Una habitación de hospital con las cortinas cerradas, la luz blanca de las bombillas alumbra con claridad la habitación. Se encuentran tres personas en el cuarto, dos adolescentes de cabello rojizo y una enfermera, la cual, ante la tensión palpable en el ambiente, se apresura a colocar el suero en su sitio y marcharse del lugar; ya que sentía que era sólo cuestión de tiempo para que chispas comenzaran a salir disparadas.
Y así fue, apenas la enfermera salió del cuarto, el sonido de la puerta cerrándose fue la señal que Mitsuru necesitaba para levantar la voz.
- Chidori Yoshino, no se tienen registros de ti en ningún lugar; según la ley, ni siquiera existes. Lo mismo ocurre con tus dos compañeros... Jin y Takaya, ¿no? -Comenzó a caminar por la habitación, cruzándose de brazos pero sin apartar la vista de la joven convaleciente.- Sin duda su vida no ha sido fácil, estabas anémica y el doctor dijo que ibas a morir pronto si no eras atendida... Parece que el no respetar la vida, propia o ajena, es un requisito para formar parte de STREGA.
Sus palabras eran filosas y cuidadosamente elegidas, pero no surtieron efecto en Chidori, no logró provocarla, ni enfadarla, ni nada... Su mirada estaba perdida en un punto inexistente de sus sábanas, como si fuera una muñeca de porcelana. Esto hizo enfadar a Mitsuru, quien continúo hablando a falta de una réplica.
- Sin ti, tus compañeros ya no podrán rastrearnos y es sólo cuestión de tiempo para que los hagamos pagar por sus crímenes, ya no tiene caso ocultar nada... así que dime -Se sujetó de la base de la cama a espaldas de Chidori mientras se inclinaba hacia ella para forzarla a verla a los ojos.- ¿Qué es lo que busca STREGA?
La muñeca sin vida finalmente movió la cabeza para mirar a la heredera Kirijo directamente a los ojos.
- Vete a la mierda, Kirijo -Exclamó, frunciendo el ceño con un odio inconmensurable, tan intenso que incluso hizo a la propia Mitsuru retroceder confusa.
¿Cómo alguien que no conocía podía odiarla tan profundamente...? No tenía tiempo para hacerse preguntas, tenía que sacarle información a Chidori y parar los planes de STREGA de una vez por todas, así que solo se apartó y tomó una bocanada de aire antes de proseguir.
- Veo que me detestas profundamente, pero dime, si me odias tanto, ¿Por qué han asesinado a tanta gente que no tenía nada que ver conmigo?
Esas palabras, tan afiladas como el resto, parecieron colarse entre la armadura de indiferencia de Chidori, sus ojos grisáceos, comúnmente apagados, se llenaron de pesar, en una mueca de disgusto.
- Esos fueron solo los planes de Takaya, no fue mi culpa... -Susurró, pero esa respuesta era suficiente como para que Mitsuru continuase tirando de ese hilo.
- Pero nunca hubieran podido lograrlo sin ti, ¿verdad? Si no hubieras usado tu habilidad para ayudarles, ellos no habrían llegado tan lejos... -Mitsuru se mostraba erguida, recta y mirando a la chica encamada con desprecio desde una posición superior, como un verdugo ante su condenado.- Si quieres mostrar que no eres igual a ellos, entonces confiesa de una vez, ¡¿Qué es lo que quieren?!
Chidori apretó las sábanas entre sus dedos, con tanta fuerza que podía sentir sus uñas a través de la tela y cómo la pinchaban, apretaba los dientes mientras se mantenía agachada. Sintiendo que estaba cerca de confesar, Mitsuru suavizó su voz ligeramente, se inclinó sobre una rodilla e intentó mirarla al rostro, a ese rostro tan repleto de dolor.
- Te lo pido... Hazte responsable de lo que pasó y ayúdanos... -Murmuró con una dulzura poco común en ella por su rol como presidenta.
- ¿Responsable...? -Repitió la contraria.- ¡ARGHHHHHH!!!
Chidori se abalanzó con todo su cuerpo hacia Mitsuru, el tubo conectado a su brazo se zafó dejando su muñeca sangrando mientras intentaba tomar a la Kirijo por el cuello. Ella, asustada, no pudo hacer nada más que echarse hacia atrás, haciendo que el agarre de Yoshino falle, cruzando miradas por un breve instante. Los ojos de esa chica, quien colaboró en tantos crímenes horribles, estaban repletos de lagrimas, y su rostro siempre indiferente, era casi irreconocible.
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La novia de mi mejor amigo
RomanceCulpa, celos, envidia, enojo, odio, amistad, amor imposible y tragedia... Todo lo que pasó a tres jóvenes, atrapados en un cruel destino.