capitulo 5

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Como si el tiempo se hubiera ralentizado, todas las miradas se volvieron hacia mí y Sukuna, convirtiéndonos en los únicos protagonistas de este drama. Los murmullos se propagaban entre la multitud, creciendo y decreciendo como las olas del mar, mientras otros observaban la escena sorprendidos.

Sukuna comenzó a caminar hacia mí, cada paso que daba resonaba en el silencio, como el eco de un tambor lejano. Su sonrisa y mirada era como la de un rey que mira a sus súbditos, llena de arrogancia y una superioridad que parecía decir que él era el dueño del mundo .

Pero entonces, la anciana se interpuso en su camino, desafiando su autoridad intentando que no se acercara más.

-Apártate, anciana-, gruñó Sukuna con su voz seria y fría. Con un movimiento brusco de su brazo, la apartó como si fuera una molestia, casi provocando que la mujer cayera al suelo.

Yo, permanecía inmóvil, como una estatua. Miré a mi alrededor, buscando desesperadamente alguna otra chica que estuviera parada, pero no había ninguna yo era la única además de que la mirada sorprendida e interrogante de mi hermana no ayudaba mucho. ¿Mis padres realmente habían decidido casarme con alguien así? En ese momento, todas mis dudas se resolvieron ¿Por eso mi madre estaba tan enojada con mi padre?.

-Sorprendida- murmuró Sukuna, agachándose para tomar mi mano depositando un beso en esta como si fuera la más preciada de las joyas.

-A...yo...- Mis palabras se quedaron atrapadas en mi garganta, sorprendida por su gesto.

Antes de que pudiera articular una respuesta, Sukuna me tomó de la mano, guiándonos a nuestro lugar. Las miradas de horror nos seguían, todas excepto la de Umiko.

-Ya puedes dar tu estúpida clase, anciana. No tengo todo tu tiempo-, comentó con desdén, antes de sentarse con la postura digna de un rey. -Siéntate aquí-, me ordenó.

La mujer comenzó a impartir sus enseñanzas, pero nadie parecía prestarle una pizca de atención.

-Si...- Acate su orden de inmediato, sintiendo todas las miradas sobre mí.
-¿No te molesta?- logré preguntar, mis palabras finalmente encontrando su camino.

-¿Molestarme qué?-, preguntó, con su sonrisa sacarrona aún en su rostro.

-Que todas las miradas estén en ti...- hice una pausa, -... ¿no te incomoda?- No me atrevía a mirarlo, su mirada era tan intensa que parecía que podía ver a través de mí.

-A eso.. es algo que no me importa- respondió, restándole importancia. -me hacen sentir superior-, dijo, mirando a las personas que estaban en ese lugar. -Aunque me genera repulsión todas esas cucarachas arrastrándose pidiendo clemensia deberían morir -

-.. yo- balbuceé, sintiendo cómo las palabras se atascaban en mi garganta.

Una vez más, Sukuna había logrado dejarme sin aliento y sin respuesta. Su comentario, tan despectivo y cruel, resonaba en mi mente como un eco venenoso. De verdad tenia que lidiar con alguien así por el resto de mi vida.

-¿Te incomoda?- pregunto sus ojos se clavaron en mi. Podía sentir su mirada escudriñando cada rincón de mi rostro.

Era la primera vez que estába tan cerca de el, y a pesar de todo, no podía negar lo atrectivo e imponente que era.

-Un poco...- mi voz apenas era un susurro, tembloroso. Mi cuerpo se tensó. Me sentía en peligro, como si estuviera caminando por un campo minado, y su mirada intensa solo intensificaba esa sensación.

-Ya veo- Sukuna apartó la mirada de mí, dirigiéndola hacia la multitud que nos rodeaba.

Y su voz resonó con una amenaza haciendo que todos los presentes se estremecieran. -¿Qué están mirando? Si siguen asi, no dudaré en arrancarles los ojos uno por uno-

[🥀sukuna y tu 🌕] lazo inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora