capitulo 16

147 10 0
                                    

Abrí los ojos de golpe, la respiración entrecortada y el sudor frío empapába mi piel. Mi cabeza era un martillo golpeando mi cráneo sin descanso, y cuando  me movía cada fibra de mi cuerpo dolía demasiado. Nunca me había sentido tan mal Intenté incorporarme, pero un peso en mi pecho me lo impidió al principio pensé que era umiko pero lo descarte ya que la escuché en el pasillo hablando con ryu.

Un jadeo escapó de mis labios, un sonido débil e inarticulado que apenas podía escucharse mi garganta estaba seca, áspera, como si la hubieran raspado con un papel de lija, Intenté tragar saliva, pero solo logré un sonido seco y doloroso.

- Buenos días, princesa. ¿Te sientes mejor? - la voz de Kenji me llegó como un eco lejano. Sus palabras eran suaves, pero su tono sonaba distante, como si estuviera hablando a través de una barrera invisible que no lograba llegar a mi oídos con facilidad.

- Qué haces aquí - murmuré, mi voz apenas un susurro. Mis ojos se abrieron a duras penas dándome una visión borrosa y distorsionada.

El lugar se tambaleaba a mi alrededor, las paredes se inclinaban y todo se convertía en un torbellino apenas y podía ver debido a la oscuridad ¿ A un era de noche ? Me pregunté para mis adentros

-Quise cuidarte anoche - respondió, su voz más cerca ahora, pero aún no podía ver su rostro. Sentí su mano en mi brazo, un toque cálido y reconfortante haciendo que me relajara un poco.

- Le pedí a Umiko que me dejara aquí - añadió, su voz ahora un susurro que se desvanecía en el silencio.

-estoy bien- murmuré, tratando de incorporarme. La fuerza me abandonó, y volví a caer sobre la almohada, sintiendo un dolor punzante en la cabeza que se extendía como una telaraña por todo mi cuerpo.

-Vamos, bonita, déjate consentir un rato. Y si eso es estar bien, no sé qué es para ti sentirte mal... Estás en fiebre -  dijo con un puchero, su voz llena de preocupación y un toque de fastidio.

El Apoyó su mentón en la curvatura de mi cuello, y su aliento caliente me rozó la piel.

No tenía fuerzas para apartarlo. Mi cuerpo se sentía pesado. Unas punzadas de dolor recorrieron mi piel al sentir como dejaba pequeños besos humedos en mi cuello.

-Kenji...- susurré, mi voz apenas audible.

Pude sentir un suspiro frustrado de su parte el se alejó de mí y se sentó en el borde de la cama. Pensé que se ocasionaría otra discusión, pero no fue así. Se quedó en silencio, observándome con una mezcla de preocupación y frustración en sus ojos.  No pude evitar sentirme culpable por su preocupación, por su insistencia en cuidarme y yo solo me estaba comportando tan mal.

-No te preocupes de verdad- dije, mi voz apenas un susurro. -Estoy bien. Solo necesito descansar-

- Te traeré algo de comer y un té para que te sientas mejor - añadió el, acariciando mi pierna con suavidad. Su mano era cálida y suave

Se levantó y se dirigió hacia la puerta dándome una última mirada. La habitación se sintió más pequeña, más fría, en el instante en que cerró la puerta tras él.  La oscuridad se apoderó de la habitación, y el silencio se volvió ensordecedor.

Mi mente divagó por un momento ya estaba acostumbrada a la compañía de  Aki.  Siempre estaba ahí, siempre a mi lado. Día, tarde y noche era una gran persona mi amigo más leal.

El.....el me acompañaba para no sentirme sola supongo que cuando estaba conmigo misma una profunda tristeza me envolvía incapaz de hacer nada.... Una risa amarga escapó de mis labios, después de todo no puedes huir de tu mente esa pequeña voz que te dice que acabes con todo y serás libre

[🥀sukuna y tu 🌕] lazo inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora