capitulo 14

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Ya había pasado un buen rato desde el insistente en el pueblo; todos caminábamos y nadie se atrevía a romper el silencio, conscientes de la gravedad de la situación. Sabía que estábamos cerca del templo ya que el camino se presentaba ante nosotros y cada vez me sentía más ansiosa por llegar. De repente, Sukuna se detuvo abruptamente, obligándonos a detenernos en seco. Sus ojos recorrieron a Uraume y a Aki antes de posarse en mí.

-Lárguense, nosotros los veremos después- ordenó con una voz firme, haciendo una señal para que se fueran de inmediato.

Por un instante, Aki vaciló. Era evidente que no quería apartarse de mí, especialmente después del trauma  que había vivido en el pueblo. Sin embargo, la autoridad de Sukuna era innegable, y nadie se atrevía a desobedecerlo. Con resignación se apartó de mi alejándose poco a poco, dejándome sola con Sukuna, cuya mirada intensa no dejaba de fijarse en mí.

- Vamos, sígueme -  pronunció con determinación, apartándose del camino para adentrarnos una vez más en el espeso bosque.

Sin emitir palabra alguna, mantuve mi mirada fija en el entorno, alerta ante cualquier señal de peligro. Intentaba memorizar cada detalle del camino por si algo salía mal ya estaría preparada para actuar rápidamente. Paso un rato y mi mirada dibagaba de un lado a otro hasta que choque contra la espalda de Sukuna, lo que me hizo retroceder con rapidez. Observé a mi alrededor: el silencio del bosque era sobrecogedor, además de que era un lugar despejado sin ningún árbol lo único que adornaba el lugar era el pasto verde.

-¿Qué se supone que vamos a hacer aquí?- pregunté finalmente, dejando escapar las palabras con una mezcla de curiosidad y temor. ¿Acaso él planeaba torturarme? No eso no podía ser,  ya que habíamos hecho un pacto vinculante.

-Dijiste que me ibas a enseñar sobre tu técnica, así que muéstrame lo que puedes hacer- respondió posicionándose en el otro extremo justo enfrente de mí.

-No puedes usar la violencia contra mí- añadí sin titubear, sabía que me destrozaría si me enfrentaba a él. - ya lo habíamos acordado  ¿recuerdas?-

-¿Quién dijo que voy a usar la violencia?- añadió en un tono juguetón, ladeando la cabeza. -Tengo otros métodos, dulzura -

- pues no me interesan tus otros métodos -  respondí con determinación. No era que no quisiera pelear con él, simplemente que en ese momento no estaba en condiciones y sentía cierto temor.

El me miro fijamente y soltó una pequeña risa sacarrona ya me tenía arta esa actitud no la soportaba ni lo soportaba a el

-¿Acaso te pregunté?- el alzó una de sus cejas con desdén. -Si logras golpearme, te ayudaré con tu técnica. Así los dos saldremos beneficiados.-

Mi ceño se frunció levemente. No tenía la menor intención de caer en sus retorcidos juegos mentales. Él solo buscaba provocarme, deseaba una pelea para saciar su aburrimiento. Para mí, esta confrontación sería seria, pero para él sería solo un estupido entretenimiento. Un suspiro escapó de mis labios mientras comenzaba a caminar de regreso por el camino que habíamos recorrido, ansiando llegar y descansar, quizás sin despertar jamás. Sin embargo, mis pasos se detuvieron bruscamente cuando la voz de Sukuna resonó en el aire.

-Vamos, desquita todo tu enojo- exclamó con tono burlón. -Sé que me odias por arruinar tu patética vida y por torturarte, ¿o me equivoco? Qué patética eres.-

-¡Cállate!- mi voz resonó con furia, dejando escapar toda la frustración acumulada. Sabía exactamente cómo manipularme y lo estaba logrando. -¡Ya cállate!-

-No tenías nada, tu vida era aburrida, y yo la hice más emocionante. Tu miserable y patética vida es más emocionante gracias a mí- añadió con superioridad

[🥀sukuna y tu 🌕] lazo inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora