Capítulo 10: La vida sigue.

33 6 0
                                    

-Y después de eso, cuando despertaste, ¿te sentías mejor?
-Me sentía un completo idiota, como me lo siento ahora, ver los ojos rojos de mi madre, tener que volver aquí ante las miradas de los que vienen a visitar a alguien, te miran como si fueras un lobo, notas el miedo en su mirada, como si en cualquier momento fueras a saltarles al cuello.
-Pero yo no hago eso, ya has visto que no he dudado ni un instante en quedarme contigo porque no esté Juan aquí.
-Ya, y te lo agradezco mucho, la verdad necesitaba a alguien aquí, sino me volvería loco aquí yo solo, aunque es una incongruencia porque si no estoy loco, ¿que hago aquí? - sonreímos.

Se hizo un pequeño silencio en la habitación, me miró con sus preciosos ojos verdes como si me fuera a taladrar con la mirada. Yo estaba a punto de llorar, después de haberle contado toda la historia y recordarlo todo me resultaba difícil no hacerlo, ella lo notó y me abrazó.
Era raro, nos conocíamos desde ayer y ya había contacto físico, cuando antes yo era de las personas que hasta un año después no solía interactuar con personas que conocía.
La verdad el abrazo me gustó y no voy a decir que ella no me empezara a gustar, pero bueno, para ella yo era ese chico que había intentado matarse dos veces y eso no lo cambiaba nadie.
-Me tengo que ir, mi madre me espera para ir a hacer unas compras, ¿te gustaría que me pasara mañana para seguir hablando? Así veo si Juan regresa y que nos cuente como está su abuela.
-Me parece perfecto, ¿a las 5 aquí?
-Aquí estaré.

Idiota, tu idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora