Una Recta Sin Final: Fermín Aldeguer

XI.

Nerea Martín

Estábamos de camino a Andorra, yo y Fermín en su coche, estaba con las rodillas hacía arriba y apoyada en el asiento del coche, mirando el móvil. La mano de Fermín estaba en mi pierna mientras me acariciaba de vez en cuando. Nos quedamos parados por tráfico en las autopistas de Barcelona. Sentí la mirada de Fermín.

-Princesa.- me dijo el Murciano. Hice un movimiento de cabeza indicando que siguiera.- Deja el móvil un rato, anda.- me lo quitó de las manos y lo guardo en su bolsillo. Se acercó y estampó sus labios con los míos. Se lo seguí y noté como puso una mano en mi mejilla. Al separarnos, me dio unos besitos mas. 

-¿Cuanto queda para llegar?- le pregunté agarrando su mano con la mía. Entrelazo nuestras manos y miró el google maps.

-Una hora y poco.- me dijo mirándome de nuevo.- ¿Tienes algo? 

-Tengo hambre.- le dije mirándole con un puchero. Sonrío y me dio un beso corto. 

-¿Quieres que paremos a comprar algo cuando salgamos del atasco?- dijo mirando hacía delante y acelerar un poco, ya que habían avanzado. 

-Tranquilo, puedo aguantar.- me miró un poco serio y fruncí el ceño. 

-No pasa nada por parar cinco minutos y comprar alguna galleta, eh.- le di un beso en la mejilla y el me lo devolvió pero en los labios. El atasco siguió sin problema y nos paramos en una gasolinera que había cerca. Fermín bajo y me compró alguna chuche y alguna galleta con chocolate. Sonreí por dentro. Antes de entrar, se paró unos minutos para ponerle gasolina al coche. Después de unos largos minutos entro y me dejo la bolsa en los pies. 

-Gracias, mi niño.- dije con una sonrisa mirando la variación. 

-Todo lo necesario para verte esa sonrisa.- nos miramos y enseguida junte nuestros labios en un beso, era un beso suave y tierno. Nos separamos y me dio un beso en la mejilla. Agarré un paquete de chuches, yo y Fermín las íbamos compartiendo. De repente, me empezaron a llamar desde el móvil, me sacudí las manos y miré quien era; "Jorge💜" 

-Nerea, ¿por donde vais?- preguntó con una voz un tanto dura. Tragué grueso por su forma de decirlo. Fermín me cogió el móvil y puso el altavoz. 

-Acabamos de salir del atasco que había y nos dirigimos hacía Andorra.- dijo Fermín conduciendo poco a poco. 

-Vale, pues quedamos en mi casa, bro.- dijo mi hermano mientras escuchaba como se quitaba el cinturón.

-Vale va, en dos horas nos vemos.

-Y dile a mi hermana que tengo que hablar con ella seriamente, que los papás me han dicho lo de las notas y que bien callado se lo tenía. 

-Vale, cuando se levanté se lo digo.- se despidieron y me miró.- ¿Aún no se lo has dicho? 

-Es complicado decírselo, tampoco se lo quería decir en una carrera.- vi como se ponía un poco serio. Rodee los ojos y lo mire.- No me mires así, no es tan fácil. 

-En momentos a solas y ya está, es tu hermano y lo entenderá.- miró hacía delante y empezó a conducir. Ya no había rastro del atasco.- Y no pongas la excusa de que no querías decírselo en una carrera porque a mi me lo dijiste. 

-Me dijo Alonso que te lo dijera.- miré hacía la ventana. 

-Podrías habérselo dicho a tu hermano también.- escuché como su voz se calmaba. 

-Bueno, ya.- miré hacía delante pero jugué con mis manos. Me sentía culpable, y mucho, pero no quería hacerlo ver ni a entender. 

Fermín estiró su mano y la entrelazó con la mía.- Perdón, es solo que, no quiero que tengas ahora mal royo con tu hermano y no te deje venir a mi casa a dormir y estés castigada como los niños pequeños, sin poder ir a los sitios con tu "amigo". 

-¿En serio?- lo miré y me empecé a reír.- Eres un personaje, de verdad. 

-Entiéndeme princesa.- llevó una mano a mi barbilla y me obligó a mirarle antes de besarme suave y lento. Con él era todo más fácil, y no tenía mucho en lo que pensar. Simplemente sabía que era él el indicado. Le seguí el beso, ladeó la cabeza para profundizarlo y me separé.- Princesa...

-Mira la carretera, anda. 

-Mala. 

Habíamos llegado a Andorra, estábamos cogiendo mis maletas para dejarlas en casa de Jorge y bueno, si me dejaba, iría con Fermín, aun que no tenía pinta. Picamos y enseguida entramos en la casa de Jorge y María. Al entrar, fuimos al comedor donde estaban ellos. Sonreí y mi hermano me miró serio, mas que otras veces. Tragué grueso. Fermín se sentó y Jorge se levantó. 

-Ahora venimos, vamos ha hablar entre hermanos.- me cogió de la mano y me llevo a su dormitorio.- Me vas a explicar que ha pasado en las notas.- cerró la puerta y cruzo los brazos. 

-Pues que he suspendido cuatro exámenes de siete.- tenía los ojos cristalizados.- No te lo he dicho porque no quería joderte ni que te preocuparás por mi, por eso estaba o con Alonso o Fermín, simplemente no quería que me vieras mal en una carrera.- cruce los brazos. 

-Escúchame Nerea.- me agarró de los hombros.- Soy tu hermano mayor y hagas lo que hagas, pienses lo que pienses, y aún así que sea mala idea, te apoyaré, ¿vale?, lo de los estudios, bueno, es tu primer trimestre en segundo de bachillerato, tienes 17 años, pequeñaja, es normal la presión.- Sonreí y lo abracé.- Ay mi niña.- me dio un beso y me miró.