Immortal She - CHARLES LECLERC -+18

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La rabia sigue ardiendo en mi pecho mientras conduzco de regreso a nuestro departamento, mis manos apretando el volante con fuerza. Charles está a mi lado, tratando de tranquilizarme, su voz suave tratando de penetrar la tormenta de emociones que me consume.

-Annia, cariño, recuerda que estás embarazada-me recuerda con calma, su mano posada con suavidad sobre la mía en el volante.

Respiro profundamente, intentando controlar mi respiración agitada. 

-Lo sé, Charles-murmuro, mi voz aún llena de frustración. -Pero no puedo evitar sentirme así... después de ver a Catalina de nuevo, después de todo lo que ha hecho-

Charles asiente comprensivamente, su mirada llena de empatía mientras trata de encontrar las palabras adecuadas para reconfortarme en medio de mi ira desbordante. 

-Entiendo, cariño. Pero necesitas cuidarte a ti misma y al bebé- dice con suavidad, su tono tranquilizador.

Me obligo a relajarme, dejando que sus palabras penetren mi corazón endurecido por la ira. Aunque la rabia sigue burbujeando bajo la superficie, la preocupación por mi hijo no puede ser ignorada. Respiro profundamente, tratando de encontrar la calma en medio de la tormenta emocional que me rodea.

NARRADOR

George se encuentra sumido en un abismo de dolor y desesperación al enterarse de que Annia está embarazada y comprometida con Charles. La noticia golpea su corazón con una fuerza abrumadora, dejándolo sumido en un mar de confusión y angustia. Se pregunta una y otra vez por qué no fue suficiente para ella, por qué no pudo mantenerla a su lado, y cada pensamiento lo sumerge más en la oscuridad de su desesperanza.

Las lágrimas brotan sin control de sus ojos cansados y enrojecidos, y la botella de whisky que sostiene en su mano tiembla con cada trago que toma para adormecer el dolor. El alcohol quema su garganta, pero el ardor en su corazón es mucho más intenso, una llama devoradora que consume todo a su paso.

Recuerda los momentos compartidos con Annia, las risas compartidas, los sueños construidos juntos. Se lamenta por no haber sido capaz de retenerla a su lado, por no haber sido el hombre que ella necesitaba. Se arrepiente de cada palabra no dicha, de cada gesto que pudo haber hecho para mantenerla cerca, pero que ahora solo existen como susurros vacíos en el viento.

La habitación a su alrededor se vuelve borrosa a medida que las lágrimas nublan su visión, pero su mente sigue atormentándolo con los recuerdos de lo que pudo haber sido y no fue. Se siente perdido en un mar de remordimientos y deseos no cumplidos, y no puede evitar preguntarse si alguna vez encontrará la paz que tanto anhela.

El tiempo pasa en un torbellino de dolor y desesperación, y George se encuentra atrapado en un ciclo interminable de tristeza y arrepentimiento. Sabe que aún ama a Annia con todo su ser, pero la aceptación de que ella no lo ama a él lo consume como una sombra oscura que lo persigue a cada paso.

En su desesperación, George se aferra a la botella vacía como si fuera su única fuente de consuelo, pero sabe que incluso el alcohol no puede aliviar el dolor que siente en lo más profundo de su ser. Se sumerge en la oscuridad de su propia tormenta emocional, incapaz de encontrar una salida a su sufrimiento, preguntándose si alguna vez encontrará la redención que tanto anhela.

Mientras George se debate en el abismo de su dolor, en otro rincón del mundo, en Italia, el wedding planner Julian está meticulosamente ocupado en la planificación de una boda que, aunque discreta, está destinada a ser un evento inolvidable. Cada detalle es cuidadosamente seleccionado, cada aspecto de la ceremonia y la recepción es elaborado con esmero para crear un ambiente de belleza y elegancia.