Confident

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Toji Zenin

Llegué a mi cama, ni siquiera me tomé la molestia de quitarme mi ropa o desmaquillarme, simplemente me dejé caer sobre ella. Estaba muerta de cansancio, el señor Kobayashi me ha encargado demasiado trabajo en la oficina, perdí la cuenta de todos los cafés que tomé durante estos días.

Trataba de dormir, no se a que hora era, escuché ruidos en la parte de arriba, al parecer dejaron caer algo en suelo con mucha fuerza. Arriba de mi departamento se había mudado un nuevo vecino, no tenía la dicha de conocerlo porque había estado saliendo tarde, al parecer hoy era el día.

Subí las escaleras, su apartamento era el A-22. Toqué la puerta en cuatro ocasiones, escuchaba que movían cosas, estaba por tocar una última vez pero la puerta fue abierta.

Mire a un hombre muy alto y fornido frente a mi —Buenas noches— lo miré a los ojos, tenía un semblante serio mientras fumaba un cigarrillo —Disculpe, está haciendo mucho ruido y no me deja dormir— por curiosidad intento ver al fondo por todo lo que había en el suelo, pero él azabache cubrió su visibilidad.

Aquel hombre la miraba de arriba a abajo, analizando cada parte de ella —Es mi departamento y hago lo que quiero— cerró la puerta en su cara.

—¿eh?— desconcertada tocó nuevamente la puerta molesta por esa reacción, en ningún momento había sido grosera.

—Agh, ¿qué?— abrió la puerta de mala gana

—No tuvo porque ser grosero, se que es su departamento, pero habemos más gente que vive aquí. Sea menos ruidoso, ¿quiere?— se dio la media vuelta y bajo las escaleras, aquel hombre la miró irse.

Una vez vio que se marchó, cerró la puerta con seguro y siguió con su trabajo. Tenía solo algunas horas para deshacerse del cuerpo que ahora mismo estaba en su sala, eran las 3 de la mañana, creía que todos dormían pero al parecer no era así.

Se puso de cuclillas mientras observaba el cuerpo, dió una última calada a su cigarro para después apagarlo sobre la mejilla de aquel sujeto.

Toji: asesino, estafador y secuestrador. Se había mudado a un complejo de departamentos en una zona de calidad de vida media-baja, donde pasaría desapercibido por completo.

Estaba de mal humor por tener que hacer ese trabajo, odiaba tener que deshacerse de los cadaveres, pero le pagarían muy bien así que no podía quejarse tanto.

Después de un rato regreso al edificio, el trabajo había quedado listo, ya solo esperaría su pago completo. Mirando el edificio, notó que la vecina que lo había ido a molestar, recién se había bañado, olvidó cerrar su cortina, para fortuna de ella, solo Zenin podía mirarla, cosa que fue de su completo agrado.

+++

—Señorita __________— dijo el señor Kobayashi detrás de ella tomándola por sorpresa.

—D-Dígame señor— se puso rápidamente de pie al mismo tiempo que reverenció al señor.

—Esto está mal— arrojó los papeles a su escritorio —Le pedí que los revisara y corrigiera, ¡siguen estando mal!— aquel hombre era conocido por su trato horrible a sus trabajadores y sus pagas miserables.

—P-Pero lo revisé las veces necesarias señor, estoy segura que todo está en orden— tomó rápidamente los papeles e intentó acomodarlos.

—¿Acaso estás contradiciéndome?— golpeó su frente en tres ocasiones con su dedo —Muchos desearían estar en tu lugar, no hagas que te despida y que consiga que no te acepten en ningún lado, ¡entendiste!

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