Capítulo 8

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El aire frío hizo a Charles desear haber traído un abrigo cuando él y Pierre salieron del club en dirección a casa de Charles. Todo el camino, el francés se encontraba inusualmente callado, pero Charles no insistió, él más que nadie sabía lo que era tener mil cosas en la cabeza y no ser capaz de acomodar tus ideas, por lo que simplemente le dio espacio a su amigo en lo que conducía (Pierre, no Charles, eran lo suficientemente listos para no arriesgarse).

Apenas la puerta principal se cerró, Pierre comenzó a hablar.

Horas antes

Pierre apenas notó cuando Charles se retiró de la mesa, su atención completamente fijada en Yuki quien era prácticamente la única razón por la que estaba ahí, pero había un gran problema aún cuándo Max por fin lo dejó en paz, y era que Yuki parecía estar ignorándolo a propósito, o al menos así lo sentía el francés. Si intentaba hablar con él, Yuki justamente había iniciado conversación con alguien más, o necesitaba ir al baño, o quería una bebida, o quería bailar, todas estas excusas le dio el japonés a Pierre apenas decía una palabra. Pierre estaba más que confundido, y podría admitir que hasta un poco herido. Él pensaba que las cosas con Yuki habían estado yendo bien, se veían en el rancho, conversaban diariamente, incluso ya habían tenido dos citas previas a esto. ¿Acaso Pierre hizo algo para incomodar a Yuki? ¿Yuki había perdido interés? ¿Siquiera estuvo interesado en primer lugar? ¿Qué pasó?

Y para terminar de echarle sal a la herida, el maldito niño australiano no se despegaba de Yuki, en todo momento estuvieron juntos, incluso cuando Oscar puso un brazo alrededor de los hombros del japonés, él no le quitó, es más, parecía muy cómodo con el contacto. Demasiado cómodo. Pierre no admitiría que es una persona posesiva, pero todo el rato podía sentir en su estómago el ardor de los celos, y en su boca el sabor amargo de la envidia. No la estaba pasando bien. Justo estaba Pierre pensando en dejar el lugar, o buscar algo más con qué entretenerse pues sus expectativas de la noche se habían arruinado completamente, fue entonces que Yuki le dirigió la palabra.

— No me digas que estás celoso. — fue lo que dijo el japonés, con una sonrisa burlona en los labios. Parece que Pierre no era tan bueno disimulando como pensaba. Aún así, que eso fuera lo primero que Yuki le dijo, y que fuera gracioso para él, le molestó. — ¿De Oscar?

— Puede que sí. — respondió Pierre tan cortante como podía. Yuki simplemente se rió más fuerte, como si acabara de decir un buen chiste.

— Ay, Pierre, — dijo Yuki, con los residuos de su risa en los labios todavía. — no te puedes poner celoso, solo somos amigos.

— ¿Oscar y tú?

— Tú y yo.

Silencio. Para Pierre, esas palabras se sintieron como un puñetazo en el estómago que le sacó todo el aire y la capacidad de decir algo. ¿De verdad Yuki le estaba diciendo esto? Tipo, no estaba exactamente incorrecto, pero tenían algo, en proceso, pero algo al fin y al cabo. ¿Acaso solamente fue así para Pierre todo este tiempo?

— Pero... — musitó el francés, tan bajo que sabía que Yuki no le había escuchado por encima de la música.

— Claro, nos hemos divertido un poco, — ¿"divertido un poco"? —pero al final no somos más que eso.

¿Quién es esta persona? Este no podía ser Yuki, no había manera. Yuki era dulce, amable, considerado con las personas, sabía bromear y sabía hasta dónde llevar una broma sin que cruzara una línea. Esto está cruzando muchas líneas. Si es una broma, Pierre no la encuentra divertida en absoluto. Pero Pierre podía ver en los ojos de Yuki que estaba hablando en serio. Parecía tan... tranquilo, diciéndole eso, como si no fuera nada, como si no supiera lo que Pierre siente por él, como si no le importara. Pierre quería llorar. Tenía que salir de ahí, rápido.

Tensiones, Competencia Y Poder | Checlerc PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora