𝙰𝚃𝙰𝙳𝙰 ┇𝖈𝖍𝖆𝖌𝖌𝖎𝖊

Frágil

Vagatha siguió llorando hasta que empezó a faltarle el aire, cuando se quedó dormida los dragones la subieron a la cama y la cubrieron con la sábana para luego abrazarla, así pasaron la noche los tres.

Al despertarse, como era de esperar, la ángel tenía los ojos hinchados. Movió suavemente a los dragones para poder ir al baño y lavarse la cara, esta vez, se miró en el espejo por su propia cuenta, por un milisegundo la mitad de su rostro parecía desfigurado, con una sonrisa maliciosa, hubiera tenido otro ataque de pánico, pero ya había dejado de importarle. Hiciera lo que hiciera nada iba a cambiar lo que era o había sido, su pasado, recuerdos, todo seguiría con ella. Pero tal vez, incluso si aquí no era más que una simple mascota para la princesa, podría pagar todos sus pecados con ese castigó. Dió un suspiro y regresó a la habitación, los dos dragones quienes ya se encontraban despiertos la miraron preocupados pero ella los disuadió con una sonrisa y un "no se preocupen, estoy bien, todo está bien".

Se acostó un rato más mientras acariciaba a uno de los dragones y abrazaba al otro «Debería dejar de oponerme a todo esto, de todas formas ¿qué puedo hacer ahora? Tengo una cadena en el cuello que no me dejará alejarme de aquí hasta que muera, cosa que tampoco puedo hacer por mi propia cuenta. Y, si por algún milagro logrará huir ¿Para qué regresar al cielo?» el recuerdo que había tenido de Lute hizo que abriera los ojos «Mi vida, es y ha sido realmente patética.» se contuvo de volver a llorar para no preocupar a los demonios.

─Bueno pequeños, ya es hora de pararse─ dijo suavemente, Razzle y Dazzle le hicieron caso. Los tres bajaron al comedor después de ser llamados por la princesa, mientras la ángel tomaba asiento los dos dragones tuvieron que retirarse.

─Ya era hora, ¿llorar te cansa tanto?─ bufó, Vagatha la miró y bajó la cabeza, no dijo nada ─¿Ahora planeas ignorarme?─ cuestionó sin recibir respuesta alguna. Se transportó atrás de la ángel quién ni siquiera se inmutó, pasó una mano por su cuello y con la otra inspeccionó su hombro ─La marca empieza a desaparecer, ¿Te parece si la renuevo? O quizás... Si hago otra─ le susurró al oído ─Como desees.─ respondió inexpresiva, Charlotte se sorprendió ─¿Qué?─ preguntó intrigada ─...Haz lo que quieras, no me importa.─ volvió a hablar así, con un tono vacío, la demonio se decepcionó ─Ugh, no hay diversión en molestarte si no te resistes.─ regresó a su asiento. La ángel siguió actuando así por el resto del desayuno, no importaba lo que dijiera Charlotte, cualquier órden, humillación o burla era respondida de la misma manera, la princesa empezaba a frustrarse.

Al terminar, dió un golpe en la mesa ─Bien, dime que carajo te sucede.─ alzó un poco la voz, Vagatha sólo la miró como si no supiera a lo que se refería ─¿Te cortaron la lengua? Respóndeme, ¿que mierda te pasa?─ volvió a preguntar, esta vez un poco más enojada ─No tiene importancia. Su Majestad.─ habló en un tono bajo ─Vaya, ¿hasta ahora empiezas a hablarme con respeto?─ bufó ─Sí─ contestó a secas. La demonio suspiró, ─Ya déjate de estúpidos juegos y dime que te pasa.─ volvió a alzar la voz ─Bien, si quieres saberlo, sólo tengo una pregunta.─ la miró fijamente ─Adelante, habla─ se calmó un poco ─¿A qué estas jugando?─ su tono era firme ─¿Uh? ¿A qué te refieres?─ fingía no entender ─Sabes perfectamente de lo que estoy hablando, ¿Por qué sigues con esto? ¿Por qué no me matas de una vez? ¿O es demasiado divertido para tí ver el sufrimiento ajeno?─ había estado pensando en eso hace ya un tiempo y ahora por fin quería confrontar a la demonio. Charlotte se quedó callada un momento ─¿Quieres morir?─ en su voz se notaba algo de preocupación ─Cualquier destino sería mejor a esto─ respondió decaída ─...Qué ingenua, ¿piensas que será tan fácil librarte de mí?─ soltó una risa, Vagatha la miró con horror ─¿Qué quieres de mí? Me tienes aquí, tratandome como una puta mascota, sé que haces esto por entretenimiento, pero ¿Qué hay de entretenido en mí? ¿Qué buscas?... ¿Cuándo... planeas deshacerte de mí?─ eso último lo dijo accidentalmente, era un pensamiento que la había atormentado hace ya un tiempo.