𝖲𝗎 𝗌𝗈𝗇𝗋𝗂𝗌𝖺 | 𝐊𝐚𝐳 𝐁𝐫𝐞𝐤𝐤𝐞𝐫

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ᴛᴏᴅᴏs ʟᴏs ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʏ ᴄʀᴇ́ᴅɪᴛᴏs ᴅᴇ ᴇsᴛᴀ́ ᴏʙʀᴀ ᴘᴇʀᴛᴇɴᴇᴄᴇɴ ᴀ: 𝐬𝐰𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐞𝐬























Todos habían estado trabajando incansablemente durante días con este nuevo atraco y pasabas mucho tiempo con Kaz mientras lo planificaba. Estuvieron sentados juntos en su oficina toda la noche y él te dejaba dormir en su sofá durante unas horas por la mañana, después de que te durmieras con un bolígrafo en la mano y planos aún en tu regazo, él los quitaba con cuidado de no tocarte y en ocasiones incluso te tapaba con una manta.

Pensaste que simplemente estaba siendo un buen jefe y te recompensaba por trabajar tan duro, incluso cuando no hacía eso con nadie más. Te acababas de acostumbrar.

Y ahora todos estaban haciendo sus planes finales para el atraco que ocurriría en unos días, contando el plan por primera vez. Te sentaste en la mesa frente a Kaz, pero el resto de los Cuervos estaban dispersos por la habitación.

- Estaré aquí con... -comenzó, pero lo interrumpiste.

- Kaz, te dije antes que los guardias patrullan nuestro lugar de manera irregular. ¿Qué pasa si nos atrapan cuando estamos entrando por la fuerza? -preguntaste, señalando el lugar en el mapa.

-Te protegeré si eso sucede -respondió sin levantar la vista, pero haciendo que todos los demás lo miraran sorprendidos, mirando entre Kaz y tú. Estabas demasiado cansada para darte cuenta de lo absurdo de su frase y lo tomaste como una broma, a pesar de que era extraño que Kaz hiciera una broma como esa.

- Así que eres una especie de mamá gallina para mí -te reíste entre dientes, casi esperando que Kaz te mirara, pero esta vez te sorprendió aún más a ti y a todos en la habitación.

Kaz sonrió .

Sonrió genuinamente.

No fue una sonrisa, fue su sonrisa. Dejó caer su fachada frente a todos por un momento, antes de darse cuenta de que todos ustedes lo miraban fijamente y rápidamente abandonó su sonrisa y se aclaró la garganta, fingiendo que no sucedió por casualidad.

Pero tú, en tu estado de cansancio, te mordiste el labio y le sonreiste:- ¿Kaz?

- ¿Hmm?

- Deberías sonreír más a menudo. Tu sonrisa es hermosa -murmuraste, Kaz se congeló y después de un momento todos los Cuervos en la habitación soltaron una carcajada ahogada, sacando a Kaz de su estado congelado y silenciándolos con su infame mirada.

Te tomó un momento antes de que te dieras cuenta de lo que acababas de soltar, pero cuando te diste cuenta, juntaste una mano frente a tu boca y te levantaste de la mesa, saliendo rápidamente de la habitación. Kaz te miró fijamente por un momento antes de aclararse la garganta nuevamente.

-Bueno, como decía; Inej, deberías ir a tu posición en el techo, aquí; Jesper, espera una señal antes de entrar -trató de continuar planeando como si nada hubiera pasado, sin embargo todos podían ver el leve sonrojo en sus mejillas.

El Bastardo del Barril no se sonrojó.

Al menos no si tuviera algo que ver con la persona que lo hacía sonrojar.

Y era un hecho conocido entre los Cuervos que Kaz Brekker, Manos Sucias, temido en todo Ketterdam, estaba perdidamente enamorado de ti, aunque no lo admitiera. Todos lo sabían dentro de los Cuervos y vieron la forma en que te miraba, excepto, por supuesto, tú.

A la mañana siguiente no apareciste a desayunar y Kaz no te encontró en tu habitación. Y se dio cuenta de que necesitaba hablar contigo, hacerte saber que no estaba enojado por tu pequeño desliz y que no tenías motivos para avergonzarte. Te había hecho trabajar demasiado, por lo que podía suceder un resbalon como ese. Él, por supuesto, no revelaría sus propios sentimientos por ti; de momentos la idea de que tú tuvieras sentimientos por él trajo una mínima cantidad de calidez a su frío corazón.

Había intentado preguntar por ahí, buscándote pero habías desaparecido, tal como te había enseñado a desaparecer si el peligro estaba cerca. Simplemente nunca pensó que sería tan peligroso.

-Si estás buscando a tu admiradora, probablemente se estén prendiendo fuego ahora mismo -Nina sonrió cuando se encontró con Kaz escaneando el Club con la esperanza de verte.

Kaz tragó ante eso.

- Lo supuse -Frunció el ceño, sin mirar a Nina. ¿Pero dónde te estabas prendiendo fuego?

Nina simplemente le guiñó un ojo antes de lamerse los labios y desaparecer entre la multitud.

Pasó todo el día antes de que te atrevieras a dejar la casa de tu amigo y te dirigieras de puntillas a tu habitación y solo podías esperar que todos olvidaran lo que hiciste. Todos estaban dormidos cuando entraste a tu habitación y creías que nadie sabía que habías regresado.

Pero Kaz reconocería tus pasos en cualquier lugar, y aunque nunca lo admitiría tampoco, se sintió inmediatamente aliviado cuando supo que estabas de regreso en el Slat, que estabas a salvo .

Y tal vez algún día finalmente pueda decirte que se preocupa por ti, de una manera diferente a como se preocupa por sus otros Cuervos...








ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ ᴀᴜᴛᴏʀɪᴢᴀᴅᴀ










𝖮𝗇𝖾 𝖲𝗁𝗈𝗍𝗌 | 𝐆𝐫𝐢𝐬𝐡𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora