capitulo 15

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-Me encantaría ver eso- dijo Sukuna con una sonrisa burlona, sus ojos brillando con un rojo carmesí intenso.

Su tono era tan casual, tan despreocupado, que me hizo pensar que no tenía ni idea del peligro que representaba. Era un idiota y un arrogante eso era seguro pero no tenía sentido discutir con él  sabía que no iba a cambiar nada.

Nuestras miradas se encontraron en una batalla silenciosa que se libraba en el espacio entre nosotros y ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo nuestro intercambio de insultos y amenazas que se escuchaban en toda la habitación.

- Disculpen, ¿estoy interrumpiendo algo? -  preguntó una voz tranquila, una voz que reconocí al instante.

- Cállate -  gruñó Sukuna, sin apartar la mirada de mí. Su tono era amenazante claramente no le gustaba que lo interrumpieran cuando estaba en una situación como está. 

Kenjaku había llegado en un momento inoportuno. Pero no era culpa suya que Sukuna estuviera a punto de explotar. La tensión entre nosotros era palpable, una mezcla explosiva de ira, frustración y resentimiento que teníamos acumulado hace mucho tiempo.

-Deberían dejar de pelear y empezar a llevarse mejor -  sugirió Kenjaku con una leve risa, disfrutando seguramente de nuestra pelea.

Su tono era tan despreocupado que me hizo hervir la sangre. ¿Cómo se atrevía a hablar de llevarse bien después de todo lo que había pasado? Que acaso era siego

-Que te calles- dijimos al unísono volviendo a nuestra pelea sin prestarle atención.

Sukuna echó su cabeza para atrás y una sonrisa  se extendió por sus labios. -Sabes que no me interesa lo que hagas. Eres débil para mí, no vales nada- añadió con desinterés. 

-Seré débil para ti cuando te corte la maldita cabeza y la ponga en un palo para exhibirla delante de todos los hechiceros- escupí, con frialdad.

Un silencio sepulcral cayó sobre la habitación.  Todos, incluso Kenjaku, que parecía disfrutar de nuestra pelea, se quedaron callados.  Sus ojos se abrieron desmesuradamente, como si no pudieran creer lo que acababan de escuchar.  La sonrisa burlona de Sukuna se desvaneció de su rostro, reemplazada por una expresión de sorpresa que, por un instante, me hizo dudar de mis propias palabras.

Pero en ese mismo instante, sentí como si una barrera se rompiera dentro de mí.  El miedo que me había acompañado durante tanto tiempo, se disipó de golpe.  Era como si una pesada losa se hubiera levantado de mi pecho, dejándome respirar por fin con libertad.  El miedo se había ido, y en su lugar, sentí una oleada de energía, una sensación de liberación que me recorrió de pies a cabeza.

-Mi señora -  escuché el grito de Aki, como un eco en mis oídos.  Su voz era un chillido de pánico,  un sonido que me hizo sentir un escalofrío recorrer mi espalda.

Lo vi correr hacia mí, su rostro pálido y contorsionado por la angustia.  Sus ojos estaban llenos de miedo, y su cuerpo temblaba de pies a cabeza.  Sabía que algo estaba mal, muy mal.  No hacía falta que me lo dijera.

Sentí un viento helado pasar cerca de mi cara, tan frío que me hizo estremecer.  Un escalofrío recorrió mi espalda y, en ese instante, un mechón de mi pelo se desprendió de mi cabeza y cayó al suelo, flotando en el aire como una pluma.  Miré hacia abajo, mi mirada siguió el mechón de pelo hasta que cayó al suelo, en ese instante mire rápidamente a Sukuna.

Su expresión era diferente.  No era la sonrisa burlona que había mostrado antes, sino un rostro desencajado, lleno de una rabia.  Sus ojos estaban vacíos, dos pozos oscuros que me miraban fijamente como si no uniera rastro de humanidad.  Sus dos dedos estaban extendidos hacia mí, apuntando directamente a mi garganta .......  Él.... el había intentado matarme con su técnica.  Y esta vez, no se lo había pensado dos veces.

[🥀sukuna y tu 🌕] lazo inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora