1-Volver a la vida

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1-Volver a la vida.

[Ryōmen Sukuna ha muerto, transcurrieron más de mil años desde aquel suceso, su imagen quedó borrada de la historia].


Kenjaku es una maldición la cual puede actuar de forma parasitaria transplantando su cerebro de cuerpo en cuerpo robando habilidades, así se mantuvo vivo cientos de años. Su objetivo es claro: Dominar el mundo, desatar el caos, reinar en ese caos. Acabar con todos y cada uno de los humanos, traer una nueva era a la tierra.
Pero para ellos necesita algunas cosas primero, la más importante es quitar del camino al molesto y poderoso hechicero del clan Gojo, el único que podría frustrar su plan y arruinar todos sus esfuerzos.

En la base se encontraron sus aliados: Mahito, Jogo, Dagon y Hanami.
Maldiciones de alto rango las cuales cada una por sus propios intereses aceptó brindar ayuda.
El más bocón es la maldición hecha de trazos Mahito quien con curiosidad se acercó al cuerpo muerto en la mesa.

—No lo puedo mutar —dijo con diversión Mahito —. No tiene un alma, es solo un cuerpo vivo por fuera pero muerto por dentro.

—Lo sé, yo lo cree —respondió Kenjaku orgulloso.

Las maldiciones presentes lo miraron con extrañeza, su líder si que era capaz de hacer cosas retorcidas.

—¿Otro aparte del idiota de Itadori Yūji? —preguntó Mahito con burla —. ¿No me digas que es el gemelo de Itadori? ¡Jajaja! Con razón su rostro me provocó ganas de hacerlo pedazos.

Gemelo es una palabra demasiado grande, aunque esa era la idea, ambos se gestaron en el cuerpo femenino que robo hace 16 años pero procuró volver una cáscara vacía este cuerpo para poder usarlo en un futuro como estaba previsto.

—Estamos reunidos aquí para presenciar algo extraordinario —dijo Kenjaku con jubilo —. Es hora de usar este recipiente.

Jogo señaló el cuerpo en la mesa, es prácticamente un niño el cual respira pero está vacío en alma:
—Si es un recipiente entonces eso significa que hay que poner algo dentro, ¿a quién intentas invocar?

Siempre tan inquisitivo, Jogo se preguntó qué tenía en mente esa maldición mucho más antigua que él mismo.

—Claro que cree dos recipientes: Itadori Yūji para la fusión de Tengen, y este que ni siquiera le di nombre, es parte del plan también. No menos importante, este será el recipiente de Ryōmen Sukuna —confesó con una sonrisa.

—¿Quién es ese? —preguntaron las maldiciones presentes.

Es normal que no lo sepan, hace muchos años encontró en unos registros privados la información completa de un poderoso clan ya extinto, de inmediato supo que es lo que estaba buscando.

—Ryōmen Sukuna fue el heredero del extinto clan Ryōmen de la era Heian, según los registros fue el prodigio más talentoso de su generación —informó haciendo gastos para restarle importancia —. En fin, es un hechicero muy poderoso y resolví la manera para traerlo y controlarlo.

—¿Por qué quieres un hechicero poderoso? Eso sería otro problema más, ya tenemos suficiente con el idiota de los seis ojos —dijo Mahito asqueado.

—¿No oíste? Lo controlare, él será quien mate a Satoru Gojo —confesó dejando impactados a sus compañeros, todos llevaron sus ojos al cuerpo quieto en la mesa.

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El día que murió no sintió dolor, aunque sí arrepentimiento, hubiera deseado vivir lo suficiente para demostrarle a sus padres su verdadera valía, pero eso nunca fue posible.
Sintió su alma flotar en un río eterno, entre ansioso pero un poco tranquilo, es un sentimiento inexplicable, no tuvo percepción del tiempo, solo murió sin saber nada del mundo.

Luego abruptamente abrió los ojos, se sentó con dolor y dificultad, vio su desnudo cuerpo sobre una mesa.
«Este no es mi cuerpo», se dijo sujetando su cabeza la cual fue martillada.
Es una sala oscura y vacía a simple vista, aunque puede percibir unos ojos malignos observarlo desde las sombras.

—¿Estás despierto? ¿Tan pronto te acostumbraste a tu nuevo cuerpo? —Una voz agradable y joven habló, es un hombre de túnica el cual caminó al lado de la mesa —. Me presento, soy Suguru Geto —Extendió su mano.

Los ojos rojos de Sukuna se abrieron a más no poder, el asombro absoluto destello en sus feroces orbes rojos, vio sus propias manos y la del hombre luego. Intentó pegar un grito pero la vos no salía, se bajó de la mesa y cayó al suelo.

—Ese cuerpo jamás se usó, es normal que sus músculos sean inútiles, pero se adaptará.

«¿Nuevo cuerpo? ¿Nueva era?», el cerebro confuso del recién llegado comenzó a máquinar a gran velocidad, la energía explosiva corrió por las venas del cuerpo y se enderezó con gran facilidad, Suguru abrió los ojos al verlo pararse.

«¡He vuelto! ¡Estoy vivo!», pensó con jubilo, la emoción se instaló en su pecho. Quisiera tiempo para evaluar la situación pero primero tiene que encargarse de este tipo parlanchín.

—Eso fue rápido —admitió con asombro y emoción —. Pero no vayas tan rápido —dijo para luego detener la mano del muchacho la cual ya se había levantado en su dirección a una velocidad inhumana.

Sukuna pudo sentir el nivel de todos los presentes, son muy fuertes, este hombre en especial y una maldición la cual exudaba un aura caliente como fuego son los más potentes en aquella habitación. Pero aún así no lo alcanzan, puede acabar con ellos si los mata uno a la vez, ya ha asesinado maldiciones categoría especial antes. Pero cuando levantó su mano hacia el hombre bocón no pudo generar su corte, unas líneas aparecieron en su piel rodeando sus brazos, torso y rostro.

—Las marcas del criminal —dijo Sukuna sin poder moverse —. Maldito infeliz, me las pagarás.

Las marcas que representan su condición como prisionero ante la voluntad de quién lo invocó.

—Que gran intelectual, conoces las marcas y como funcionan, no esperaba menos de un prodigio —Rió el hombre.

La expresión de miedo de Sukuna se transformó en una sonrisa retorcida, de pronto lanzó una carcajada la cual hizo temblar inconsciente al hombre presentado como “Suguru Geto”.

—A ver cuánto te dura tu control sobre mí, maldición engreída —respondió con diversión, sus rojos ojos mostraron ferocidad animal —. A todo esto, ¿por qué me invitaste? Estás jugando con fuego.

Suguru Geto recobró la compostura, dejó recostado a Sukuna quien no puso resistencia, solo se dejó ser.

—Claro, hay un motivo —Suguru cuidó el cuerpo inmóvil casi con ternura —. Tú, Ryōmen Sukuna, te enfrentarás al hechicero más fuerte de esta época, ¡Ja! ¿Gracioso no? El hechicero más prodigioso de todos los tiempos contra el más fuerte de la era contemporánea.
Esto será sorprendente.

Sukuna lo escuchó parlotear y decidió: «Cuando me libere le cortaré la lengua».
Todos los que hayan participado en masillar su alma con grilletes morirán por mil cortes, aunque debe admitir que le pareció interesante y alargador el hecho que haya un hechicero tan poderoso en esta época que hayan tenido que traerlo a él para derrotarlo.

«¿Acaso aparezco en los libros de historia?».

Una vez alargado y alimentado su orgullo cayó en un sueño del cual será despertado solo cuando llegue el momento.

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Hasta aquí.

Los guiones de diálogos son cambiados por guiones normales por Wattpad.

Sí, Sukuna es bien fuerte pero Gojo le dará una paliza que no veían desde la era heian, es un Sukuna joven (murió joven y ha estado descansando su alma muerta como mil años, pero él no tuvo noción de esos años, sigue siendo un adolescente engreído), es un Sukuna con muy poco control de su actual cuerpo.
¿Entonces por qué Kenjaku lo trajo? Pues no espera realmente que Sukuna lo derrote, solo quiere a alguien de la talla de Gojo para presionarlo y poder completar su plan principal para derrotarlo, con lo que no contaba es que Sukuna lleva consigo una promesa muy poderosa (se auto maldijo).

Prometí Casarme con el Hechicero Más Fuerte (SukunaxGojo-Bl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora