Capítulo 7

11 3 1
                                    

Valentina Castillo.

Entré a mi casa no tenia mucha hambre, asi que decidí subir a mi habitación acostada en mi cama mirando al techo hasta cerrar los ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Entré a mi casa no tenia mucha hambre, asi que decidí subir a mi habitación acostada en mi cama mirando al techo hasta cerrar los ojos.

Cuando me desperté eran ya la 6:18, demonios había dormido mucho, baje y fui a la cocina a prepararme un sándwich, jugo de naranja. También le prepare uno a mi padre que seguramente ya no tardaría en llegar.

Me senté en una en la mesa y mi padre al otro lado aun con el uniforme marrón de patrullero estaba hambriento y comio su sandwich con ganas, creo ya teníamos algunas semanas sin cenar juntos puesto que estaba en el turno nocturno Aunque realmente no hablamos mucho entre nosotros todo estan silencio y melancólico desde que mi madre murió ella era el motor de esta familia. Nada es igual.

Mi padre esta en forma es un policía entregado, lo contemplaba mientras el en silencio llevaba el sándwich a su boca, ya yo había terminado de comer pero esperaba qué el terminara para intentar decirle algo. Contemplaba el asiento vacío al lado de el ese asiento le pertenecían a mamá.

-papá, en..¿ Qué quedó el caso?- pregunté de forma tímida.
-¿Que caso?- preguntó tratando de evitar el tema de conversación que acababa de poner sobre la mesa.
-Tu lo sabes, el caso- respondí.
Mi padre se llevó su mano hasta su barbilla y luego a su calvicie como buscando que responder.
-Valentina. Sabes que prefiero no hablar de éso.
-¿Que?-dije un poco alterada al encontrar algo de indiferencia en sus palabras.
-No es el momento, no es tiempo Valentina -
-Mira papá, se que no quieres hablar de esto porque estas cansado y sobretodo porque esos recuerdos son una herida que aún no cierra en sonrisa, pero tenemos que hacer algo.
-hacer algo, hacer algo.. ¿Crees que no he hecho nada? ¿Creés que no he luchado cada maldito segundo desde que ella ya no esta con nosotros?- Expreso mi padre con algo de enojo en sus palabras.
-No, no digo. Solo digo que podemos exigir justicia.
-creeme que luchado y que ya estoy cansado. Ahora solo quiero no perderte a ti- ablandó un poco un poco sus palabras.

Solo digo que podemos exigir justicia o quizas hacer justicia.

Mi padre terminó su jugo, se acercó a mi dio un fugaz besó en mi cabeza y se fue a su habitación seguramente a llorar con el retrato de mamá en su pecho como lo suele hacer todas las noches.

Yo también me levanté y subi a mi habitación. empecé escribir a mi diario escribí de todo de mi dia en la escuela, de las lo que me dijo de el profesor Ethan, de oliver y de mi mamá, siempre escribo de ella, de hecho ella decía que siempre me podía desahogar en mi diario como ella lo hacía y no solo nosotros la mayoría de personas en Daylesford escriben puesto que es un lugar solitario la gente tiende a estar depresiva todo el tiempo entonces confiamos en que nuestro diario podremos escribir nuestros sentimientos, experiencias cotidiana y las metas. Oh Dios "Metas" mamá tenia muchas metas, meses después de su inminente asesinato yo atrevidamente leí su diario se que esta mal, pero solo quería sentir que ella aun estaba viva aunque fuera entre letras, pero no soporté al ver en la primera pagina adornadas con corazones rosas y letras cursiva aquellos anhelos que tenia por sueños y metas.

Al ver que no cumplió la mayoría de metas pues eran muchas metas y poca vida algo se encogió la garganta, el corazón todo en mi y lo que queda de mi. Quería conocer paris y quería ir con nosotros. Quería escribir un poema en turco y quería para nosotros y sencillamente algun corazón cruel se impuso a que ella cumpliera sus sueños, Definitivamente no podia seguir leyendo sus diarios. Todos sus cuadernos los guarde en una caja para siempre.

Si hay algo que yo nunca escribo en un diario son las metas que tengo, por cierto solo es una : Encontrar a esa persona que me lo ha arrebatado todo, nada que nada se interponga.

Una vez que termine de desahogarme en mi diario lo guarde en mi mochila me acosté en mi cama mirando hacia el techo, tenia una depresión. Todo era terrible. Y los pequeños buenos momentos que eran en su totalidad la sonrisa de mi nuevo amigo Oliver Davies eran borrados por los recuerdos de mi madre y es que la amaba tanto.

La amaba tanto y nada de lo que le pasó es justo, nada en este mundo es justo.

La extraño tanto aun tengo intacto cuando salíamos a acampar juntos de noches en el bosque rodeado por ños sonidos de los grillos y los movimientos de otros animales. rodeados por el frío nocturno pero siempre cálidos por dentro por el dulce calor de que la familia estaba completa y de que todo estaba bien..

Finalmente los ojos se me cerraban solos hasta quedar dormida.

[...]

Otro día de escuela y caminaba ligeramente la verdad en mis estudios estaba motivada sentia que al estudiar honraba a mi madre y asi lo era.

La clase aburrida de siempre. Contabilidad, el profesor Ethan dictaba bla, bla... Y no es que no entendiera nada simplemente esa area me aburría.

Mi profesor me pidió socializar el tema de hoy frente a mis compañeros y me moría de los nervios, mi piel blanca era una gelatina temblorosa pero en ninguna manera me iba a negar.

Me levanté de mi puesto y al levantarme sono el timbre del cambio de hora.

-En hora buena, salvada por la campana - pronuncio Ethan recogiendo sus cosas para luego marcharse.

Luego llegó la profesora marla de literatura, luego matemáticas, arte y finalmente sono el timbre final. Son la 3:00 pm y me dirijo de nuevo como ayer a la soledad de mi casa, pero a diferencia de ayer hoy hay un sol brillante en el firmamento.

Solo habia recorrido una cuadra cuando una camioneta negra paró al lado de la zona peatonal de la carretera. No acostumbro a subirme con extraños solo con Oliver el cual ya no era un extraño, ahora era mi amigo, para mi sorpresa el cristal del piloto se bajo y era ethan mi profesor de contabilidad, clavava sus enormes ojos azules sobre mi.

-Hola Valentina.

-Hola...

-he visto que les prestas mas atención a las clases de literatura que a las de mi area.

-he bueno siempre me ha gustado la literatura- dije un poco extrañada al escuchar su afirmación descarada pero cierta.

-he esta bien a mi también. Por eso quiero abrir un club de literatura en la biblioteca, ¿Te unes?

-¿Pero usted enseña literatura?

-Claro pero marla sabe mas que yo por eso es la maestra principal si embargo aveces la he ayudado en salones mas pequeños.

-Ah, esta bien. Entiendo.

-Entonces, ¿Te unes?- No sabia que decir esto era nuevo para mi asi que solo trate de decirle que si, sin decir que si y comprometerme algo así como:

-Ok, voy a tratar vere si tengo algo de tiempo.

-Ok

Aceleró siguiendo su camino. Al parecer el hablar con mi profesor después de clases se estaba volviendo el pan de cada día.

Nunca Escribas un Diario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora