CAPÍTULO 3

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Tres semanas después.

— ¿Pero no vas a hacer nada especial el viernes? — me preguntó Gabriel, dándole caladas al cigarrillo que tenía entre los dedos.

Estábamos hablando sobre mi cumpleaños de la semana que viene, cuando él cumplió los dieciocho hizo una gran fiesta, a la que llegó la policía porque un chico engañaba a su novia y ella le pegó un tiro, no muy divertida al final, pero mi amigo pareció de lo mas complacido con su fiesta.

Me acomodé en el bordillo de la calzada, habíamos ido a un apacramiento abandonado.

— No se que quieres que haga, si mi único amigo eres tu.

— Ya, pero sabiendo que perteneces a una de las mafias más grandes del mundo, podrías hacer una fiesta, vestirte con un vestido de esos que sé que tienes, e invitar a toda la mafia, no sé... algo especial para tí.

La idea no me iba mucho, pero sabiendo como era mi abuelo, posiblemente llevará a más gente de la que conozco.

— Además hace un tiempo hablé con tu abuelo, dijo que mi idea le gustaba, aunque se mostró un poco agresivo y maleducado.

<< Lo normal en él>> pensé.

Mi abuelo me había hecho ser como soy, antes de que todo pasará yo era una niña feliz, una niña que no sabía los peligros de la vida, una niña normal con un futuro que posiblemente nadie que no conociera en profundidad, su familia sería la única que sabría lo que le esperaba al cumplir los dieciochos, pero mi abuelo era así, serio, distante, no era el típico hombre que se mostraba cariñoso, te daba abrazos o al que te apetecía darle las buenas noches por la noche.

Pero era mi abuelo. Por el contrario, mi otro abuelo era muy divertido, todos los cumpleaños o festividades me enviaba mucho dinero, aunque no me hacía falta, en el instituto—el cual acababa de terminar ese mismo año— me decían que mi casa era impresionante, que mi ropa era de marca o que mis zapatos cada semana eran nuevos, a mí eso no me importaba, nunca fuí avariciosa con el dinero, siempre me dió igual, supongo que lo que no tienes lo deseas con todas tus ansias.

— No me convence — me miró incrédulo —. Puede, que sí que haga algo... Pero discreto — cedí.

Mi teléfono sonó con mi tono de notificación.

Matteo.

Últimamente había quedado mucho con él, me gustaba su compañía, puede ser porque a mí abuelo no le gustaba que supiera de su existencia.

Matt: ¿Estás haciendo algo?

Yo: ¿Porque preguntas?

Matt: Tengo algo que darte

Yo: El que?

Matt: No te lo puedo decir,¿Te vienes?

Yo: Me pasas a buscar?

Matt: Dile a tu amigo que se vaya, ya estoy.

— ¿Quién te hace sonreír tanto? — preguntó Gabriel.

Apagué el teléfono lo antes posible para que no viera el contacto.

— ¿Quién es ese tal "Matt"? — preguntó.

Mierda.

— ¿No será ese tal Matteo con el que tu abuelo no quiere que hables ? — dijo sonriendo.

Estoy segura que la cara se me puso roja por qué sonrió de oreja a oreja.

— No jodas que te has liado con él.

ENTRE SANGRE Y VENGANZA [#2 LEY Y CAOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora