Incontenible

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- Oye Chidorita, tengo una pregunta -Decía Junpei alzando la cabeza de su cuaderno de apuntes, buscando una excusa para interrumpir su estudio.

- No me llames así -Le reprendió Chidori de inmediato, sin apartar la vista de la hoja sobre la que estaba dibujando, pero al notar sobre su mejilla la mirada del chico, suspiró.- ¿Qué?

- ¿Ustedes festejaban Halloween? Tu sabes, tú y tus amigos...

- No eran mis amigos, eran gente que compartía el mismo destino que yo, y ninguno es capaz de recordar siquiera el día en que nacimos, cosas como las fechas del calendario nunca me han importado... -Respondió con firmeza, bastante más conversadora que de costumbre.

- Entonces... ¿no?

- No Junpei, no celebrábamos Halloween -Replicó con tranquilidad.

- Ya, ya, solo estaba jugando... Es que como ya pronto va a ser octubre, me preguntaba si ya estarías de alta, podríamos hacer algo en la residencia entre todos -Decía cruzando los dedos tras su espalda, reclinándose en su silla con una sonrisa entusiasta.

- No creo que tus amigos me quieran ahí, además, no me siento cómoda en lugares con mucha gente... -Respondió con tranquila sinceridad.

Parecía que luego de su altercado con Makoto y de los largos tiempos de solitaria reflexión que le daba el hospital, la joven Yoshino había decidido bajar sus barreras, por lo menos un poco con algunas personas, al menos por el momento...

- Que va, si son de lo más amables, además, es la época de dar y recibir, ¿no?

- Creo que esa es la navidad... -Le corrigió en un murmuro.

- ¿Esa no es la de comer pollo frito? -Bromeó el muchacho, provocando una tímida risilla en la muchacha.

- En serio eres raro... -Dijo en un volumen apenas audible para cualquiera que no fuera ella misma, bajando su lápiz para mirarlo con esos orbes ámbar, imbuidos en intriga.- ¿Por qué no me odias como el resto? Luego de todo lo que te hice... sería lo normal, ¿no?

Junpei permaneció en silencio, bajó sus brazos y apoyó los codos en los muslos, sujetándose del mentón para ayudarse a pensar. Realmente lo meditó a consciencia.

- Creo que es porque siento que no eres como tus compañeros... no creo que quieras lastimar a la gente y ya, creo que hay algo más... -Elevó la parte delantera de su gorra para poder mirar con detenimiento a Chidori, sonriendo en un intento de galantería.- Y... mentiría si dijera que no siento algo por ti, aún luego de todo.

- ... -Ella no respondió, no supo como. Su sonrisa se desvaneció y se quedó inexpresiva, bajando la vista mientras trataba de reflexionar el significado de esas palabras.- De verdad eres raro...

- Me lo tomaré como un cumplido -Dijo relajado, sin darle demasiada importancia, recogiendo su cuaderno mientras el recobra su serenidad.- Bueno, mi horario se terminó, no quiero dejar esperando al siguiente en la fila.

Al escuchar esto, Chidori levantó la mirada una vez más.

- ¿Quien...? -Murmuró ella.

- No quiero arruinarte la sorpresa -Respondió encogiéndose de hombros, caminando hasta la salida, despidiéndose con un gesto de la mano.- Nos vemos después Chidorita.

- Ese no es mi... Ugh, olvídalo... -Resignada, la chica se tumbó en la cama, dejando su bloc de dibujo en la mesita de noche y cubriéndose por completo con sus sabanas, así, si alguno del SEES venía a interrogarla, iba a hacerse la dormida hasta que se fuera.

Por su parte, Junpei atravesó el umbral de la puerta, dando con un pasillo con unas sillas de espera atornilladas al muro, en donde Yuki se encontraba sentado, esperando paciente pero atentamente delante de la puerta, levantándose de su asiento para ir directo hacia él.

La novia de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora