Valentina Castillo.
Las gotas de aguas seguían cayendo igual de espesas y yo igual de estúpida, si había decidido subir a la furgoneta junto a Oliver.
Me senté en el sillón del copiloto al lado de Davies como si no me me importara nada como si ya hubiese olvidado aquella noche que mas bien parecía una gran pesadilla y en medio de esa tormenta el silencio de nosotros dos me hacian sentir en calma pero sabía que ese silencio no sería para siempre sería interrumpido ya sea por el rugir del motor o el sonido de su voz o la mía, cómo sea ese silencio confortable no seria eterno.
Alguna vez. Recordé leve pero claramente esa historia, leyenda o fábula en la que un hombre tiene dos lobos y pone a los dos lobos pelear entré si y si hay un ganador ese es el lobo el cual es mas amado por su amó, la historia concluye con la idea de que el amó decide cual es lobo que ganara. Casi siempre los lobos son malos y buenos. Un lobo blanco versus un lobo negro finalmente el dueño ama mas al lobo blanco por cual alimenta mas a este mismo y este permanece sobre el malvado, Pero puede ser al revés.
Uno siempre puede ser contrario.
Así me sentia yo como el hombre de la historia pero en mi caso no tengo idea de que hacer, esta la lucha de las palabras insistente y afiladas de mi profesor contra la mirada tierna de mi nuevo amigo. Oliver Davies eres un desgraciado.
Lo tierno no siempre es bueno y las sonrisas son las señales de menos duración.
La vieja furgoneta era una sorpresa, tenia calefacción y Oliver no dudo en encenderla mientras intentaba decirme algo.
—¿Te sientes Cómoda con la calefacción?
Pregunto tratando de buscar ver mis labios separados para pronunciar algo.
— Esta bien— dije mirando las gotas de agua resbalarse por el parabrisas del vehículo que aun estaba en cero movimiento. Solo arranca la bendita furgoneta, esto me incomoda.
— ¿Y tu cómo estás? — El no se rinde.
Bien.. traté de ser seca con el. Aún asi el volvió a intentar.
— Mira yo quería que me disculparas por lo de — dejo la frase en el aire como sin saber lo que iba a decir, lo entendí sabia cual eran sus intenciones. Pretendia que yo olvidará lo de aquella noche y si era lo que quería pues le debería caber en su cabeza que eso era algo casi que imposible.
—No vuelvas a mencionar aquel suceso
Le dije con cierta firmeza.
Oliver agacho su cabeza como apenado, pero luego levanto la cabeza miro hacia a mi abrió un poco sus labios buscando decir algo quizas cambiar el tema, pero en vez de eso solo hizo una pequeña reflexión. Ahora sigo en el mismo dilema entre jalar la cuerda o no realmente hay una lucha de lobos..
—Ok, olvidemos el pasado y empezemos de nuevo Quiero ser tu amigo.
Oh, Dios mio la lucha se intensifica, en primer lugar pense en las palabras de mi maestro dicen que siempre quieren nuestro bien pero el rostro protector de Darwin me decía otra cosa, estaba en una situación en la que no tengo la minima idea de lo que tengo que hacer asi que decido buscar la razón en sus dos ojos protectores y algo me dice que no la hablaré, pero en segundo lugar yo fui quien decidió entrar a su furgoneta.
Doy un suspiro.
—Esta bien—
Mi anterior combinación fría de dos palabras dibujan una calida y enorme sonrisa como la gratificación de haber conseguido algo o algún ¿Tesoro? Se que he cruzado la línea que trazo las palabras de mi profesor y no se que decir al respecto. Estoy en problemas.
Oliver gira la llave y enciende la música y finalmente se escucha la melodía del motor imponiéndose al la musica. Permanecemos en silencio durante la ruta. La lluvia se mantenía y el fija su mirada en el horizonte de nubes grises pero sus labios no son tan fijos se mueven de un lado al otro hasta que no aguanta mas y da una auténtica carcajada. No se porque lo hace. el solo rie de la felicidad y yo no nada que decirle no sabía si preguntarle o solo segui con mi cara enojada vagando por un mundo lleno de sonrisas primaverales.
El solo ríe de la felicidad.
No aguanto mas y sin saber porque me dan ganas reírme.
Ambos reímos.
Luego el trata de contener su carcajada y me pregunta:
—¿Porque ries ?—
—¡No! tu, ¿Porque ries?—
—jajajaja... Solo rio porque tu ríes. —
—¡Que egocéntrico eres! — digo exagerando mi tono de voz para lucir sorprendida y algo divertida.
Egocéntrico.
Luego reimos nuevamente, charlando de cualquier cosa y empecé a olvidarme de la lluvia hasta que sin darme de cuenta ya no llovió mas y el cielo nos ofreció un nuevo arcoiris.
El me llevo hasta mi casa y antes de bajar de su furgoneta me despidió
—Nos vemos.
—Nos vemos. — respondí igualmente, quería que supiera que me habia gustado estar con el pero era muy orgullosa como para decirlo directamente asi que dije algo distinto pero con el mismo objetivo.
—¿Y donde nos veremos?— a lo cual el respondió.
—Solo nos veremos, ahora somos amigos no lo olvides — dijo replicando su forma de sonrisa favorita.
—prométeme Valentina.
—Lo prometo.Luego de eso baje del vehículo y contemplé como se marchaba y luego que lo vi mas me volví en dirección a la puerta de mi casa.
He cruzado la linea que trazo las palabras de mi profesor y se que decir al respecto:
—vete al carajo.
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Nunca Escribas un Diario
Mystery / Thriller𝗩𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗶𝗻𝗮 𝗖𝗮𝘀𝘁𝗶𝗹𝗹𝗼 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗿 𝘀𝗮𝗯𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝘂 𝗺𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗳𝘂𝗲 𝗮𝘀𝗲𝘀𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮, 𝘆, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘀𝗶 𝗳𝘂𝗲𝗿𝗮 𝗽𝗼𝗰𝗼, 𝘀𝗲 𝗲𝗻𝗳𝗿𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗮 𝗹𝗮 𝗱𝘂𝗿𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹...