❥ ; 12 - Siempre tuyo

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El camino fue más largo de lo que Aether recordaba. No tardó en cerrar la puerta y empujar al contrario contra la cama. Se había cohibido, pero ya no iba a haberlo. Rápidamente la sorpresa de Xiao se transformó en una mirada salvaje cuando sujetó a Aether para que cayera sobre su cuerpo. Entonces volvió a besarle con más intensidad que antes y de un momento a otro se había girado y estaba sobre él, una posición más cómoda para sus alas. El omega gruñó y meció sus caderas para que sus entrepiernas rozaran mientras el beso se tornaba cada vez más intenso. Llevaba mucho tiempo soñando con Xiao y con aquella noche, jamás pensó que podría repetirlo después de que se marchara.

La ropa sobraba, Xiao se quitó la camiseta que llevaba y comenzó a hacer lo mismo con la de Aether, mientras sus manos le acariciaban con deleite. Desvió los besos hacia su cuello y se recreó con ello, disfrutando a la vez del dulzón aroma del omega. Este dejó salir sus feromonas para embriagar más a Xiao, quería volverlo loco como aquella noche.

—Mmm... —Aether ladeó su cabeza dándole mayor acceso—. Xiao, me gustas mucho.

Satisfecho, Xiao sonrió de lado y mordió suavemente su cuello. Le encantaba olerlo, que le dijera eso, que gimiera su nombre... le encantaba él.

—Tú también me gustas, Ther. —Le miró a los ojos y le besó con intensidad durante escasos segundos. Presionó sus caderas contra las de él y jadeo en medio del beso. Se podía percibir su abultada entrepierna bajo la ropa—. Quiero hacerte mío.

Aquellas palabras provocaron que el omega soltara un jadeo mientras lo miraba. No dudó en empujarlo levemente y aprovechar para deshacerse de sus prendas inferiores. Ahora estaba completamente desnudo ante el beta y claramente mojado por sus atenciones. Los ojos de Xiao se iluminaron, como si algo en su interior se despertara sólo con la presencia del omega, de su omega.

Era precioso.

Llevó una mano entre las piernas ajenas, sus dedos se empaparon en cuanto acarició su entrada y sonrió. Le encantaba saber que él provocaba aquello. El anular y corazón se abrieron paso en su interior y la sensación le hizo jadear mientras sus ojos estaban posados en todo momento en el rostro de Aether. El omega gimió, tratando en todo momento de que no sonara demasiado. No estaban solos y no quería que Yarim supiera lo que pasaba aunque en más de una ocasión él lo había escuchado con Kamran.

—Mmm, Xiao, quiero más...

—¿Qué quieres? Pídemelo —susurró el mayor mientras sus dedos se movían lentamente. Habían pasado dos años desde su última vez y en todo ese tiempo Xiao no había estado con nadie más, aunque las sensaciones y su aroma le abrumaban como el primer día.

—Quiero que me hagas tuyo... —confesó cerca de sus labios mientras mecía sus caderas. Aether llevaba mucho tiempo deseando que aquello volviera a suceder, no había dejado de pensar en la noche de la boda y en el magnetismo que sintieron nada más verse la primera vez.

Eso fue todo lo que Xiao necesitó para separarse de él, quitarse la poca ropa que le quedaba, y volver a ponerse sobre su cuerpo esta vez. Le miró a los ojos y supo que podía seguir, así que se alineó y comenzó a entrar en su interior. Era la primera vez que lo hacían sin nada de por medio y tuvo que respirar hondo para relajarse, todo su cuerpo había comenzado a temblar.

—T-Te quiero —susurró contra los labios de Aether y le besó en busca de un poco de consuelo.

Aquella situación era caliente, pasional, pero el omega sintió el nerviosismo y sus mejillas ardiendo por las palabras de su chico. La diferencia con aquella noche es que no le dijo que lo quería, fue todo más físico pese a la atracción entre destinados.

Atados al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora