❥ ; 7 - ¿Traición?

257 27 122
                                    




La película había perdido todo interés para Xiao y la televisión se había convertido en un simple ruido de fondo mientras los dos chicos estaban más concentrados en los labios del otro. Xiao suspiró en medio del beso mientras acariciaba con suavidad la nuca de Aether, ninguno se atrevía a avanzar más así que sabían que era mejor no tentarse demasiado. Entonces, un sonido rompió el momento y el beta se detuvo únicamente para ver la pantalla, sin embargo cuando vió de qué se trataba tuvo que apartarse.

—Espera... es mi madre —dijo mientras revisaba el mensaje—. Me pregunta dónde estoy, dice que viene para acá con su destinado.

—¿En serio? Así vemos quién es —comentó el cánido antes de dejar un beso en su cuello—. Aunque nos han interrumpido y eso no me gusta...

Xiao miró a su chico después de responder al mensaje con la dirección de Aether y le dió un besito en los labios.

—Después seguimos donde lo hemos dejado, a mí también me fastidia la interrupción pero tengo ganas de verle, y a ese alfa misterioso.

—Yo también tengo curiosidad.

Aether se levantó y estiró los brazos para poder relajar los músculos que llevaban entumidos durante el rato que habían estado "viendo" la película. No sabía dónde estaba Lumine, probablemente en su cuarto, pero sabía que sus otros dos compañeros tenían una cena familiar. Xiao hizo lo mismo y suspiró mientras observaba la pantalla del móvil, pero no había más respuestas. Seguramente estuvieran de camino.

—¿Vamos fuera, o les esperamos aquí? —dijo un tanto dudoso. Estaba nervioso y le costaba disimularlo, y tenía razones para estarlo.

—Podemos esperar aquí, si quieres abro la ventana, los dos son aves ¿no?

—Pues, ahora que lo dices no lo sé, pero supongo que sí. Es lo más común —meditó por un momento y tomó la mano de Aether para tirar de él y abrazarlo. Había descubierto lo mucho que le calmaba la compañía de su chico—. Espero que de verdad sea un buen hombre, estoy un poco nervioso.

—Tranquilo, amor, seguro que lo es —trató de calmarlo y dejó un suave beso en su mejilla.

Ambos decidieron tomar asiento en el sofá mientras esperaban, sabían que tardarían un poco si habían decidido venir volando. Sin embargo, antes de lo esperado, una imponente figura se posó en la pequeña terraza que los chicos tenían y Dvalin se irguió con Venti entre sus brazos. Xiao contuvo el aliento unos segundos, confuso. ¿Por qué lo había traído en brazos? Cuando ambos se acercaron se dió cuenta de la realidad, que le golpeó con tal fuerza que casi hubiera preferido seguir sentado.

—M-mamá... ¿Qué...? Tus... alas... —murmuró con la voz temblorosa.

Aether también se quedó atónito. No había conocido a la madre de Xiao, pero sabía que era un ave y esperaba ver sus alas blancas que tantas veces le había descrito Xiao.

—Es... una larga historia —pronunció el omega una vez Dvalin le hubo dejado en el suelo—. Los fatui me secuestraron y... Bueno, creo que puedes imaginar lo que pasó.

Los ojos del beta se cristalizaron y sus manos comenzaron a temblar, así que las apretó en puños. Quería matarlos, uno a uno, vengarse por lo que le habían hecho a su madre. La rabia le comía por dentro en ese momento y le costó moverse en la dirección del mayor, pero logró avanzar un par de pasos.

—Esto no puede quedar impune. No pueden salirse con la suya...

—Xiao, ya pasó, los fatui son peligrosos y lo que menos quiero es que te inmiscuyas en esto, cariño... Estoy bien, supongo que gracias a eso conocí a mi destinado, es con lo que tengo que quedarme.

Atados al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora