Parte 5

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Harry había preparado una bandeja llena de comida para desayunar. Una variedad de frutas y algunos cereales que llevó con rapidez y una sonrisa pintándose al llegar a la habitación y encontrar a su omega abrazado a su almohada.

—Amor —llamó y Louis lo miró enseguida—, ¿me extrañaste mucho?

Él gateó en la cama mientras asentía. Se enganchó en el cuello de Harry cuando él dejó la comida sobre la mesita de noche, y así fue como respondió a su pregunta.

—Alfa —suspiró sobre su hombro—, te extraño siempre.

Harry le apretó la cintura y con facilidad, logró que se sentara en su regazo sin que se separaran.

—Hay que comer —comentó y lo separó de su cuello—, estás muy delgado últimamente.

Louis asintió con una mueca y se aprovechó al dejar que su alfa lo cuidara mientras lo alimentaba. El alfa no se quejaba. Se había aprovechado, también. Disfrutó mirar las mejillas de Louis encenderse cada vez que lo miraba por demasiado tiempo, pero no era su culpa. Cada que Louis estaba a unos centímetros de su boca, se sentía afortunado y su lobo mostraba su pecho con orgullo al tener a ese pequeño omega como suyo. ¿Cómo no estar enamorado de la dulce criatura en sus brazos? Si él parecía ser un rayo de luz en un día de frío. Tan reconfortante y bueno en su piel, en su interior y en su pecho, donde su corazón se encontraba pero aún así, le pertenecía. Todo se él.

Harry estaba enamorado.

—¿Te sientes mejor?

Louis asintió y se giró para mirar a su alfa recoger los restos de vidrios rotos que quedaron luego de que Harry intentara darle café al omega. Él se había negado chillando y empujando la mano del alfa y así logró que el vaso se rompiera en mil pedazos por todas partes y que Harry lo revisara en todo su cuerpo en busca de heridas inexistentes.

—Lamento que haya arruinado nuestro día —le dio la espalda al espejo donde anteriormente se esparcía brillo en sus mejillas—, pero hace mucho que no veo a Zayn.

El omega sabía desde cuándo no lo veía. Desde que él lo había retirado del hospital cuando le dieron el alta. Parecía tan lejano, pero seguía doliendo demasiado.

Harry se giró a mirarlo y se encogió de hombros. Le sonrió con hoyuelos y lo enamoró más.

—Pensaba a salir a comprar algunas cosas —le restó importancia. Louis hizo un puchero.

—No demoraré —prometió—, sólo hablaremos poco. El alfa rodó los ojos.

—Como si pudieran.

Louis tiró de su cabello en venganza antes de salir de la habitación. Harry sonrió y aprovechó para mirarle el trasero mientras se iba.

Salió de su trance cuando un vidrio de le clavó en su dedo y recordó que debía seguir buscando esos pedazos si no quería que su novio se lastimara con ellos.

Arrugó su nariz mientras miraba debajo de la cama y debajo de la mesita de noche. Tenía todos los pedazos reunidos en un sólo lugar para luego ir a tirarlos y poder salir. Tenía planeado preparar una comida, una cena romántica para su alfa.

Se lo merecía, después de todo. No sabía qué era lo que lo había estado atormentando los últimos días, pero quería volver a tener a su hermoso omega feliz. No quería que volviera a alejarse de él, como anteriormente había hecho.

Debajo del armario.

Fue ahí cuando su cabeza golpeó y algunas cosas cayeron sobre su cabeza. Gruñó con enojo mientras se levantaba del suelo y miraba con odio a las cajas esparcidas en el suelo.

You & I | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora