Reyes de la mafia

Capítulo 34

Decepciones

...

- Por qué carajos me tocan los peores jefes?! - se quejó en voz alta mientras sostenía la escoba a duras penas - qué clase de pecado habré cometido en mi otra vida? -

- tal vez si te quejaras menos, habrías terminado rápido -

Jackson apareció en el sitio un tanto divertido al oír las quejas de aquella chica.

- es que no entiendo porqué debo limpiar esta diminuta y vieja bodega si él ya tiene una nueva, la mayoría de estas cosas son pesadas! -

- deberías renunciar y aceptar el trabajo que pueda ofrecerte el señor Jeon - comentó de la nada - lo estás pensando demasiado, t/n -

- no es como si estuviera tan desesperada, además... - divagó un poco antes de continuar - no he hablado con Hobi de esto y tampoco he podido comunicarme con mi tío -

- entiendo que quieras hablarlo con tu tío, pero con el idiota ese? -

- Hobi es como un hermano para mí, y los señores Jung han sido muy buenos conmigo -

- bueno... supongo que deberías terminar de prisa antes de que se te haga muy tarde -

La chica le vio con rareza cuando vio a su compañero despojarse de su chaqueta y colocarla a un lado.

- Qué haces? -

- te ayudaré -

- no es necesario - le detuvo - tu turno ya terminó y tu hermana y abuela estarán esperándote si te quedas por más tiempo -

- menos plática y más acción - ignoró las palabras de la chica y se acercó a ella - lleva las cajas y bolsas de basura afuera, yo haré el resto -

La amabilidad de Jackson no es algo de lo que pueda disfrutar todo el mundo, parte de su trabajo era mantener el orden en ese club y soportar a gente nefasta dentro de el, pero incluso con tal aura sombría Tatiana fue capaz de intercambiar algunas palabras y con el tiempo entablaron algún tipo de confianza recíproca. La chica asintió levemente antes de entregar la escoba que tenía en manos y alcanzar aquellas viejas cajas apiladas y vacías que reposaban en una esquina.

Salió del lugar para dejarlas en el contenedor de basura pensando en que Jackson le había caído como un milagro del cielo en ese instante, ninguno de sus compañeros había ofrecido su ayuda y realmente dudaba que lo hicieran, desde que el señor Jeon le dio esa tarjeta sus compañeras de trabajo comenzaron a especular cosas fuera de lo normal y algunas de ellas se mostraban sumamente molestas al ver el supuesto favoritismo del señor Jeon,  y a pesar de no haber hecho nada le costaba entender las repentinas insinuaciones que los compañeros de Jackson le hacen.

Un repentino crujido se escuchó tras ella creyendo que tal vez Jackson la había seguido hasta ahí atrás con el resto de basura a tirar, pero tan solo bastó girar levemente para recibir una fuerte bofetada en la mejilla haciéndole chocar contra el enorme contenedor y caer junto a las cajas vacías.

- te encontré, mocosa -

Aquella voz, ese sombrío tono que le devolvió la angustia que tanto se había esforzado por olvidar, levantó la mirada solo para encontrarse al hombre parado frente a ella. Desde su perspectiva, su estatura era intimidante y su sonrisa retorcida mostraba crueles intenciones, tragó saliva con dificultad, sintiendo cómo su garganta se cerraba poco a poco.

- tú... -

El hombre la tomó fuertemente del cabello causando dolor a la chica.

- jamás creí que pudieras esconderte en un lugar como este - dijo aquel hombre, agitado - aunque lo debí suponer ya que eres una perra mal agradecida -