Capítulo 4: Romper barreras.

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Juan sabía que para mi conocer gente no era algo fácil, yo no soy muy sociable, me ha costado mucho hacer los amigos que tengo y tengo miedo a que me traicionen.

-Ah, bueno, hola. - contesté incomodado.
-Oye, ¿eres siempre así de majo? Parece que me vayas a morder -dijo Maria y soltó una carcajada, supongo que sólo quería romper el hielo, pero yo me lo tomé mal.
-Ya bueno, es mi forma de ser, si te gusta bien y sino también, Juan, me voy a mi habitación, ahora estoy en la 105, cuando acabes con tu amiga, si quieres baja.
Y me fui con cara de enfado.

Llegué a mi habitación y me tumbé en la cama, no sabía porqué reaccionara así, supongo que me había puesto nervioso. A los 10 minutos petaron a la puerta, y yo les di paso. Era Maria, en cierto modo me alegraba de que no me odiara por mi comentario.

-Hola, Eloy... Siento si te ha molestado mi comentario, no era mi intención, a veces me incomoda la gente y digo tonterías, enserio, siento haber empezado con mal pie contigo.
Sus disculpas me hicieron sentirme la peor persona del mundo, igual que en la ambulancia, cuando mamá me había abrazado.

-No te preocupes, he sido un grosero, disculpame tú. - me disculpe y sonreí al ver de nuevo esos preciosos ojos verdes.

-Mira, hacemos una cosa, yo ahora tengo que irme, pero le prometí a Juan que me pasaría por aquí mañana para estar la tarde juntos, ¿quieres unirte a nosotros?

-Que suerte tiene Juan de tener una novia- dije deseando haber acertado- tan maja como tú, pero no quiero interrumpir vuestra reunión de pareja.

-Que idiota eres. - al escuchar la palabra idiota mi sonrisa se esfumó - Juan no es mi novio, fuimos compañeros de clase y yo tuve que mudarme a esta ciudad ppr trabajo de mis padres y como ahora lo traen aquí para hacer su estancia un poco mejor me paso algunas tardes.

-Bueno, tiene suerte igual. - volví a estar seco.

-Oye, ¿te pasa algo? Espero no haber dicho nada malo.

-No, no te preocupes. Mañana nos vemos.

-Quedamos Juan y yo en su habitación a las 4.30, te esperamos, porque como aquí no os dejan el teléfono móvil...

Idiota, tu idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora