-¿Que ha ocurrido? - su tez cambió.
-Su abuela... Está enferma... Y bueno... Se ha puesto nervioso...
-Comprendo. Lo siento. Es algo muy fuerte.
La sorpresa me invadió, es como si fuera a estallar a llorar ella.
-Maria, ven aquí, dame un abrazo, por favor.
Era el primer abrazo que pedía en mucho tiempo, nunca había tenido esa confianza, esos ojos estaban recobrando mi confianza en el género femenino, en tres visitas le había cogido demasiado cariño, me asustaba, pero era demasiado especial lo que sentía.
Conforme avanzó la tarde todo cambió de signo, Maria me hizo reír y nos lo pasamos bien, a pesar de lo qur me llevaba ocurrido en este día ella lo había conseguido cambiar.
Cuando se fue me armé de valor y cogi la carta de Rubén, marqué el número de teléfono y una voz de una niña pequeña descolgó al otro lado.
-Hola, pequeña, es la casa de Carla Rodríguez.
-Sí, es mi hermana. Carlaaaaaa - se oyó de fondo- se pone ahora.
-Gracias.
Esperaba que la voz que sonara me ayudara a expresarme, pero resultó todo lo contrario, ya que se parecía terriblemente a la voz de Raquel.
-¿Sí? ¿Quién es?.
-Hola, mi nombre es Eloy y es una larga historia, me encuentro en el centro Carlos Estevez, ¿Lo conoces?Se hizo el silencio.
-Me lo tomaré como un "sí"...
-Si eres amigo de Rubén no quiero saber nada de él. - me interrumpió.
-Soy su amigo, o bueno, algo así, pero tengo que entregarte algo, no es ningún truco, te lo aseguro, así que si me mandas tu dirección te lo haré llegar.
-Mira, soy de las cercanías, del barrio de San Cosme, así que me paso por ahí y preguntaré por ti para verte, Álvaro te llamas, ¿no?
-No, mi nombre es Eloy. ¿cuando puedes venir?
-Esta noche. ¿A que hora terminan las visitas?
-Terminan a las 9, pero no te preocupes si no llegas, aquí te esperaré.
Colgamos y no me dio tiempo ni a pensar, al segundo se oyó a la directora por la megafonía. Nos convocaba a la sala de actos A, yo sabía el porqué, por ello casi eché a llorar.