9.5.- El Disturbio de Darcy.

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N/A: Tengo una mala y una buena noticia. La mala: planeaba subir el capítulo 10 esta semana, sin embargo, hubo un problemita y se me borró el capítulo y no lo pude recuperar. Después de llorarle como dos horas, llegué a la conclusión de que debo escribirlo de nuevo, ja ja. No sé cuánto tome. La buena noticia es que no iba a dejarlos sin nada y escribí este capítulo especial (algo corto), que se ubica después del capítulo 8 para ser exacta.
En fin, gracias por leer, tengan un bonito día, tarde o noche. <3 <3 <3

Marcy abrió los ojos, adaptándose al intenso color blanco que la rodeaba en ese pequeño espacio; el techo, las paredes, todo

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Marcy abrió los ojos, adaptándose al intenso color blanco que la rodeaba en ese pequeño espacio; el techo, las paredes, todo.

Dentro del habitáculo sanitario se encontraba el médico que ordenó su traslado forzoso, el personal técnico de emergencias y Marcy recostada en la camilla anclada al suelo con raíles de acero.

—¿C-cómo es posible? —Un hombre joven pero canoso se levantó de su asiento acercándose a la chica despierta.

—No ha pasado ni media hora desde que le administramos el calmante. No puede haber pasado el efecto tan rápido. —Agregó desconcertado otro sujeto más corpulento. El que se había encargado de contenerla durante su más reciente crisis.

Marcy intercambió miradas fugaces con ambos y sonrió a medias, demasiado cohibida.

—D-disculpen, ¿podrían aflojar un poco estas correas? —Señaló temerosa con la mirada sus muñequeras. —Tengo unas cicatrices comprometedoras en esas zonas y duelen cuando las oprimen. Son muy sensibles. —Explicó con calma.

El médico de la unidad salió de su estupor, prefiriendo no continuar cavilando en el asunto de la sedación. Habían recuperado el control de la situación, no ocupaban emplear otra dosis, a menos que lo requirieran.

—Okay... espera. —Se aproximó a comprobar la veracidad de lo dicho por la chica, sospechando al principio que se refería a cicatrices causadas por autolesiones, no obstante, al remangar su pijama, halló unas espeluznantes marcas de hendiduras circulares justo donde presionaban las correas, en la parte superior de sus muñecas. Casi palideció al examinarlas.

Aquellas viejas heridas eran un recordatorio de cuando servía como anfitriona del Núcleo, pues ahí mismo fueron implantados los puertos del traje y los cables de conexión. Esas mismas marcas también se distribuían en sus piernas y columna. Siempre procuraba esconderlas al igual que su cicatriz de apuñalada.

—¿Qué te ocurrió? —El doctor preguntó intrigado y preocupado a la vez, verificando las mismas marcas esparcidas también en la extremidad contraria, alcanzando parte del antebrazo.

—Hace un tiempo me sometí a una operación y me quedaron esas desagradables huellas. —Marcy le soltó una mentirilla blanca, no quería revelar la verdad detrás de esas marcas.

—¿Pero qué clase de intervención fue esa? —Jamás en su vida había visto una cicatriz similar, se notaba en extremo doloroso.

—Eh... ¿una ilegal? —Respondió un tanto apenada por la mirada reprobatoria que su interlocutor le envió. —En una larga y complicada historia. —Suspiró con cansancio y reprimió una mueca de incomodidad.

𝗧𝗵𝗲 𝗚𝗵𝗼𝘀𝘁 𝗼𝗳 𝘁𝗵𝗲 𝗣𝗮𝘀𝘁 / 𝔸𝕞𝕡𝕙𝕚𝕓𝕚𝕒  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora