Mire la tienda está más que llena. Hoy teníamos una hermosa oferta en unos zapatos de tacón que hasta a mi me deslumbraron.
No era de ese tipo de mujeres que moría por los zapatos de tacón, prefería más las botas militar o borsegos.
Pero por respeto a mi trabajo debía usar tacón. Ahora vestía con un traje de dos piezas de color beige que constaba de un pantalón de vestir algo suelto en mi entre pierna para disimular a mi amiguito y una camisa blanca con dos botones desprendidos y un saco de encaje que hacia juego con el pantalón.
Mire a una señorita que se acercaba a mí. Yo estaba sola frente a toda la gente mientras supervisaba que todos los empleados estén en su lugar atendiendo a cada clienta. El lema de la empresa siempre era "un cliente bien atendido siempre vuelve". Y así era me dedicaba a supervisar a cada unos de los empleados para que atendieran a las señoritas como debe ser.
-Buenas,- me dijo la joven de ojos color miel- disculpe habría alguien que me atienda necesito los zapatos de la oferta.
La mire y le sonreí. Levante mi rostro y recorrí el lugar encontrando a George libre. El me miro y entendió que lo necesitaba.
-En unos segundos señorita, el vendedor viene hacia acá.- dije y le sonreí una ves más.
-Gracias.- dijo la mujer.
-Señorita Freen.- hablo George ya al lado de la joven.
-Atiende a la señorita por favor.- dije indicándole a la joven que estaba a su lado.
-Por supuesto.- me dijo George. Y camino con la señorita hacia donde estaban los zapatos.
El lugar estaba como le gustaba a nuestro jefe. Con clientes y bien atendidos.
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Dos horas después la hora del almuerzo llegaba, mire el local ya estaba casi vacío sólo dos mujeres quedaban en la tienda.
Mire el reloj que tenía en la pared detrás de la caja de cobro. Sólo faltaban diez minutos para cerrar, después volveríamos a abrir a las 5 de la tarde.
Nuestro horario eran cortados debido a que estábamos en el centro de la ciudad de Bangkok. Atendiamos de 8 a 13 horas y de 17 a 21.
Vi a varios de los empleados preparar sus cosas para volver a sus casas. Y prepararse para el horario nocturno.
Cuando estaba apunto de salir llegó Arthur minutos antes de cerrar la tienda. A pesar de ser amigos hace más de tres años, yo aún no me sentía muy responsable de tomarme el atrevimiento de abrir y cerrar la tienda, aunque Arthur me había dicho mil veces que confiaba en mi, yo aún no me sentía segura con ello.
-Freen.- me saludó efusivo mientras se acercaba a mi.
-Señor Arthur.- dije el respeto era lo primero eso me enseñó mi padre.
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La Señorita Chankimha Freenbecky (Gip)
Romantik-Be... Becky... ¿Que haces?. Tu padre puede entrar en cualquier momento.- le dijo una asustada Freen al ver que la hija de su mejor amigo empezar a tocar su entrepierna. -Quiero comprobar con mis propias manos, si lo que mi padre me contó borracho u...