Capítulo 39

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Aquel resplandor por la ventana fue lo que terminó por despertar a la chica. Le tomó solo unos segundos estar consciente de su alrededor, percatándose de que no era su habitación y cuando giró la vista a su lado se encontró con el rostro apacible del hombre rubio que dormía a su lado. La luz de la mañana se filtraba por las cortinas, iluminando sus rasgos serenos mientras que sus mechones caían desordenados sobre la almohada.

–¿Qué sucedió?...– dijo en voz baja, tratando de recordar lo ocurrido.

De pronto un sabor amargo llegó a ella cuando terminó por asimilar la cruda realidad, cubrió sus ojos con uno de sus brazos sin querer colapsar nuevamente por lo sucedido con el peli-gris. Su pecho comenzó a doler hasta que segundos después las lágrimas brotaron de sus ojos llegando a resbalar por su suave piel.

– lo siento...–

Su corazón estaba deshecho por la culpa que la inundó por completo.

Un día normal para cualquiera menos para ella. Cuando Félix abrió los ojos no esperaba ver a la chica sollozando.

–¿Tatiana?...– le llamó suavemente, pero ésta seguía dándole la espalda.

–lamento si te desperté –

Se levantó con la intención de salir de ahí, pero Félix le tomó de la muñeca y fue en ese momento cuando logró ver su rostro empapado en lágrimas que salían inevitablemente de sus ojos. Ni siquiera tenía que preguntar el motivo pues era obvio que toda esa tristeza se debe a la pérdida reciente. Félix tiró de su brazo para volver a sentarla antes de acercarse y envolverla en un fuerte abrazo.

– Perdóname, debí acompañarte –

La chica no supo qué decir y simplemente aceptó la calidez del rubio ante un momento en el que se encontraba tan vulnerable.

– fue mi culpa... – se repetía a si misma.

El sonido de su voz temblorosa le hizo desear poder hacer más por ella, pero es inútil.

Aquella chica castaña no esperaba encontrarse a Félix en una escena tan comprometedora cuando decidió abrir la puerta.

–eh, yo...¿Interrumpo? –

Tatiana fue la primera en separarse intentando limpiar sus lágrimas antes de voltear a verle.

–¿Sucedió algo? –preguntó Félix.

–nuestra invitada necesita comer algo–

–estoy bien –protestó –no tengo hambre –

–honestamente...esa no es una respuesta que pueda darle a mi madre–

Taehyung llegó poco después interrumpiendo lo que Tatiana iba a decir.

–por fin despiertas–ella se puso de pie casi al instante –es bueno ver que estás mejor –

–Necesito hablar con usted –la repentina petición dejó algo confundido al pelinegro –si es posible, por favor –

Jisoo volvió a cruzar miradas con Félix en señal para abandonar la habitación y dejarles charlar.

–bueno...yo esperaré afuera –dijo Félix antes de levantarse y proceder a salir junto con jisoo.

Una vez solos, Taehyung se acercó a ella y notó la palidez en su rostro, además de la evidente hinchazón en sus ojos como si hubiese llorado demasiado.

–debió ser difícil para ti ser perseguida por esos idiotas –

–Fue ella, ¿cierto?– preguntó de repente sin apartar la vista del chico –ella lo asesinó –

Reyes de la mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora