¿Que hubiera pasado si el sultán Süleyman tuviera otra hermana que volverá al palacio debido a que la Validé se encuentra enferma?
Hafize Sultán, hermana mayor del sultán Solimán, hija de Fülane Hatun, concubina del difunto Sultán Selim. Ella volver...
El viaje fue extenuante, pero finalmente Hafize Sultán había llegado al palacio de Topkapi. En la entrada esperando el carruaje se encontraba un sirviente del harem que se encontraba muy feliz de volver a ver a la Sultana, Sevket Agha, esperaba con ansia en carruaje, cuando lo vio llegar, una sonrisa se ilumino en su rostro.
El imponente carruaje, decorado con oro, se detuvo en la entrada del palacio, de él primero bajo Feray Hatun, la mujer se inclinó ante él con una sonrisa.
Después con toda la elegancia bajo la Sultana con ayuda de su criada, el sirviente se inclinó ante la hermosa mujer, y es que los años seguían haciendo ver hermosa a Hafize.
𝐒𝐞𝐯𝐤𝐞𝐭 𝐀𝐠𝐡𝐚: Mi sultana es un honor volver a verla, me alegro que Allah me haya dado la dicha de volver a verla-dijo el hombre con una sonrisa, él había servido a la Sultana desde que está era apenas una niña.
𝐇𝐚𝐟𝐢𝐳𝐞 𝐒𝐮𝐥𝐭á𝐧: Sevket Agha, por fin nos volvemos a ver, los años pasan y no pasan en vano-dijo la mujer con una sonrisa, para luego hacer un gesto con la cabeza, su criada inicio a dar órdenes para que los Aghas del carruaje ayudaran a bajar el equipaje de la mujer.
𝐒𝐞𝐯𝐤𝐞𝐭 𝐀𝐠𝐡𝐚: por supuesto que no pasan en vano mi sultana, si antigua habitación está lista para usted-dijo el hombre.
La Sultana asintió e inicio a caminar con sus dos criados detrás, quería descansar, pero sabía que debía ir a presentar sus respetos al sultán Süleyman. La Sultana se acercaba al harem.
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El harem estaba expectante, por la llegada de la hermana del sultán. Se oyeron los pasos y Sevket Agha anuncio a viva voz.
𝐒𝐞𝐯𝐤𝐞𝐭 𝐀𝐠𝐡𝐚: Atención!!!! Abrán paso a la Sultana Hafize- dijo el hombre anunciando a la mujer frente al harem.
Las mujeres se colocaron en fila y se inclinaron ante la mujer, ninguna de ellas se atrevio a levantar la mirada, el aura de dominante y elegancia que transmitía la mujer. La Sultana se quedó en la puerta miró a las muchachas y luego giro su cabeza para mirar el lugar, muchos recuerdos volvieron a su mente. Siguió su camino hasta los aposentos de su hermano el sultán Süleyman.
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