una coleta alta. Algo sencillo, ya que no quería llamar tanto la atención.

-Nerea, ¿ya estás o que? Llevas ahí media hora, niña.- escuchaba como se estaba riendo y salí del baño cambiada y preparada.

-Tampoco he tardado tanto, dramático.- dije dejando mis cosas y guardándolas en la mochila otra vez. Alonso se preparo y recogimos un poco.

Eran las siete y media. Estábamos de camino a desayunar ya que luego yo me iba al box de Jorge antes del entrenamiento de Alonso. Íbamos a ir a coger algo de desayunar para mi ya que Alonso como siempre desayunaría con su equipo, creo.

Una vez terminado mi pedido, fuimos hacía los boxes otra vez. De lejos, vi a una persona que me sonaba mucho, esa altura, esa risa, ese pelo, esos ojos, esa sonrisa, ese color...

-Hombre, perdida.- Fermín soltó al verme. Estaba con una sonrisa y se acercó un poco a mi, unos metros de más.- ¿Ya no quieres a tu hermano o que?

-Muy gracioso te has levantado tú.- dije cruzando los brazos con una sonrisa.- Y si que quiero a mi hermano, lo que pasa es que me apetecía estar con Alonso.

-Claro.-se acercó y me removió el pelo riéndose, me cogió las manos.- ¿Vendrás a mi box, no?

-No te flipes chaval que se va conmigo a mi box.- dijo Alonso abrazándome para apartarme de Fermín. Solté las manos de Fermín y me puse a reír.

-Que pesados, dejarme ya anda.- dije apartándome de los dos y riendo. Estaban los riéndose mientras me miraban.- ¿Tu donde vas ahora?

-Voy a ir a desayunar con el equipo y luego me voy con tu hermano a dar una vuelta por el circuito antes de empezar los entrenos.- me dijo mirándome a los ojos.

-Ves con él, luego ya nos vemos y así ves a tu hermano, y ya sabes.- dijo dándome un beso en la cabeza y sonriendo. Afirme con la cabeza y le abrace antes de que se fuera. Me quede al lado de Fermín y lo mire.

-¿Ves? Siempre te acabo ganando de una manera u otra, enana.- dijo poniendo su brazo alrededor de mis hombros.- Venga vamos, que necesito desayunar.

-Lo que tu digas.

Seguimos caminando, me sentía cómoda a su lado ya que no me juzgaba en nada ni se quejaba de las tonterías ni de los chistes malos que decía. Con Fermín era todo diferente.

-¿Cuando me vas a decir lo que te pasa?- de repente soltó sin pensárselo mucho. Me tensé en ese momento y empecé a temblar un poco, no se notaba, pero los nervios lo decían todo.

-¿Que dices? No me pasa nada, estoy bien.- dije riendo, o eso intentaba. Paramos a dos minutos de la cafetería y me miró.- Estoy bien, Fermín...

-No, no lo estás, te pasa algo, se te nota mucho en la mirada Nerea.- me dijo agarrando mi mano.- Va, ¿que te pasa?

-Nada.

-Nerea...

-Que nada, Fermín. Nada.

-Nerea.

-Joder, que no me pasa nada, estoy bien como siempre y ya está.- dije apartándome un poco alterada. Él me miro.

-Haré como si no te pasará nada pero después de los entrenos me lo dirás, ¿vale?

-No hay nada que decir.- dije cruzando los brazos. Estaba serio, y tampoco me gustaba la idea de discutir con él porque no tenía la culpa, de hecho, él fue quien me dijo de venir y acabe viniendo porque Fermín me lo dijo, me dijo que estaría conmigo todo el rato, pero me agobiaba la idea de decírselo y que se enfadará conmigo y al final del día, se lo dijese a mi hermano.

-Lo que tu digas.- abrió la puerta de la cafetería y entramos los dos. Me senté a su lado mientras que el desayunaba y yo me comía lo que había comprado anteriormente con Alonso. Terminamos y nos fuimos hacía el box de mi hermano, estuvimos charlando y demás, hasta que llego la hora de ponerse serios. Opte por ir al box de mi hermano y quedarme ahí. No quería salir después de haber discutido.

***

Eran las seis menos cuarto de la tarde, ya habían acabado con los entrenos y la sprint. Al final, fui al box de Alonso y opte por evitar a Fermín, pero nuestras miradas conectaban todo el rato.

Estábamos en el box de mi hermano, íbamos a ir a tomar algo con Fermín, Aleix, Pedro... Habíamos quedado unos cuantos, ¿Había algo bueno en la quedada? Si. La prima de Pedro, Laura. Ya la conocía de carreras, pero nunca habíamos tenido contacto, por lo que sería una oportunidad de acercarme y estar con ella, a parte de conocerla y poder tener a alguien con quien pasar las carreras.

La puerta sonó.- Esta abierto.

-Buenas.- dijo Fermín entrando con una sonrisa y con su camiseta de boscoscuro. Estaba sentada en la cama mirando el móvil, apoyando mi espalda en la almohada.

-Míralo que guapo el rey de roma.- dijo mi hermano echándose colonia mientras María se maquillaba en el baño.

-Estoy hecho un bombón.- todos rieron menos yo, que estaba mirando el móvil aun que a veces los miraba a ellos. Fermín se acercó a la cama y se sentó a mi lado. Giro la cabeza y me miro.- Nerea, me he dejado la cartera en mi motorhome, acompáñame anda, así sales un poco.

Lo mire. Estaba serio.- Vale.

-Ahora venimos que me he dejado la cartera.- me agarro de la mano y nos fuimos del motorhome. Caminamos un rato y llegamos a su motorhome. Entramos y me senté en el borde de su cama.

-¿Que pasa?- me dijo acercándose a mi con los brazos cruzados. Trague saliva y mire hacia la puerta con demasiadas ganas de irme.-Va dímelo, no me gusta verte apagada.

-No porque se lo dirás a mi hermano y pues tendré problemas, y encima estoy fuera de casa.- dije mirándolo cruzando mis piernas en forma de indio. Llevaba shorts y una sudadera negra básica.

-Nerea sabes que no.- dijo sentándose a mi lado.- Venga dímelo.

-Prométeme que no dirás absolutamente nada aun que te pregunte.- le mire seria. En sus ojos se reflejaban confianza.

-Te lo prometo.

Después de eso, se lo conté, le dije lo que me estaba pasando y como me sentía. Me abrazo un rato y luego fuimos con los demás. Nos fuimos al motorhome del Aleix.

Una Recta Sin Final: Fermín AldeguerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora