Cap. 9 - Un cumpleaños diferente

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Año 2018, Julio
Presente
Buenos Aires, Argentina
Un cumpleaños diferente

Elisabeth
Podía sentir la lluvia caer y el aire fresco entrando por la ventana. De seguro María entro y abrió las puertas de la mini terraza que tenía en mi habitación. Me estiré y procedí a levantarme de la cama. Camine hasta la terraza y observe a todas las personas de seguridad que estaban con pilotos, tengo que decirle a Emmanuel que se encargue de la seguridad de ellos, lo que menos queremos es que se enfermen.

Si bien vivo en uno de los cuarteles de gendarmería, luego de lo que paso en la quinta de Olivos no quiero volver a ese lugar hasta que sea 100% seguro. Todavía sigue en obras asique no hay apuro de ir. Vi la puerta del gran portón moverse y entrar mi tan conocida camioneta azul, de seguro era Emmanuel o Angel, solo ellos tienen permiso de utilizarla, ni siquiera Martin podía. Efectivamente, vi bajar a Emmanuel y correr a la puerta del copiloto con un paraguas, Angel bajo de allí con una caja parecía frágil porque iban los dos con un cuidado. Solté una carcajada, esos dos algo traman. Ya me enterare.

Camine hasta el baño hice mis necesidades, me cambie, procedí a cambiarme y bajar a la cocina.

— Que lo cumplas feliz, que lo cumplas feliz, que lo cumplas feliz, que lo cumplas feliz —  cantaron todos a los gritos, podía llegar a creer que todos los gendarmes que custodian la casa escucharon sus gritos. Los observe sonriendo y todos tenían gorritos en forma de cono, cualquier pensaría que están salidos de un manicomio. En medio de todos ellos estaba una torta completamente de chocolate y ahí lo supe, se acordaron que a mi no me gusta la crema, no es algo que diga, de seguro se los dijo María.

— Vamos, acércate y pedí un deseo. — dijo María tomándome del brazo para arrastrarme hasta donde estaba el pastel, Angel me coloco un gorrito como el que ellos tenían.

—  Tu sabrás que hacer destino, universo, Dios— susurre y sople las velitas, todos aplaudieron. Observe como Martin se acercaba con una cámara viejita de esas que al sacar la foto te la revela en ese momento.

—  Sonrían todos y digan whisky —  dijo Martín con la cámara apuntando a nosotros, maría se puso atrás mío junto con Emmanuel y Angel se quedó a mi lado, pase mi brazo por su cintura acercándola a mí, ella solo me observo sorprendida de mi acción, solo seguía mirando al frente ignorándola, sabía que si la miraba me volvería una cobarde y le pediría perdón de lo que hice. Pude sentir una leve presión en mi hombro, sabía que era María, no sé cómo no se ha burlado por lo que hice. Sentí el flash en toda mi cara de la foto que nos había tomado Martin. — Ahora los cinco, así que vuelvan a sonreír. —  dijo y utilizo la cámara como si fuera un celular en modo selfie. Saco una segunda foto. Saque mi brazo de la cintura de Angel lentamente sin mirarla. Podía sentir su mirada, pero soy cobarde y no puedo mirarla, me volvería roja de la vergüenza.

—  Ahora a cortar el pastel — dijo María cortando la tensión, con el cuchillo en mano comenzó a cortar la torta en pequeñas porciones.

— Corta varios, quiero llevarles un pedacito de torta a los que están afuera y café, ¿saben si desayunaron? —  pregunte mirándolo a Emmanuel

— Creo que no, ya me encargo de poner la cafetera.

— Y yo buscare los vasos descartables — soltó Angel yéndose al almacén donde estaban todas las cosas que guardamos.

— La pusiste nerviosa eh — dijo María dándome un leve codazo.

— No empieces — le respondí nerviosa mientras colocaba los pedazos de torta en una bandeja.

— Yo solo digo — dijo mientras alzaba las manos en son de paz, solté una carcajada, claramente lo hacia para molestarme. —además no hiciste nada malo, asique sin culpas

La presidente; Un país perdido...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora