El amanecer iluminaba mi gran cocina, disipando las sombras que habían sido mi refugio. En la mansión, el eco de la soledad resonaba en cada pasillo, recordándome la carga de mi legado y la sed de venganza que me consumía.
Mi abuelo, con su mirada fría como el acero, me observaba con orgullo y preocupación a partes iguales. Sabía que mi sed de sangre era un fuego voraz que amenazaba con devorar todo a su paso, incluyendo mi propia humanidad.
— ¿Cómo has dormido? — preguntó con los brazos cruzados.
— Bien, he dormido bien — mentí.
Lo cierto era que no había dormido, ni en casa ni en ningun sitio, había estado toda la noche fuera.
—¿Dónde has pasado la noche? — me preguntó, sabía mi pequeña mentira.
—En ningún sitio — dije sirviendo un poco de café caliente.
—Llevas tres semanas sin dormir en casa — dijo él cogiéndome del brazo.
No lo miré a los ojos.
—¿Qué haces cuando no estás en casa? — preguntó al ver que no contestaba.
— Tu ya sabes lo que hago – dije zafándome de su agarre.
—No debes arriesgarte así.
Sabía que tenía razón, sabía que no debía seguir, pero no lo podía evitar, si me quedaba en casa me perseguía una paranoia indescriptible.
—¿A tí que más te dá? — pregunté subiéndome a la encimera.
—¡¿Cómo que qué más me dá!? — alzó la voz — ¡No puedes ir matando a gente por ahí, nos pones en peligro a todos, Valentina!
—No pongo en peligro a nadie, no he hecho nada malo.
—Lo creas o no, el asesinato es delito — me miró con ira en lo ojos.
—Ellos estaban a punto de hacer cosas peores, la sociedad me lo agradece — dije mirando hacía abajo.
—Es una cuestión legal, no moral, no puedes ir matando a tus anchas mientras la policía anda por ahí, estás tentando a la suerte.
—La policía no hizo nada cuando mataron a mama y a papa.
— Eso fue diferente, lo sabes muy bien.
— No, estoy cansada, ellos me arruinaron la vida, voy a matar a cualquiera que se interponga en mi camino para llegar hasta ellos — no volvimos a mirar a los ojos — me dan igual las consecuencias.
—A mí no, como no te controles esto va a terminar muy mal para todos.
—Tu me entrenaste, me hiciste así, ¿Ahora te arrepientes? — me miró — Creo que es demasiado tarde.
—No me arrepiento, pero debes de saber cuando parar— no respondí —. Creí que lo tenías controlado.
Después de una guerra de miradas desvié la mirada.
— Me voy a entrenar, no me esperes para la comida — le avisé bajando de la encimera y rodeándolo para subir a mi cuarto.
— Valentina — me llamó antes de que subiera a mi cuarto —.Recuerda que hay una línea muy fina entre la justicia y la venganza, tu ya estas en la venganza.
Mientras me adentraba en las profundidades de mi entrenamiento, golpeaba el saco cada vez más fuerte, sin importar que no tuviera guantes. Cada golpe, cada movimiento calculado, era una danza macabra que me acercaba un paso más a mi destino final, en mi mente la ciudad susurraba mi nombre en tonos de temor y admiración, mientras dejaba un rastro de caos y destrucción a mi paso.
![](https://img.wattpad.com/cover/366206328-288-k959534.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ENTRE SANGRE Y VENGANZA [#2 LEY Y CAOS]
Teen FictionMuchas personas me juzgan por lo que hago, he hecho o quiero hacer, pero no entienden la razón, no entienden por qué. Soy la hija de los reyes de la mafia, he crecido en un mundo oscuro. Bajo la tutela de mi abuelo, también mafioso, he aprendido to...