Introducción:

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Introducción: El destino del hechicero más poderoso que haya existido.


Sukuna Ryōmen, un prodigio nacido en la era dorada de la hechicería, cuando fue recibido en el mundo una vidente predijo que no viviría más de 17 años lo que provocó una profunda decepción en sus padres, por más de ser un talento nacido uno cada mil años no importa, pues no vivirá para traer honor a su clan.

Esta premonición no evitó que diversos hechiceros y hechiceras llegaran a su puerta exigiendo un matrimonio político, solo debe dar un hijo hasta los 17 y se le sacará algún provecho con su descendencia, sus padres no le prestaron atención sumidos en su depresión por la decepción de haber engendrado un hijo desahuciado, en cambio excluyeron al joven Ryōmen en un patio alejado de la residencia principal, con suerte el matrimonio dará otro heredero pronto y quizás sea tan talentoso como su primer hijo pero con una expectativa de vida más larga.

—Uraume —llamó Sukuna, se tiró en la silla de mimbre de su pequeño patio sin preocupaciones —. ¿Qué es ese escándalo?

Una sirvienta de cabellos blancos y aura fría se acercó y habló con la mirada baja:
—Es de nuevo la Señora Yorozu, está armando una escena en la puerta, no se sabe cómo dio con nuestro patio secundario.

Sukuna se removió molesto en su silla, los gritos chillones de una mujer perturbaron su paz.
Desde que tiene uso de razón diversos hechiceros han venido tras suyo como perros en celo intentando rasgar un poco de carne de este pajaro herido, eso fue lo que más le molestó.
«No pueden dejarme morír en paz si quiera», se quejó.

Esa dichosa profecia acerca de su muerte la tiene muy presente, la vieja bruja dijo: “Su talento será el más grande nunca jamás visto en nuestra dorada era, quien lo vea envidiara su increíble poder, es su destino ser el más fuerte... por unos cortos años, al cumplir 17 dejará de caminar entre nosotros y desaparecera de nuestras mentes y recuerdos, nadie sabrá que alguna vez existió Ryōmen Sukuna”.

«Bruja de pacotilla», ya cumplió los 16 y no se siente enfermo y débil, su poder crece en su interior como una llama, cada vez más grande, su conciencia acerca de la caja negra es más lúcida que nunca, sus cortes en breve podrían partir al mundo.
Así que: ¿qué demonios puede “hacer que deje de caminar entre los vivos”?

Intentó ignorar el alboroto de Yorozu lo más posible, ella es una “seguidora leal de su semilla”, así la apodó Sukuna en su mente, Yorozu está dispuesta a pagar grandes sumas con tal de mezclar su sangre con la del clan más poderoso.

Un gran estruendo se hizo presente, la mujer junto a sus guardaespaldas suprimieron a los escasos guardias del patio secundario y entraron por la fuerza. No es una mujer de mal ver, es alta, de cabellos negros y un rostro fino, su fuerza tampoco es pequeña, se puede decir que es la mujer hechicera más fuerte de esta generación... pero no está a su nivel y jamás lo estará.

—¡Con qué aquí te escondiste! —gritó abriendo los brazos, en sus ojos la obsesión pura destelló.

—Yo siempre viví aquí —respondió sin levantarse de su silla Sukuna.

—Aw, que crueles tus padres al echarte a este hediondo lugar —Pasó su mirada de forma despectiva por el pequeño patio, el suelo es de tierra y los árboles son viejos y hasta las paredes parecen un poco corroidas —. Yo podría sacarte de aquí, en mi mansión no te faltará nada, todo lo tendrás con solo pedirlo.

Sukuna levantó por fin la vista, ella se emocionó al verlo ponerse de pie, es un muchacho muy guapo con el aura intimidante y ojos rojos cual fiera acechando, es una lástima que su destino este sellado y solo pueda aprovecharse de ese perfecto rostro solo un año antes que este muera, aún así es algo que Yorozu desea con locura.

Él levantó la mano y la señaló, su expresión estoica.
—Corte —dijo.

La sangre de la mujer salpicó manchando a sus guardaespaldas quienes se abalanzaron, Sukuna no se molestó con ellos pues su fiel sirvienta Uraume se encargó de detenerlos con su técnica de hielo, aunque no los mató.

—Eres demasiado débil para codiciarme —dijo Sukuna, el cuerpo de la mujer no se intentó defender en ningún momento, su rostro se hallaba entre sorprendido y atemorizado —. Escuchenme porque solo lo diré una vez —Señaló a todos los guardias y personas presentes—
. Yo, Sukuna del clan Ryōmen, juro ante todos los presentes aquí, solo me desposaré con un hechicero el cual pueda derrotarme.
Si no eres capaz de soportar ni una fracción de mis habilidades, entonces lárgate o aquí perderás la cabeza.

El joven se paró helado como un tempano al lado de su sirvienta, miró con suficiencia hacia abajo donde la mujer se encontró con su pecho rebanado, así los intrusos huyeron y el rumor se divulgó por todo la sociedad del Jujutsu: “Es un desafío, dicen que el joven maestro del clan Ryōmen hizo una promesa de vida, dijo que solo se casará con quién logré derrotarlo. Pues se morirá solo y casto, los únicos viejos hechiceros capaces de derrotar al talento natural son demasiado viejos o no están interesados”.

Ryōmen Sukuna vivió su último año en relativa paz hasta caer gravemente enfermó en su cumpleaños, la única al lado de su cama fue su fiel sirvienta Uraume quien solo podía calmar sus incesantes fiebres internas con su habilidad.
—Con que la vieja no estaba loca —Sonrió —. Sí moriré aquí, y mis padres celebrando el nacimiento de su segundo hijo.

—Por favor, guarde sus fuerzas, amo —suplicó Uraume.

—No —respondió, podía sentir un líquido caliente bajar por su nariz y oídos —. Ya no tiene caso —Sin decir más cerró sus ojos.

Esa misma noche de invierno Ryōmen Sukuna murió gracias a una extraña fiebre la cual lo atacó mientras dormía provocando un sangrado, en el sentido común esto no debería poder matar a un hechicero con su talento pero cuando el destino está escrito no hay manera de evitarlo.
Podría tener la suficiente energía para partir el mundo por la mitad, pero si su límite de vida llegó a su fin podría resbalarse con una piedra y morir por la caída, así funciona el destino.

Como fue predicho, la noticia de la muerte del joven Ryōmen se extendió por el mundo, algunos lamentaron su partida siendo tan joven, no pudo ver el mundo, y otros decían con burla: “Si lo mató una simple fiebre entonces no era tan fuerte”.
Así quedó borrado de la historia de su era, varios nombres sobresalen de la era dorada pero Ryōmen Sukuna no fue uno de ellos.






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Aclaraciones:

Este fanfic es Satoru Gojo x Ryōmen Sukuna.
No se ciñe al canon ni es Omegaverse, es BL y ya veremos si es mpreg (¿Cómo sería el hijo de Sukuna y Gojo 00)

También, Sukuna aquí no fue el “Rey de las maldiciones”, en este universo su destino era morir joven aunque perfilando ser el más fuerte de todos los tiempos, y cuando se refieren a “quien puede derrotarlo son muy viejos o no están interesados”, pensé en hechiceros como ángel, Kashimo o otros hechiceros viejos los cuales con estrategia podrían derrotar a un Sukuna de 16 años, es decir, era un talento natural más grande visto pero no llegó a explotar todo su potencial.

Él ya murió, pero una maldición (Kenjaku) tuvo acceso décadas después a registros donde se hablaba de un poderoso talento el cual (pensó) que sería el rival perfecto para su más grande piedra en el camino: Satoru Gojo.

Prometí Casarme con el Hechicero Más Fuerte (SukunaxGojo-Bl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora