6-Tengo una promesa

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6- Tengo una promesa que cumplir.

[Satoru Gojo ha sido sellado en la prisión confinadora por Kenjaku usando el cuerpo de Suguru Geto. Ryōmen Sukuna debe encontrarlo y liberarlo lo antes posible, si Satoru muere la promesa no podrá cumplirse jamás].

Cuando se hace una promesa ante testigos y queda marcado en lo profundo del alma te maldices, eso hizo Sukuna sin darse cuenta hace tantos años, apenas puede creer todo lo sucedido.

Kenjaku huyó con la caja la cual tenía a Satoru en su interior antes de que los hechiceros uniendo fuerzas derrotaran a Jogo.

Se puede decir que Kenjaku lo tiró a la basura y no le importa, debe encontrarlo y recuperar esa maldita caja o su alma se consumirá gracias a la maldición, no renunciará tan fácil a su vida está vez.

¿Quién diría que las palabras tan tontas de un niño de 16 años llegarían tan lejos como para volverse una maldición? Sukuna quiso arrancarse la cabeza.

Algunos pensamientos extraños comenzaron a rondar en su mente, puede sacarlo de allí, obligarlo a contraer matrimonio y luego volverlo a meter.
¡Sí, eso es perfecto!

Las ideas fluyeron como agua por la loca mente de Ryōmen Sukuna, dejó a un lado cualquier sentido del honor y se dispuso a buscar una salida drástica.

Solo tiene algo seguro y es que el bastardo de Satoru Gojo saldrá se prisión, de eso depende su vida.

En Jujutsu Tech se realizó una gran reunión, dirigida por Masamichi Yaga, todos los presentes son solo de entera confianza: Megumi el nuevo líder del clan Zenin, Maki Zenin, Tōdo Aoi, Hiromi Higuruma y Yuta Okkotsu junto a Itadori Yūji —quien insistió en asistir solo acompañado de su hermano Chōso—. Tres de los presentes están sentenciados a muerte por los altos mandos: Yaga Masamichi bajo el cargo de haber ayudado a Satoru Gojo a esconder el cuerpo de Suguru Geto y por ende la culpa del incidente de Shibuya cae sobre él. Itadori Yūji al representar un peligro latente por su origen “abominable”, y Maki Zenin por haber asesinado a sangre fría al ex líder—autoproclamado— de los Zenin. Aunque claro, el llamado Chōso también tiene orden de captura por la misma razón que su hermano menor, aunque esto a la semi maldición no le importó ni un poco, solo se paró al lado de Itadori dándole suaves palmadas de aliento.

—¿Sellaron al profesor Gojo? —preguntó Yūji, su mirada ya no es la alegre que una vez todos conocieron sino un manto lúgubre y desolador, la gran cicatriz que atraviesa su rostro es una muestra de qué tanto lo hirió Mahito.

Megumi se puso a su lado y también le dio unas suaves palmadas.

—Tardaste en venir —dijo.

—No quería meterlos en problemas, sé que ustedes me hubieran defendido pero eso... Lo siento —dijo Itadori.

—Eso ya no importa —interrumpió Yaga —. Casi todos los presentes estamos sentenciados a muerte aquí, no hay nada que perder. Salvemos a Satoru.

Higuruma levantó la mano para hablar.
—Si alguien merece una sentencia de muerte seré el primero en saberlo —confesó viendo fijamente a Itadori, este retrocedió ligeramente ante la mirada tan extraña del hombre —. Ningún muchacho inocente será ejecutado mientras yo esté con vida.

De pronto Itadori se sintió extrañamente bien, más calmado, por supuesto su mejor amigo Tōdo también se acercó a propinarle un buen empujón, a lo que chōso le dio una mala mirada.

Así la escuela de magia metropolitana de Tokio quedó “tomada” por un grupo de rebeldes, los altos mandos dieron una prologa de una semana para que todos se entregen y se presenten ante la justicia para enfrentar su castigo o se los declararía enemigos públicos, cada hechicero del mundo estaría obligado a ir tras ellos.

Prometí Casarme con el Hechicero Más Fuerte (SukunaxGojo-Bl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora