Estrellas Rotas || Juan Pablo Isaza

La vida debe disfrutarse, con balance.

«La vida debe disfrutarse, con balance.»

Había dicho Martín. Y tenía razón, al igual que Maggie.

—Me encanta su vestido. —pronunció Juan Pablo, sentí mi rostro arder.

—Cuando quieras te lo presto... —bromeé para desviar la vergüenza. Soltó una carcajada.

—Queda mejor en usted, pero gracias por la oferta... —bailábamos torpemente, a decir verdad. Nuestros cuerpos estaban a metros, pero nuestros ojos estaban conectados. Me repetía que no debía enamorarme de él, no lo conozco lo suficiente y no debo enamorarme de su atractivo. Sin embargo, era imposible no hacerlo. Estaba flechada por su físico.

—Háblame... —pedí, me encantaba oír su voz ronca y profunda.

—Le hablo... —formó una mueca con los labios. —Sigo creyendo que está hermosa. Mhm, la música es buena, estoy seguro de haber pisado un chicle. —reí negando.

—No, dime... —terminé de reír. —No sé, ¿a qué te dedicas?

—Estudio la universidad y tengo un empleo como asistente de fotógrafo, no asistente del que lleva cafés y eso sino que cuando el fotógrafo tiene muchas mhm, sesiones yo me ocupo de algunas... —no comprendí muy bien pero pregunté:

—¿Y te gusta o lo haces sólo por, ya sabes, el dinero?

—Un poco de ambas, nunca haría algo que no quiero o que no me guste. —explicó. —¿Y usted? Creo haberla visto en el cine pero no estoy seguro de que fuera usted... —sonreí.

—De hecho, sí, era yo. —aclaré. —Aunque sólo tengo el empleo porque necesito el dinero... —hizo una mueca.

—¿Qué le gustaría ser? —negué con mi cabeza.

—No lo sé... —mentí.

—Si sabes. —lo miré fijamente.

—Quisiera trabajar en una editorial, algo que este relacionado con leer o escribir. —dije.

—Eso sería increíble, ¿por qué no lo intenta? —me encogí de hombros.

«La vida es corta.»

—Tal vez lo haga... —mi garganta se sintió seca, estábamos gritando a través de la música.

—¿Todo bien? —preguntó.