En los días posteriores a la emboscada de STREGA se unieron tres nuevos elementos que completaban el grupo de exterminación de sombras:
Ken Amada, un chico de primaria que había perdido a sus padres.
Koromaru, el perro que cuidaba el templo Naganaki.
Y Shinjiro, el misterioso joven que perteneció al SEES en el pasado.
Sin embargo, a pesar de que la lógica debería indicar que un lugar con más personas se volvería más bullicioso; Ken era un joven muy reservado y maduro, siempre respondiendo a las preguntas de manera concisa y educada, muy pocas veces haciendo cosas propias de un niño de su edad; por su parte, Shinjiro era alguien con quien era muy difícil de entablar una conversación, incluso con sus compañeros de generación, sus respuestas siempre eran toscas y tajantes, no parecía tener el menor interés en socializar. El único que contribuyó de manera positiva a la convivencia de los dormitorios, fue el adorable Koromaru, que siempre estaba listo para levantar los ánimos del equipo aunque sea un poco con sus alegres ladridos. Pero, la cuota por tan valioso apoyo moral, era sacarlo de paseo constantemente y, en esta ocasión, serían Makoto y el pequeño Ken quienes irían por la noche hasta un parque cercano junto con el animoso perrito blanco.
Ambos marchaban en un silencio incómodo para el pequeño; estaba acostumbrado a que siempre fueran los mayores los que intentaban entablar conversación con él, por lo que era realmente inquietante para él tener que andar todo el tiempo en silencio sin que le dirijan la palabra. Trató de enfocarse únicamente en el perro para distraerse, pero la presencia del líder era complicada de ignorar, así que pensó detenidamente en algo para comenzar una conversación, pensó y pensó hasta que dio con un tema que podía ser entretenido, justo una profesora había hecho la misma dinámica con su clase.
- E-este... Makoto, ¿Quién es el compañero que mejor te cae del dormitorio? -Tartamudeó con torpeza.
- Mm... Koromaru -Respondió sin cuestionárselo mucho, mientras que el perro se tumbó en el suelo panza arriba, exigiendo sus mimos como el "favorito".
- ¿U-un perro...? B-bueno, yo también quiero mucho a Koromaru, pero pensé que elegirías a alguno de tus compañeros humanos... ¡C-como Aigis, ella parece tenerte mucho aprecio!
- Pero ella no es una humana -Contestó desinteresado mientras se arrodilla para rascar el pecho del can.
- Cierto... -Ken no tardó en arrepentirse de haber empezado la conversación, se arrepentía de haber aceptado salir de paseo junto con el líder.
- ¿Y tú? ¿Te llevas bien con alguien del dormitorio? -Sorprendiendo al menor, el peliazul continuó con la charla.
- Eh... no lo sé... Yukari y Fuuka son muy amables conmigo, pero me avergüenza que me traten como si fuera un bebé... si tuviera que elegir a alguien, diría que es el superior Aragaki, parece frío y distante, pero cuando luchamos, siempre intenta aconsejarme y protegerme... ya quisiera yo ser tan fuerte como lo es él -Sin notarlo, el castaño terminó hablando más de lo que tenía pensado, mirando a sus pequeñas manos y viéndose a sí mismo cargando el enorme martillo de Shinjiro para combatir, esa imagen lo empoderaba y lo llenaba de emoción.
- Ya veo... me alegro que te lleves bien con los demás... -Murmuró, dejando de acariciar a Koromaru y ordenándole que vaya a jugar, mientras que él camina hasta los columpios, siendo seguido por un curioso Ken, con ambos sentándose el uno al lado del otro.
- Líder... -Ahora seguía la siguiente parte de la dinámica que había hecho su profesora.- ¿Hay alguien con quien te lleves mal? -Preguntó, aunque la respuesta era evidente hasta para un niño como él.
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La novia de mi mejor amigo
RomanceCulpa, celos, envidia, enojo, odio, amistad, amor imposible y tragedia... Todo lo que pasó a tres jóvenes, atrapados en un cruel destino.