capitulo 4

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Seis meses después

Umiko y yo nos encontrábamos en el modesto templo donde las adolescentes eran instruidas para convertirse en esposas ejemplares. Mientras algunas chicas estaban emocionadas por la perspectiva de casarse, otras, incluyéndome a mí, lo hacíamos más por compromiso hacia nuestra familia. A pesar de haber aceptado mi destino al lado de un desconocido, persistía una pequeña inconformidad que abrumaba cada fibra de mi ser.

En ese preciso instante, Umiko rompió el silencio con su voz melodiosa, interrumpiendo el fluir de mis pensamientos enredados. Sus ojos curiosos se clavaron en mí.

-___Oye, ¿estás prestando atención?- Habló, su tono lleno de curiosidad.

-Mmm, sí, escuché- respondí con una aparente falta de interés, volviendo mi mirada hacia la maestra que impartía sus enseñanzas.

-En serio, ¿y qué dijo la maestra?- me miró con una ceja arqueada.

-Ah, bueno, ella estaba hablando sobre... sobre...- Me quedé en blanco, tratando de recordar las palabras exactas de la maestra. -Sobre cómo debemos comportarnos en la mesa, creo-, respondí finalmente, aunque no estaba segura de si eso era lo que realmente había dicho.

Ella soltó una risita, su rostro se iluminó con una sonrisa traviesa. -Eso fue hace una hora, tonta-, dijo, dándome un suave golpe en el hombro. -Estaba hablando de cómo debemos tratar a nuestros futuros esposos.-

Sentí un nudo en el estómago que se asia más intenso. -Oh, eso-, murmuré, bajando la mirada hacia mis manos entrelazadas en mi regazo. -Supongo que estaba... distraída.-

Umiko asintió, su expresión se suavizó. -Está bien, no tienes que fingir que estás emocionada por esto- admitió, su voz apenas un susurro. -Pero es lo que se espera de nosotras-

-Solo, miranos cómo estamos ahora. Antes nos preocupamos por otras cosas yo por ser la mejor hechicera y ahora solo debo preocuparme por servir a mi futuro esposo y ni siquiera lo escogí yo y tú .....bueno este es tu sueño- comenté con decepción, dejando escapar un gran suspiro.

Mi hermana soltó un suspiró enamorada ante la idea, interrumpiendo mi desolación. -Oye, vamos, no es tan malo. Imagínate si te toca un esposo guapo que te lo dé todo-, susurró con un brillo romántico en sus ojos.

- hermanita lamento desepcionarte pero no estamos en un cuento de hadas, estamos en la realidad-, reí suavemente ante la ilusión de ella.

-Por favor, imagínate si es muy dominante y te amarra a la cama para tomarte en cuerpo y alma-, exclamó Umiko con un tono provocativo, tocando con coquetería parte de su pierna descubierta por el kimono.

-Cada día me sorprendes más. De verdad, nunca sabes cuándo debes cerrar el pico esas cosas no se dicen- dije tapando mi rostro, sintiendo cómo el calor se abría paso por mis mejillas al imaginar esas imágenes indecentes.

-Dime que no te da curiosidad, que tu esposo te quite tu inocencia- me dio un golpe suave en el hombro.

Las dos nos miramos y soltamos una risa que resonó por la habitación, pero rápidamente fue callada por el golpe de la regla de la maestra en nuestras cabezas.

-Otra vez ustedes dos, que no saben callarse-, protestó la maestra con enojo, mirándonos con severidad. -A este paso, sus esposos las van a regresar con sus padres-

Mientras mi hermana guardaba silencio, bajando la mirada, yo observaba a la mujer que se había dado media vuelta para irse.

-Ojalá y me regresen-, murmuré entre dientes.

[🥀sukuna y tu 🌕] lazo inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora