III.

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Nerea Martín.

Estuvimos gran parte de la noche en el motorhome del Aleix con una barbacoa y con los demás. Fui divertido y pude conocer bien a la prima de Pedro, era encantadora, amigable y bastante maja. Estuvimos hablando y conociéndonos mientras que los demás hacían bromas y demás. Me sentí bastante cómoda a su lado, a parte de segura y... como si fuera mi lugar seguro, o protegido.

Después de estar un buen rato, me senté en una de las sillas medio dormida, Laura y Pedro se habían ido al hotel donde estaban. Fermín se me puso delante de mi y me sonrió.

-¿Ya está cansada la enana?- me dijo riéndose. Yo sonreí y me acurruqué más en la silla. Él soltó una carcajada y me estiro la mano.- Me voy a mi motorhome, ¿vienes o te quedas?

-Voy contigo, que siempre me quedo hasta tarde y nunca descanso.- dije poniéndome de pie y agarrando su mano.- Y eso que yo no soy la que corre.

Yo y Fermín nos despedimos y nos fuimos a su motorhome. Esta noche me iba a quedar con el ya que Jorge quería estar con María. Llegamos y me tiré a su cama en cuanto llegamos. Fermín se fue a cambiar y yo me quede tumbada.

-¿Tú y el Alonso que os traéis?- me dijo saliendo del baño y tumbándose a mi lado.- Os veo muy juntos últimamente.

-Tú ya sabes que a Alonso lo veo como un amigo y ya está.- le dije mirándole.- Me quede con él porque era el único que sabía lo de las notas...

-Mas te vale.- me dijo cogiendo el móvil. Nos quedamos un rato con el móvil y luego Fermín se puso a estudiar el circuito en la pequeña mesa que tiene. Después de media hora, decidí molestarlo un poco y alegrar el ambiente, ya que estaba demasiado concentrado.

-Torre Eiffel.- me acerque a él y le empecé a remover el pelo. Soltaba alguna carcajada por su parte pero no se inmutaba.

-Para, va.- me dijo apartando mi mano. Seguí molestándole.- Vete con el móvil otra vez anda, que estabas muy bien ahí, quietecita y callada.

-Nop.- dije riendo. Lo abrace por los hombros y le tocaba la cara o le tapaba los ojos. Soplo y agarro mi mano, se levanto y me cogió como a un saco de patatas.

-¡Bájame!- dije riendo. Le daba algún golpecito en la espalda hasta que me tiro a la cama para darse la vuelta y volver a sentarse.- Eres un aburrido.- me volví a levantar y me quede a su lado.

Paso media hora, estaba sentada en la cama y de repente se levantó, bufo y se tiró a la cama.

-Estoy reventado.- dijo tapándose la cara.

-Por eso estás tan feo.- dije soltando una carcajada mirándolo.

-No me hagas hablar.- dijo mirándome. Yo le sonreí y me tiré encima de él abrazándolo. Nos quedamos así un rato hasta que decidimos irnos a dormir, que era tarde.

***

Una alarma sonó sin parar, me removí en la cama y de repente, el frío empezó a entrar y me abrace a un brazo. La humedad entraba y la alarma no paraba. De repente, Fermín se levantó y apagó la alarma, se paso las manos por la cara. 

-Nerea, suéltame tengo que vestirme.- susurró en mi oído. Me volví a remover sin soltar su brazo. Escuché como soltó una carcajada de su parte.- Va, suéltame o te arrastro conmigo.- bufé y le solté, le di la espalda y seguí durmiendo. Sentí sus labios en mi frente y se levantó tapándome con la manta. Sonreí y me volví a dormir. 

Paso una hora y poco cuando sentí la luz encendiéndose y alguien acercándose a mi sigilosamente. Noté el perfume de Fermín cerca y de repente, me dio un empujón pequeño en el hombro. Abrí los ojos poco a poco y me senté en la cama frotándolos. 

-¿Que hora es?- dije mirándolo y levantándome. Me sentía cómoda con él. Segura. Protegida. 

-Son las siete y cuarto.- se acercó y me abrazó.- ¿Estás cansada de no hacer nada, no?- soltó una carcajada y lo empuje ofendida.

-Oye, no te pases que acabo de levantarme y encima yo aún no te he dicho nada.-dije cruzando los brazos con una sonrisa. Se acercó para abrazarme pero yo me negué y corrí un poco lejos.- Atrás satanás.- dije riendo. 

-Venga ya, estás en mi motorhome, ¿sabes que te puedo echar, no?- puso sus manos en la cintura y me miró.- Ven o te echo.- dijo riéndose.- Y no va en coña.

-Pues me voy pero tu no me toques.- dije abriendo la puerta para irme, en cuanto abrí me quede congelada y cerré la puerta.- Haber, un abrazo al año no hace daño, torre eiffel.-abrió sus brazos y sin dudarlo lo abracé. Fue un abrazo largo, pero estaba cómoda. 

-Venga, que corra el aire que te tienes que concentrar.- dije intentando separarme. Me agarró en sus brazos y me tiró a la cama cayendo de espaldas. Se fue a acabar de prepararse y volvió. 

-¿Tu que?- me miró.- ¿Te llevo al hotel o en el box de tu hermano hay ropa tuya?- dijo agarrando su móvil y revisando sus notificaciones. 

-Hay ropa en el box de mi hermano pero prefiero no ir por si las moscas.-me levanté y me puse las AirForce1.- ¿Me puedes llevar a la parada cerca del hotel? 

-Te llevo al hotel directamente.- me dijo. Agarró las llaves del coche y nos fuimos al hotel con su coche. Al llegar, me cambié poniéndome unos legins y un top negro. Después, nos fuimos a desayunar con el equipo boscoscuro y empezaron los entrenos. Esta vez me quede en el box de mi hermano ya que no había pasado mucho tiempo con él estos días.


Una Recta Sin Final: Fermín AldeguerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora