🥀𝐿𝑂𝑉𝐸 𝐼𝑁 𝑇𝐻𝐸 𝑀𝐴𝐹𝐼𝐴🥀 (𝐿𝑎 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛)

(𝑃𝑅𝐼𝑀𝐸𝑅𝐴 𝑃𝐴𝑅𝑇𝐸)-𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 1

Muchos años después.

Manarola / Italia.

Tipo de narrador: Omniciente.

Justo ahora están en la hermosa y acogedora tierra Italiana, para celebrar el cumpleaños #30 de Bernardo.

—Hay cariño...—Su mamá lo abraza con las lágrimas a raya—Aún recuerdo perfectamente el día en que naciste y mírate ahora, eres tan grande. Te amo mucho hijo mío, feliz cumpleaños.

—Mmm...mamita—La abraza—Muchas gracias, yo también te quiero muchísimo.

—¡Feliz cumpleaños hijo!—Llega su padre a estrecharse contra él—No sabes como me alegra ver el hombre que eres y en quién te has convertido.

—He tenido a los mejores instructores—Le corresponde.

—¿Aún recuerdas la primera vez que usaste un arma?—Comenta su padre mientras se dirigen a la mesa seguidos de los demás.

—Claro que lo recuerdo papá—Se ríe.

*Inicio del Flashback*

Años atrás.

Madrid / España.

El clan español ataca una de las casas de Jin, el abogado de la familia Lee. Esto ocurre después de un golpe estratégico de la familia al clan.

—Alessandro...—Bernardo codea a su hermano que se resguarda tras un mueble.

—¿Mande?—Contesta algo aterrorizado por los sonidos que se cuelan en sus tímpanos.

—Tenemos que hacer algo, papá y mamá están abajo—Contesta—Los malos vendrán por nosotros.

—Pero...mamá y papá vendrán a sacarnos—Contesta mientras su hermano lo ayuda a ponerse de pie.

—Lo sé, pero tenemos que movernos de aquí o seremos una presa fácil—Contesta.

(Para ser un niño, ya habla como un grande).

Lo lleva corriendo a través del pasillo hasta bajar las escaleras y llegar al despacho de su tío. Se queda parado unos segundos hasta recordar donde están las armas que vio que su tío guardó en un lugar estratégico.

—Ven...—Toma nuevamente la mano de su hermano y luego lo sienta en una silla mientras el se sube en otra.

En realidad tiene que amontonar un par de cosas para que ayuden a llegar hasta la parte más alta del mueble.

Su altura no da para más así que saca las primeras dos armas que encuentra.

(Unas Heckler and Koch UMP .45).

—¡Por Dios santo!—Grita el niño más pequeño mientras el otro baja al suelo-Bernardo, esas son demasiado grandes.

—Lo sé, pero son las primeras que alcancé—Contesta mientras rebusca en los cajones otras armas más chicas sin resultados.

—Encontré dos de mis cochecitos con explosivos en ese compartimento—Le dice a su hermano—¿Crees que sirvan?.

—Claro que sí—Salen corriendo mientras el mayor batalla con el peso de las armas.